Hace algunos días la empresa Unity Tecnologies sacudió a la industria con un anuncio que no dejó indiferente a nadie y en el que provocó una ola de reacciones negativas a nivel mundial sobre la nueva política que han adoptado en su modelo de negocio, y es que uno de los motores más elegidos por los estudios independientes gracias a su equilibro entre su gran arsenal de herramientas, su bajo coste y ser el único capaz de rivalizar con Unreal Engine de Epic, al parecer tendrá sus días contados.

A contar del 1 de enero del próximo año Unity cobrará a los desarrolladores, tanto para usuarios de Unity Pro o Unity Enterprise, una tasa de $0.20 basado en cada juego instalado una vez que el beneficio haya superado los $200.000 tanto en ventas como en micropagos.

Pero queda la pregunta ¿quién tuvo la brillante idea?

Conociendo al enemigo dentro de Unity

El responsable directo de esta arbitraria decisión es John Riccitiello, un ejecutivo de negocios quien desde 1993 comenzó trabajando en empresas como Wilson y Sara Lee antes de dar el salto a los videojuegos como CEO de EA desde 1997, cargo que ocupó hasta 2014 antes de terminar como CEO de Unity Tecnologies.

Este ejecutivo posee más alma empresarial que artística, eso no necesariamente es algo malo pero al no tener visión en el mercado en el que te manejas, prácticamente todas tus decisiones se basan «en lo que vende» abarcando muy poco espacio a los riesgos, por ende no es de extrañarnos que durante su extenso período en Electronic Arts la empresa optase por ir a lo seguro con sagas (la mayoría de ellas deportivas) como Tiger Woods, FIFA, NHL, NASCAR, NBA Live, Triple Play, F1, Knockout Kings, Madden NFL, o explotando licencias como 007 o Harry Potter, o franquicias propias como Total War, Medal Of Honor, Command & Conquer, Need For Speed, Battlefield, etc.

Pero la cosa no termina ahí, ya que en el 2010, Electronic Arts estuvo en numerosas controversias relacionadas con adquisiciones de empresas y supuestas prácticas anticonsumistas en sus juegos individuales, así como demandas que alegan anticompetencia al firmar contratos deportivos.

Y cuando Riticielo llegó a Unity Tecnologies sus fechorías tampoco se han quedado atrás, ya que ha hecho algunas declaraciones y prácticas desafortunadas, por ejemplo, recordar en positivo que en su estancia en EA pretendiera cobrar un dólar por recargar las armas en Battlefield 3, o vender lootboxes en Fifa 2009.

Y estando en Unity Tecnologies decir cosas como «Los desarrolladores que evitan la monetización son puros, brillantes y malditos idiotas», y la última de sus gracietas: vender 2000 acciones de la compañía un día antes de sacar este polémico anuncio a sabiendas que luego iban a caer en picada en la bolsa.

Es imperante aclarar que el año pasado la compañía recaudó más de 1.390 mil millones, por lo que este movimiento es totalmente innecesario, entonces ¿qué es lo que pretende realmente?

Uno decide y todos pierden, las inmediatas reacciones

Como si de un dominó se tratase, esto tendría un efecto a escala macro en muchos emprendedores que sin contar con el presupuesto necesario ahora verán mermadas sus ventas, es tal el coste que se le tiene que pagar a Unity una vez superado el umbral de beneficios, que el porcentaje de ganancia termina siendo mucho más bajo.

Lo peor es que esta decisión parece tan improvisada y sacada de la manga, que incluso no especificaron qué va a ocurrir con aquellos juegos free to play que cobran con micropagos, y es que el concepto de que le cobren al estudio por cada vez que un usuario descargue e instale un juego es a todas luces, un abuso y peor, es que puedan hacerlo con juegos que ya han salido al mercado, lo que ya de por sí debería considerarse delito.

Pensemos en aquellos juegos que usan el motor Unity que se verán afectados por estas nuevas tarifas, como Cuphead, Escape From Tarkov, Valheim, Return Of The Obra Dinn, My Friend Pedro, Untitled Goose Game, Beat Saber, Tunic, Oddworld, Enter The Gungeon, Ghost Of A Tale, Hollow Knight, Monument Valley, A Short Hike, Firewatch, Enraged Red Ogre, Night In The Woods, echando abajo todo el repertorio de juegos de Devolver Digital, e incluso el juego que le está dando beneficios netos a Nintendo, como Pokemon GO se vería gravemente afectado, entre otros juegos para celulares que usan Unity.

La reacción de los estudios ha sido tan adversas y hostiles, que incluso un empleado de la propia empresa lanzó amenazas de muerte contra la organización, lo que les llevó a cerrar dos de las oficinas, en Texas y California.

Massive Monster, los creadores de Cult Of The Lamb, fué una de las primeras en emitir un comunicado en contra de estas nuevas tarifas en Twitter, anunciando que si no se da marcha atrás, eliminarán Cult of the Lamb a partir del 1 de enero de 2024, iniciativa a laque otras empresas se sumaron y de hecho se sabe que hubieron éxodos de estudios más pequeños al motor Unreal y Godot.

Unity Tecnologies intenta detener su propia avalancha

Ante tales abusos que generaron presiones y amenazas de salir perdiendo por todos los frentes, Unity ya ha tenido que salir a pedir disculpas y aclarar ciertos puntos sobre el precio de las instalaciones.

Les hemos escuchado. Pedimos disculpas por la confusión y la angustia que ha causado la política de tasas por tiempo de ejecución que anunciamos el martes. Estamos escuchando, hablando con los miembros de nuestro equipo, comunidad, clientes y socios, y vamos a hacer cambios en la política. Compartiremos una actualización en un par de días. Gracias por sus comentarios sinceros y críticos.

— Unity (@unity) September 17, 2023

Este comunicado vino con una especificación que no se cobrarán las reinstalaciones del juego, sino solo la primera de ellas, así como tampoco se cobrarán las demos ni pruebas temporales. Tampoco se cobrará la instalación de juegos pirateados (así evitarán boicotear a las compañías), ni tampoco procedentes de claves que vengan de Bundles como Humble Bundle ni cargos por juegos ejecutados desde la nube.

Sin embargo, no han especificado cómo van a contabilizar correctamente esto, siendo que un día antes dijeron lo contrario, ante tal ambigüedad de declaraciones la rebelión que el mismo Riccitiello ha provocado no se han detenido ni mermado y ya hay presiones en las redes sociales no solo por el sector de desarrolladoras, sino también del público que solidariza con aquellos que quieren vivir de los videojuegos.

Es muy probable que aún cuando den marcha atrás y todo quede en nada, el daño ya está hecho y la confianza en este motor ha decaído a cero, y a menos que John Riccitiello dimita del cargo, esta mala decisión que ha echado abajo años de confianza entre Unity y los más de 1.300 millones de desarrolladores que utilizaban sus herramientas, probablemente ya no pueda cicatrizar.