Secret of Mana realmente nació a finales de 1993. Fue Seiken Densetsu 2 el que revolucionó el género del RPG en Japón en agosto de ese año. Los americanos adoptaron ese nombre al comercializarlo en Estados Unidos. Aunque en Occidente conocíamos la saga Seiken Densetsu con el nombre de Mystic Quest, que llegó para Game Boy. De las versiones mayores, no tuvimos noticias.
Secret of Mana nos cuenta la historia de la Fortaleza de Maná. Una construcción creada para mantener el equilibrio en el mundo. En el pasado hubo intentos de utilizar la fortaleza para intereses propios y la diosa envió a la Bestia del Maná para erradicar el problema. Hubo un tiempo de paz entonces. Pero, como suele suceder, el equilibrio no tardaría en romperse.
El juego comienza con nuestro protagonista, Randi, en un puente con dos amigos. Tras discutir sobre la conveniencia de estar en un sitio prohibido por los mayores, Randi cae. Para volver a casa, necesita un objeto que pueda cortar los arbustos que impiden el paso. Escucha una voz, sigue avanzando, la voz vuelve a aparecer y ve una espada incrustada en una roca. Sin dudarlo, Randi la saca y… empieza a aparecer monstruos por todas partes.
Cuando Randi llega a su aldea, el anciano contempla con horror lo que ha sucedido. Randi ha roto el equilibrio al sacar la Espada del Maná de su lugar de descanso y los monstruos han comenzado a aparecer. En la Aldea la decisión es unánime. Según los aldeanos, mientras Randi siga en allí, los monstruos seguirán atacando, y por ello es necesario que se marche. Se produce el exilio y comienza un viaje que, si lo hiciste en su día, seguro que hoy lo sigues recordando.
Contenido
Secret of Mana es una delicia visual y sonora.
Era 1994 cuando los europeos pudimos probar Secret of Mana en versión PAL. Y aunque Super Nintendo nos había regalado títulos como Super Parodius, The Legend of Zelda: A Link to the Past, Super Mario Kart o el mismo Super Mario World en los que pudimos apreciar el potencial gráfico que la 16 bits de Nintendo era capaz de poner en liza, era muy complicado no emocionarse con la belleza del Continente. Una presentación visual detallada y hermosa, con enemigos bien definidos y escenarios llenos de detalles. Vegetación, elevaciones y ríos están muy presentes a lo largo de esta aventura.
Los personajes están bien definidos y son diferenciables sin ningún problema. Casi podemos ver sus rostros y expresiones en momentos puntuales de la aventura. Hay que sumar una variedad de enemigos notable y varios jefes finales que ocupan media pantalla. Como punto negativo, y es algo recurrente en Super Nintendo, destacar el momento en que se concentran muchos sprites en pantalla. El juego se ralentizaba sin remedio, haciendo la experiencia algo incómoda. Es su único defecto, pero puede pesar mucho.
La banda sonora que nos regaló Hiroki Kikuta todavía se recuerda con nostalgia. Fear of the Heavens hacía de entrada a una historia que además de verse, se podía escuchar. Y el resto son melodías que transmitían perfectamente lo que el escenario expresaba. En los lugares nevados la melodía es nostálgica, en los soleados es alegre, en los bosques es enérgica y en las aldeas y poblados es hogareña. Y sí, en las ruina de Pandora, como la caja que da nombre al mito, la melodía es desesperante también…
Un apartado sonoro y visual variado, hermoso y mágico. Estos juegos nos llegaban muy de vez en cuando y cuando lo hacían nos regalaban una historia y una puesta en escena que hacía que la experiencia, más allá de jugar, fuese un deleite audio visual semejante al que nos podía ofrecer cualquier película de Disney o de Ghibli Studios.
Muchas posibilidades.
La primera de todas ellas es la posibilidad de que tres jugadores compartan esta aventura. Si eres de los que echas de menos aquellas partidas de dobles o más en los salones recreativos, este aspecto te interesa. El juego empieza para un jugador, pero al poco tiempo aparecerá Primm para unirse a la historia. En la siguiente parada se unirá Popoi y tendremos a los tres personajes disponibles para que tres jugadores tomen el mando y compartan un viaje inolvidable. Iremos combatiendo en tiempo real aunque una barra de tiempo nos indicará cuándo podremos lanzar un ataque fuerte. El componente estratégico de los turnos no llega a perderse del todo.
Si preferimos jugar en solitario la computadora controlará a los dos acompañantes. El jugador puede elegir con cuál personaje jugar y alternar entre ellos a lo largo de la partida. El repertorio de armas disponibles también es extenso en Secret of Mana. Un total de 8 estarán a nuestra disposición a medida que avanzamos. Y cada arma podrá desarrollarse con los cristales de órbita que el herrero de los poblados utilizará para que puedan subir de nivel. Espada, arco, lanza, puño, jabalina, bumerán, hacha y látigo serán nuestras compañeras para intentar devolver el equilibrio al Continente
La magia es un elemento imprescindible en todo buen RPG y aquí no iba a ser menos. A medida que avanzamos y cumplimos misiones, se nos irán incorporando los Espíritus Elementales para que podamos usar su poder. Primm podrá usar la magia curativa y de apoyo mientras Popoi será el encargado de usar la magia ofensiva y de ataque. En total también contaremos con ocho Espíritus que nos prestarán su poder. Undine, Salamando, Gnome, Sylphid, Lumina, Luna, Dryad y Sombrae serán compañeros a los que tendremos que recurrir a menudo.
Si hay una palabra que defina bien a Secret of Mana es divertido. A pesar de los 29 años que hace que salió, sigue siendo muy divertido de jugar. Si lo haces acompañado, la diversión se multiplica. Controlar a los personajes es una delicia. Los movimientos son fluidos y salvo alguna ralentización, la historia se desarrolla de un modo ágil y dinámico. Moverse entre los menús será sencillo una vez te acostumbres y te resultará muy útil para equipar a tus personajes con el mejor equipo posible. Podrás definir tu estrategia y que tus compañeros adopten posturas de ataque o defensa. Tú eliges cómo quieres jugar.
Vamos terminando con Secret of Mana para saber que nunca se acaba
Secret of Mana perdura en la memoria de los más viejos del lugar. Los aficionados a las historias de fantasía que peinan canas o que ya no tienen qué peinar siguen sintiendo un torrente de nostalgia al recordarlo. Y nunca nos importa volver al Continente para ayudar a Randi, a Primm y a Popoi a derrotar a la Bestia del Maná y devolver el equilibrio al mundo.
Es posible conseguir el juego original por un precio que ronda los 50 euros. No son versiones completas y muchas veces nos ofrecerán únicamente el cartucho. Hay, como suele pasar en estos casos, precios desorbitados que son muy difíciles de asumir. Aquí tienes un ejemplo. Así que te recomiendo que tires de Switch y el fantástico Collection of Mana, si quieres disfrutar de este viaje inolvidable.
Secret of Mana es como un buen libro. Cuando lo terminas de leer sientes tristeza porque se ha acabado un viaje y no sabes cuándo volverás a embarcarte en otro que te transmita las mismas sensaciones. Pasear por sus paisajes coloridos combatiendo a enemigos diversos, escuchando melodías que penetran muy adentro de tu ser y disfrutando de un control que te hará disfrutar por su fluidez y posibilidades es una experiencia que deberías probar una vez en la vida. Si lo haces, es casi seguro que querrás repetirlo.
En 1979 vino al mundo una especie de alíen que en 1985 descubrió un salón recreativo de los barrios viejos. Luego fue un Amstrad y sus cargas infinitas y ahí seguimos con los sistemas de hoy… Y de antes.