Jett Rider es un título desarrollado por Last Chicken Games y publicado por JanduSoft que verá la luz hoy mismo en Steam, Nintendo Switch, Xbox One, Xbox Series X|S y PlayStation 4/5. Se trata de un videojuego de aventura y acción en 2D con ciertos toques de nostalgia, muchas referencias y cómo no, grandes dosis de humor.
En ErreKGamer hemos tenido la oportunidad de jugarlo de forma anticipada, peleándonos contra sus jefes y superando zonas que en un principio nos parecieron imposibles (porque sí, a veces la dificultad es bastante intensa).
Antes de pasar a comentaros sus características y nuestra experiencia, os dejamos con su tráiler:
Contenido
El super astronauta que nadie se esperaba pero todos necesitaban
Jett Rider comienza con toda una anacronía, donde veremos una escena en la que Jett ayuda a un poblado de alienígenas. Estos le preguntarán cómo es que ha llegado a ser tan poderoso y valiente como es y él comenzará a recordar.
Nosotros como jugadores somos los que ayudaremos a nuestro protagonista a rememorar todos los sucesos que le han ocurrido en el planeta Gravos, donde nuestro AC-137 se ha estrellado y… ¡Se termina convirtiendo en todo un héroe!
La historia sin duda alguna contiene una gran cantidad de humor, preguntándonos muchas veces cómo es que seguimos vivos tras enfrentarnos a múltiples alimañas.
Además, en un principio no estaremos solos, ya que contaremos con la ayuda de Gladys (que no GLaDOS de Portal), una inteligencia artificial que nos guiará en nuestros primeros pasos aunque siempre tenemos que tener en cuenta que todo puede llegar a torcerse de más.
La «regla de las tres R»: reducir, reciclar y… ¡Repartir golpes!
El aterrizaje a lo bestia (por no decir estrellato directamente) de Jett ha hecho que gran parte de la carga se esparciera a lo largo del planeta. Esto nos fuerza a recoger todo ese cargamento y, como era de esperar, será un objetivo clave de cada uno de los niveles que superemos, otorgándonos además unas monedillas extra de recompensa (o incluso siendo un requisito obligatorio si queremos avanzar).
En gran parte, los niveles se encuentran adecuados precisamente a esta mecánica de ir cargando con los materiales y repartirlos (¿dónde han quedado todos los que decían que Death Stranding era un simulador de repartidor?). Todo ese material no servirá únicamente para comerciar con él en nuestro viaje de vuelta a casa, sino que también para reciclar nuestra propia nave, por lo que resulta imprescindible en la historia de nuestro protagonista.
Jett Rider y sus referencias
Según comenzamos a jugar al título ya nos llamará la atención de esa inteligencia artificial que os hemos nombrado, aunque sí que es cierto que las referencias no paran de fluir. Son muy agradecidas, ya que el propio estilo del juego (con un apartado gráfico que claramente nos trata de transportar a una época pasada) incita a crearnos referencias ya no sólo en diálogos, sino también en jefes finales (como veréis en la próxima imagen que os compartiremos).
Todas estas referencias se encuentran perfectamente encajadas dentro del mundo que nos crea Jett Rider, donde reciclar materiales no será nuestra única función.
Una gran variedad de armas con limitaciones
Algo que en un principio resultaba bastante emocionante, era la gran cantidad de armas y mejoras con las que cuenta Jett Rider. Estas se pueden desbloquear en salas secretas o cumpliendo ciertos objetivos (como recoger objetos coleccionables).
Es cierto que todas en cierto punto son utilizables, aunque determinados escenarios nos forzarán a utilizar unas u otras (será imposible utilizar un lanzallamas en niveles de agua). Además, las armas suelen tener una «función oculta» que siempre el juego nos tratará de enseñar ya sea mediante diálogos o pequeños tutoriales. Por ejemplo: el lanzaminas sirve para romper grandes formaciones rocosas que nos permitirá acceder a zonas que de otra forma, sería imposible.
¿Es esto realmente un problema? Realmente no tanto, ya que así el jugador se ve «obligado» a probar todas las armas y buscándole un uso y estrategias para cada uno de los niveles.
Si el jugador tiene una ventaja de la que puede (o no) sacar provecho es las zonas que conocemos como «salas de descanso«. En ellas se puede guardar partida y acceder a la tienda «Crush’n go!«, en las que podremos mejorar nuestras armas a costa de unas pocas monedas de oro y cambiarlas en cualquier momento. Podremos equiparnos un máximo de dos armas a la vez.
Un título accesible
Si algo al principio costaba bastante es los controles. El hecho de tener que manejar un jet-pack mientras que disparamos a un montón de criaturas (que estas a su vez nos disparan o corren a por nosotros) resultaba un tanto agobiante y más en mando. Esto lo pudimos solucionar un poco con el uso de teclado, aunque lo bueno es que el título permite la modificación del «mapeo» de los controles, por lo que no nos cabe duda que cada jugador logrará mover a Jett como desee.
Aparentemente Jett Rider no parece ser un título demasiado exigente con el jugador, pero sin duda alguna en los últimos niveles y pantallas… ¡Las cosas pueden ponerse feas!
El arte de Jett Rider
Jett Rider es uno de esos videojuegos que logra meternos de lleno en una atmósfera de aventura y acción a partes iguales, en gran parte debido a sus decisiones artísticas. Su estilo pixel-art muchas veces deja incógnitas sobre cómo serán ciertos personajes o incluso dónde estará la sala oculta que guarde en sí un ídolo dorado coleccionable. Esto hace que el jugador esté permanentemente alerta en sus escenarios, buscando posibles salas en cada uno de sus rincones.
A todo esto hay que añadirle su banda sonora, con una batería constante añadiéndonos un ritmo e incitándonos a esa acción, pero en la que no podemos dejar pasar desapercibido el uso de sintetizadores, que nos emulan casi de continuo esa sensación de flotar en el espacio gracias al uso de notas pedales y arpegios.
En definitiva, Jett Rider es sin duda toda una delicia tanto para la vista como para el oído.
Hemos realizado este análisis en PC con una clave proporcionada por Jandusoft