Warhammer 40K vuelve al mundo del videojuego de la mano de Boltgun. El famosísimo juego de mesa y estrategia de miniaturas de Games Workshop ha sido llevado al mundo del entretenimiento digital de muy diversas formas a lo largo de los años. Con multitud de géneros dentro del videojuego a sus espaldas, existen títulos de estrategia que han preservado la esencia táctica del juego físico, tales como la serie Dawn of War y o Battlesector. 

Por otro lado, algunos han explorado el oscuro y agresivo universo de Warhammer para desarrollar juegos de acción trepidante, como Warhammer 40K: Space Marine y Warhammer 40K: Darktide o el spin off más exitoso de la serie Necromunda: Hired Gun.

Warhammer 40K: Boltgun se inclina hacia el género de la acción, presentándose como un shooter en primera persona a lo vieja escuela. Lo que suele denominarse hoy en día como un boomer shooter. Boltgun se distingue por su capacidad de rememorar la estética, la mecánica de juego y el ambiente de los icónicos shooters de los noventa, como Duke Nukem 3D y Quake. Boltgun es capaz de agarrarte por la pechera desde el primer minuto si tienes más de 35 años, como es mi caso. 

Boltgun es un boomer shooter que coge lo mejor de los FPS de los noventa

Las reminiscencias de DOOM o Wolfenstein, sumadas a mi pasión por todo lo que tenga que ver con GW pusieron el resto. Boltgun es una fusión perfecta de dinamismo descomedido, arquitectura gótica y el entorno implacable de Warhammer 40K con una jugabilidad trepidante apoyada en gráficos estilo 2.5D característicos de los FPS de los noventa: un plan perfecto.

En su tributo a los clásicos juegos de disparos en primera persona de la década de 1990, Warhammer 40K: Boltgun se destaca por su motor gráfico 2.5D que combina entornos poligonales tridimensionales con enemigos representados como sprites bidimensionales animados.

La estética de Boltgun, cuidadosamente tratada y pensada hasta el último rincón de sus escenarios, junto con sus animaciones fluidas, captura la esencia de los oscuros y mecánicos escenarios del universo de Warhammer 40K, evocando al mismo tiempo un sentimiento de nostalgia por los icónicos shooters en primera persona que le sirven de inspiración.

Warhammer 40K: Boltgun dura unas 10 horas y está disponible en Game Pass

Warhammer 40K: Boltgun ofrece una experiencia fluida en Xbox Series X que es la plataforma a través de la que lo hemos analizado en ErreKGamer gracias a su disponibilidad a través de Xbox Game Pass, corriendo a una resolución de 1080p y 60 imágenes por segundo, logrando así un equilibrio entre la fidelidad gráfica contemporánea y su estética retro.

En Warhammer 40K: Boltgun, asumes el papel de Malum Caedo, un Marine Espacial y leal servidor del Imperio de la Humanidad. La Inquisición te encomienda la misión de liberar Graia, un mundo forja ubicado en el Segmentum Tempestus de las garras de las fuerzas del Caos.  Estas fuerzas malignas, compuestas por herejes, cultistas, Marines del Caos renegados y demonios sedientos de sangre, perpetran actos atroces y masacres en honor a sus deidades corruptas. Tu objetivo es detener su avance a través del cosmos.

Warhammer 40K: Boltgun no tiene una trama demasiado elaborada

La trama de Warhammer 40K: Boltgun es intencionalmente simple, sirviendo como un mero pretexto para la acción. Aunque puede resultar insuficiente para quienes buscan una historia más elaborada, se ajusta perfectamente al propósito del juego: combates intensos y la erradicación de la vileza del Caos, al final no dista mucho del pretexto que presentaban los juegos de disparos en los 90.

La jugabilidad de Warhammer 40K: Boltgun se organiza en capítulos, donde debes navegar por extensos niveles para cumplir tu misión, eliminando a los seguidores y demonios del Caos en tu camino. En Graia, encontrarás abundantes ítems de salud y escudos, así como un vasto arsenal de armas dispersas por el planeta.

En Boltgun, cada nivel oculta áreas secretas que contienen potenciadores y armamento especial, brindando ventajas tácticas y recompensas a aquellos jugadores que exploran a fondo los siniestros paisajes de Graia, proporcionando un respiro de los intensos enfrentamientos.

Boltgun se centra en una jugabilidad frenética en la que no puedes pararte ni un segundo

En el contexto de los enfrentamientos armados, es pertinente examinar el aspecto más destacado de Warhammer 40K: Boltgun: los combates. Los tiroteos en este título se caracterizan por ser increíblemente veloces, caóticos y despiadados. La inmovilidad o la falta de precisión en tus disparos resultarán en tu aniquilación a manos de las fuerzas del Caos, sobre todo en los niveles de mayor dificultad. Por fortuna, el arsenal que adquirirás a lo largo de la aventura posee la potencia necesaria para nivelar la contienda.

Warhammer 40K: Boltgun te equipa con un repertorio de armamento que incluye el rifle de asalto Boltgun, la potente pistola de plasma, lanzagranadas  y otras agradables sorpresas que irás descubriendo a lo largo de sus 24 niveles repartidos en 3 capítulos conformando un arsenal de 8 armas en total para sembrar la destrucción a tu paso. Además de las armas de fuego, dispones de granadas para despejar grupos más o menos masivos de adversarios y un par de técnicas de combate cercano para cuando los rivales se aproximen demasiado.

Dispones de una embestida que te permite confrontar a tus oponentes y desplazarlos, facilitando tu huida en situaciones en las que te puedas ver acorralado. Asimismo, cuentas con la Chainsword, una sierra mecánica en forma de espada que te habilita para fijar blancos y embestirlos, desmembrándolos al presionar el botón de ataque correspondiente una vez están en estado de aturndimiento, en una mecánica que recuerda a DOOM Eternal.

Los potenciadores son fundamentales en Boltgun, encontrarlos todos: un desafío

Adicionalmente, Boltgun cuenta con una ingrediente fundamental en cada uno de sus niveles: los potenciadores secretos previamente mencionados te concederán una variedad de ventajas temporales, tales como incremento en el daño infligido, desaceleración momentánea del tiempo, munición y escudo adicionales, munición ilimitada y más.

El combate puede ser intimidante al inicio, enfrentándote a innumerables enemigos de manera simultánea. No obstante, una vez que te habitúas al dinamismo de correr y disparar, se convierte en una experiencia tremendamente gratificante. Los controles son precisos y ágiles, la diversidad de armamento añade variedad al combate y la transformación de los enemigos en restos sangrientos es sumamente satisfactoria.

El broche de oro lo constituye el sistema de guardado y carga rápida del juego, que permite salvaguardar tu avance instantáneamente en cualquier punto de la partida. Esta herramienta te posibilita establecer puntos de control personales durante los enfrentamientos, para recargarlos de inmediato si las cosas se complican.

Boltgun permite avanzar a tu ritmo gracias a varias ranuras y tipos de guardado

Esta funcionalidad se agradece muchísimo, ya que mantiene la intensidad del combate y te evita reiniciar un enfrentamiento desde el comienzo en caso de perecer. Solo ten cuidado de no encerrarte por error y precipitadamente, pues de lo contrario, tendrás que recurrir a una partida guardada manualmente o a una automática.

Mis reservas respecto al juego son menores dentro del contexto general, pero merecen ser mencionadas. En primer lugar, enfrentarse a los jefes en niveles de dificultad superiores al estándar puede ser agotador. Jugando Warhammer 40K: Boltgun en modo difícil a fin de conocer cómo es ese ‘reto adicional’, observé que los jefes poseían tanta resistencia que mis armas apenas les hacían ningún tipo de daño.

Esto hace que los potenciadores se conviertan en un imprescindible en algunos casos, ya que los jefes me obligaron a depender de estas herramientas secretas para eliminarlos eficazmente sin ser sobrepasado por las hordas de enemigos que los acompañan en sus enfrentamientos específicos. A pesar de ello, logré derrotarlos tras emplear todo mi arsenal, pero prepárate para un desafío mayúsculo si optas por los niveles de dificultad elevados.

Mi crítica principal se dirige a la configuración de los controles. Aunque son responsivos, la disposición de ciertos botones para acciones como correr, la espada sierra y la embestida pueden resultar poco ergonómicas e incómodas hasta que te acostumbras.El problema es que el juego no ofrece la opción de personalizar los controles por nuestra cuenta, solo proporciona una serie de configuraciones predefinidas en el menú de opciones.

Conclusión

En resumen, mi experiencia con Warhammer 40K: Boltgun ha sido muy satisfactoria. El combate me enganchó y resultó gratificante, y su estética artística de estilo noventero es muy atractiva visualmente. Cabe destacar la inclusión de ingeniosos huevos de pascia y alusiones a la saga de Warhammer 40K y a otros juegos, escondidos en el juego, lo cual es una muestra del cariño y el respeto que Auroch Digital tiene por la serie al desarrollar Boltgun.

Para los entusiastas de Warhammer 40K que anhelan vivir la magnífica fantasía de poder de un Marine Espacial invencible, o para los aficionados a los frenéticos y sangrientos shooters en primera persona de los años 90, Warhammer: Boltgun podría ser uno de los mejores títulos que se pueden jugar. Larga vida al boomer shooter.

Análisis: Warhammer 40,000: Boltgun
Un combate vertiginoso y adictivo que nos retrotrae a los mejores juegos de los noventaEl estilo retro 2.5D cautiva desde el principio, una delicia repleta de detalles y mimoEl sistema de guardado y cargado te permite avanzar de una forma moderna en un juego retroEl arsenal de armas se presta para elaborar tácticas rápidas que convengan a cada momento del combateLos power ups y otros secretos repartidos por los escenarios invitan a recorrerlos palmo a palmo
Tanto la historia como la forma en el que se cuentan podrían haber dado algo más de sí. Es lo que le separa del sobresalienteNo puedes personalizar los controles a tu gustoEn dificultades elevadas no se mejora la IA enemiga y se convierte a los jefes en esponjas de balas
8Nota Final
Historia7
Jugabilidad10
Gráficos9
Narrativa5
Sonido9