De la mano de Annapurna nos llega este Open Roads, una breve pero intensa novela visual que destaca por encima de todo por su concepto artístico y la mezcla de estilos gráficos. Una obra de apenas tres o cuatro horas donde Opal y Tess, madre e hija, van a tener que gestionar un oscuro descubrimiento del pasado.

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Open Roads como novela visual

Open Roads es lo que actualmente se define como novela visual o, válido también, walking simulator. Un juego donde lo importante es lo que te cuentan y la manera en que se relata, y donde el jugador es un mero desencadenante de la narrativa sin posibilidad real de intervenir más allá de escoger ciertas opciones irrelevantes de diálogo.

Algunos juegos de este estilo tratan de innovar añadiendo algo de trascendencia a tus acciones, me vienen a la cabeza las aventuras popularizadas por Telltale Games o Dontnod donde se insiste en que tus decisiones serán recordadas, pero me temo que en esta ocasión no es el caso. En Open Roads todo empieza en la casa de Helen, abuela de Tess y madre de Opal y August, y termina al día siguiente tras un fugaz viaje a Canadá donde se descubrirá la verdad.

Por el camino apenas hay entre tres y cuatro horas de diversión en las que Tess, mientras se halla empaquetando viejas pertenencias de su recientemente fallecida abuela, descubre cartas y fotos que arrojan una duda en el pasado de la familia. Solamente tres localizaciones y unas cuantas líneas de diálogo en inglés que afortunadamente han sido subtituladas al castellano.

Análisis Open Roads

Artísticamente una delicia

No puedo contar más sin destapar la esencia del juego, esa que he contado es la introducción de la trama y la excusa para construir los pertinentes nudo y desenlace presentes en cualquier novela moderna, que en esta ocasión se cuentan a través de un PC (Steam) o una consola (Xbox One y Playstation 4 y superiores). En mi caso una Series S aprovechando que acaba de entrar en Game Pass, tal y como te contamos recientemente aquí.

Análisis Open Roads

Este Open Roads se desarrolla en tres lugares diferentes, recreados a través de un motor 3D muy resultón y detallado, con una buena resolución y nivel de detalle en los modelos y con un único objetivo, el de permitir al jugador moverse y explorar el entorno y descubrir el siguiente punto sobre el que continuar la historia; una foto, una revista, un recorte de diario o una antigua carta, algo que desbloquee un recuerdo o proporcione una pista aunque eso sí, sin un ápice de acción.

Análisis Open Roads

Las capturas que acompañan a este análisis son de mi propia partida de Open Roads en Series S, alternando el motor 3D con viñetas estáticas que representan los diálogos en tercera persona entre madre e hija bajo una estética de dibujo animado de mediados de siglo pasado. Y voces inglesas conocidas en el ámbito de las series de Kaitlyn Dever (Tess) y Keri Russell (Opal).

Análisis Open Roads

Podrás examinar objetos, abrir y cerrar cajones y armarios en interiores abandonados, tal vez la excusa perfecta para no tener que incluir personajes con los que poder interactuar. Entiendo que el ritmo en este tipo de una video-aventura es pausado, pero echo de menos rellenar esos escenarios tan vacíos o un poco de música de fondo, algo que recuerde que hay cierto atisbo de vida que refrenda la historia.

Análisis Open Roads

Me atrevería a decir que Open Roads es un juego para disfrutar como sustituto de película de sobremesa en tarde de frío invernal, preferiblemente acompañado y compartiendo algún tipo de bebida. Como buen walking simulator que se precie, tus acciones son irrelevantes en y no es necesario tiempo de respuesta alguno porque apenas hay tensión más allá de la relación que se adivina entre madre e hija, y tampoco es necesario dar al botón de confirmar para los diálogos, algo automático y que se agradece sobremanera.

Lo bueno si breve…

Choca un poco que la elaboración del juego, según sus autores, empezara cuatro años atrás. Es un producto de rápido consumo, con entornos 3D muy acotados, sin apenas elecciones y escasa participación del usuario, con toda la experiencia centrada en la creatividad gráfica y novelesca. Ingredientes que sugieren un rápido desarrollo y un testeo bastante liviano. Todo muy simple.

Análisis Open Roads

Y sin embargo cuatro años debieran haber dado para algo más contundente. Evidentemente el análisis se ha de centrar en lo que tenemos delante, no en lo que hubiera podido ser, una pena porque tiene potencial en el género, y la historia daba para más. ¿Tal vez el deseo de acabarlo cuanto antes después de tanto tiempo primó sobre su diseño? ¿Quizá incluir voces famosas encareció en exceso el producto? Me temo que no lo sabremos.

Análisis Open Roads

Como anécdota, me ha recordado a Los puentes de Madison, película con la que comparte de algún modo ese hilo argumental que siembra una duda, aunque ni los hechos ni la perspectiva de los mismos son ni por asomo parecidos. En la película se relata algo que pudo pasar, en el juego tendrás que experimentar tú para ver qué te parece mi teoría.

Hemos realizado este análisis en Xbox Series S y suscripción al servicio Game Pass

Análisis: Open Roads
Entorno gráfico interesanteBuena historiaPrecio reducido
Es muy cortoNo hay capacidad de influir en la historiaSólo tres localizaciones
7Nota Final
Historia7
Jugabilidad6.5
Gráficos7.5