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Análisis Separate Ways: el éxito y Capcom más unidos que nunca

¡Cómo está Capcom, lectores! Medio año después del lanzamiento de Resident Evil 4 Remake, la compañía nipona ha decidido poner la guinda del pastel con Separate Ways.

ANÁLISIS RESIDENT EVIL 4 REMAKE

Ada Wong, agente sobresaliente

En este DLC nos pondremos a los mandos de Ada Wong, una astuta y letal mercenaria de origen asiático. Durante los eventos de Resident Evil 4 Remake, está contratada por Albert Wesker para infiltrarse en las tierras gobernadas por Osmund Saddler y obtener una muestra de ámbar, material que permitirá al infame villano sembrar un oscuro futuro en toda la faz del planeta. Esta misión entrelazará de nuevo su camino al del agente Leon S. Kennedy, dándonos una nueva oportunidad de presenciar otra interacción entre esta extraña pareja.

Separate Ways conecta de una manera muy especial con Resident Evil 4 Remake, ya que toma como puntos de referencia los momentos en los que Ada y Leon coincidían; construyendo una historia que narra los periplos que nuestra heroína vive entre unos y otros. Como característica para un DLC, esto es una delicia, ya que es fácil de conectar con la historia de referencia sin necesidad de quemar al protagonista principal.

Respecto a Ada, en primera instancia poco se puede decir de ella más de lo que ya sepamos. Tenemos sus momentos de ingenio, habilidad o elegancia, siendo cómico como mantiene esta última rehusando meterse en el agua de las cloacas. También nos encontramos con su aparente frialdad, aunque ver la historia a través de sus ojos, permite conocer que Ada no es tan mercenaria como parece; mostrando mayor preocupación de la aparente por personajes como Luis Sera o el propio Leon. A pesar de que su juego se llama Separate Ways, se siente una Ada más cercana que nunca.

Más munición de una fórmula segura

La aventura de Separate Ways nos volverá a meter de lleno en los escenarios por los que ya nos aventuramos en el juego principal; algunos serán exactamente los mismos que visitamos con Leon, siendo otros zonas nuevas anexas a las ya conocidas. Debido a esto, no hay ninguno que nos sorprenda demasiado, salvo por el hecho del buen gusto en la ambientación y en los juegos de luces y sombras de los mismos.

El combate sigue teniendo la misma agilidad y cuenta con las mismas variantes de esquiva, bloqueo con cuchillo y remate vistas con Leon; aunque este remate se puede realizar a distancia gracias a la pistola con gancho de Ada, la cual también nos servirá para quitar escudos a los enemigos una vez consigamos un amuleto concreto para el maletín. En cuanto a las armas, hay menos variedad que con Leon (al ser un contenido de duración más corta), pero te permite ciertas elecciones como en el caso de las pistolas. En mi caso, he terminado Separate Ways con la que te dan de inicio, la Blacktail, un arma precisa a la par que potente.

El ritmo de juego se mantiene como es costumbre en el resto de la franquicia o en otros títulos del género, es decir, alternando entre zonas de combate más intensas, con otras más tranquilas con pocos o ningún enemigo, cuya función es de aprovisionamiento. Eso sí, tengo la sensación de que en Separate Ways he podido acabar con una mayor proporción de enemigos con el cuchillo utilizando el sigilo. En general la combinación es muy divertida, más aún cuando entran en la ecuación enemigos más fuertes como los de la motosierra o los cabeza de toro/jabalí.

Separate Ways, complemento para la perfección

Una de las cosas que más me ha gustado es el regreso de U-3, al que en Separate Ways conoceremos como “capa negra” o “Pesanta”. Lo eché de menos cuando jugué al título principal y ha sido una sorpresa verle aparecer aquí; actuando como antagonista principal de Ada durante gran parte de Separate Ways, siendo nuestros encuentros con él bastante intensos. Por suerte, ya no nos veremos las caras en las odiosas plataformas que se van desprendiendo como en el clásico de 2005, aunque añade una mecánica a sus combates que te pondrán las cosas difíciles.

Por lo demás, en nuestro camino nos encontraremos de manera directa o indirecta con otros míticos personajes de esta historia como el alcalde, Ashley o Krauser. Quizás en este sentido eché de menos un encuentro directo con Ramón Salazar, ya que me hubiese gustado ver la mezcla entre la sutileza de Ada y el bizarrismo del conde venido en desgracia. También hay un guiño a la primera película protagonizada de la saga, que hará sonreír a más de un fan. En cuanto a contenido secundario, salvo una de las zonas del castillo hay muy pocos puzles, aunque encontraremos una buena cantidad de pedidos del buhonero en relación a la duración del DLC.

En mi caso, esta ha sido de once horas y media, en dificultad hardcore y enredando muchísimo. Lo normal está entre las siete y nueve horas, algo que en mi opinión es acorde a su precio oficial, poco más mil quinientas pesetas (moneda oficial del juego), unos diez pavetes. Y no sólo es cantidad vacía, sino que también están rellenas de una gran calidad. Sí, es un DLC, son inventos del demonio. Pero es un gran contenido secundario y ya que no podemos luchar contra su instalación en la industria del videojuego, si los tenemos que sean como este. Los jugadores han vuelto a recibir lo que quieren, lo que necesitan y lo que le gusta con esta gran aventura.

Con Separate Ways hay dos grandes ganadores. La primera es Ada, que sigue en línea ascendente, ya no siendo un personaje secundario de gran importancia, sino como co-protagonista de Resident Evil 4 Remake. El segundo es la propia Capcom, que una vez más vuelve a demostrar que está de dulce y que sabe cual es la mejor manera de tratar a una de sus sagas más importantes. Ojalá otros estudios adquiriesen esa lucidez en la labor de saber recuperar y redirigir sus grandes clásicos (carraspeo, Square Enix, carraspeo, Game Freak). Sin más, no me queda otra que recomendar a todo el mundo, no ya sólo Separate Ways, sino cualquiera de los remakes de Resident Evil.

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