Para comprender mejor God of War Ragnarök vamos a hacer un poco de retrospectiva. El 20 de abril de 2018 Santa Mónica Studio sacó el nuevo God of War para PlayStation 4, trayendo de vuelta a Kratos en una aventura ambientada en la mitología nórdica e incorporando novedades en la jugabilidad y el trasfondo. El título fue alabado tanto por público como por críticos y medios especializados, logrando más de tres millones de copias vendidas durante los primeros tres días y más de 19 millones hasta verano de 2021.

Al finalizar el juego nos dejaban claro que el estudio tenía intenciones de realizar una secuela del mismo y la noticia llegó finalmente en septiembre de 2020. Su título oficial se dio a conocer como God of War Ragnarök durante el evento de PlayStation Showcase que tuvo lugar el 9 de septiembre del año siguiente, en donde también confirmaron que sería el final de la era nórdica.

Fue sacado a nivel mundial el 9 de noviembre de 2022 para PlayStation 4 y PlayStation 5, obteniendo de nuevo reseñas muy positivas y convirtiéndose en el juego first-party más vendido en la historia de PlayStation con 5,1 millones durante su primera semana.

La servidora aquí presente tuvo la gran suerte de empezarlo el mismo día de su lanzamiento y saborear poco a poco esta aventura que sin duda no me ha dejado indiferente, así que toca conocer más a fondo este nuevo episodio del Fantasma de Esparta.

Santa Mónica ha realizado una labor titánica en God of War Ragnarök.

Los años de trabajo y esfuerzo para la creación de esta historia se notan desde el minuto uno en que nos sumergimos en la nueva aventura. Es difícil encontrar peros en alguno de sus apartados, pues el mimo y detalle que han puesto en cada aspecto son visibles durante sus más de treinta horas de duración (eso si solo nos centramos en la trama principal), convirtiéndolo en una grata y muy disfrutable experiencia tanto para los veteranos de la saga como para quienes se acercaron a ella por primera vez en 2018.

En God of War Ragnarök podremos usar de nuevo el hacha Leviatán.

Las primeras horas de la campaña nos sitúan poco tiempo después de los acontecimientos del anterior título, presentándonos a un Kratos y un Atreus que viven aislados y preparándose para la llegada del inminente Ragnarök. En los primeros compases encontramos un estilo similar a su predecesor, con resolución de puzzles y combate (en el que poco a poco iremos viendo las novedades que dicho apartado incorpora), así como la progresión para mejorar armas, habilidades y armaduras.

Madurez en la forma y el fondo.

Nos encontramos ante una obra adulta tanto en el continente como en el contenido. Atrás dejamos a ese Kratos asesino de dioses que no temía a nada, siendo sustituido por un padre protector tratando de retrasar el momento en que su hijo deba tomar el camino correcto. Conocemos más a fondo sus miedos, sus vulnerabilidades… y sobre todo sus recuerdos, aquellos recuerdos que le han convertido en quien es. Y ese ahondamiento en su personalidad y vivencias da una dimensión muy humana al personaje.

Por otra parte Atreus adquiere una mayor importancia, pues el juego nos cuenta su camino de aprendizaje y madurez, nos cuenta el papel que está destinado a cumplir. Y nos habla de la relación con su padre, muchas veces difícil al ver cómo no le permite «alzar el vuelo» y mostrar su valía como guerrero y como persona.

En God of War Ragnarök veremos que Atreus adquiere una mayor importancia.

Y no nos olvidemos de los secundarios. Unos personajes inolvidables que también arrastran sus propias heridas y penas, ganándose un hueco en el corazón de los jugadores. Ninguno sobra, todos tienen algo que aportar para complementar y dar sentido al conjunto, sean héroes o villanos.

Esa es una de sus grandes fortalezas. Según avanzamos somos conscientes de todo ese trabajo, pues es palpable en cada diálogo, escena o cinemática. Una de sus muchas virtudes es la capacidad de alternar momentos épicos con momentos de una gran carga emocional sin que choque ni desvíen la atención del jugador.

Revisión de la mitología nórdica

De nuevo nos situamos en un trasfondo en el cual la mitología se presenta como fuente de inspiración y parte fundamental de la historia. Cada pieza, referencia y mito rescatado está diseñado para encajar a la perfección en el engranaje que conforma el juego.

Si bien es cierto que hay una libre interpretación de los mitos nórdicos su reestructuración no hace sino añadir más calidad al conjunto mejorando su ya de por sí extraordinaria historia. Para quienes somos conocedores de dicha cultura es un auténtico placer visual ver en pantalla a Odín, Thor o Fenrir o reencontrarnos con personajes tan queridos como Freya.

Jugabilidad, historia y gráficos

El gameplay retoma las bases de su predecesor con el añadido de que en esta ocasión podemos hacer uso de las Espadas del Caos desde el primer momento, aumentado las opciones de jugabilidad nada más comenzar la partida.

Las distintas ramas de habilidades nos permitirán desarrollar diferentes opciones de combate para crear nuestro propio estilo de juego y adaptarnos a las fortalezas y debilidades de los diferentes enemigos, desbloqueando ataques especiales, mejoras para nuestros escudos, encantamientos o aplicación de estados para cambiar las tornas a nuestro favor.

Todo ello sumado a las reliquias otorga una sensación de mayor agilidad a la hora de luchar o enfrentarnos a grandes grupos, con el añadido de que seguiremos disponiendo de un acompañante que nos facilitará las cosas en numerosas ocasiones. El uso adecuado del escudo y los contraataques también serán nuestros grandes aliados.

Pero no todo va a ser pegarnos. Habrá mucho margen para la exploración y la resolución de puzzles y así acceder a diversas zonas del mapa, cofres o lugares ocultos permitiéndonos descubrir información e easter eggs en forma de coleccionables. Si bien su dificultad es quizás demasiado sencilla resultan amenos de resolver y nunca consiguen aburrir, y a menudo perderemos la noción del tiempo mientras investigamos (perfecto para desconectar del frenetismo de los combates).

Nos encontramos ante nueve posibles escenarios que iremos desbloqueando conforme avanzamos en la trama, enormes y llenos de actividades por realizar. Las misiones secundarias tienen la duración perfecta y están muy bien integradas, resultando un grato descubrimiento cuando nos topamos con alguna de ellas.

Apartado técnico

El apartado técnico y gráfico son simplemente perfectos, encontrando hasta cuatro modos diferentes para sacarle el máximo partido en nuestra Ps5. Esa calidad viene también acompañada de un modelado de personajes y entorno sublime y en el que se nota la gran labor desempeñada por el equipo, sobre todo en detalles como los gestos de los personajes, los paisajes o la sensación de encontrarnos en un mundo lleno de vida. Todo ello aún más mejorado gracias al excelente trabajo de los actores de voz o la banda sonora que nos acompaña en nuestro periplo.

El fin de un ciclo

No voy a entrar en detalle respecto a la línea argumental para evitar destrozar la experiencia a quienes aún no han disfrutado del juego o simplemente no lo han terminado, pero me parece importarte señalar que deja completamente cerrado el arco nórdico de la saga y el reinicio de hace cinco años.

Nos situamos poco tiempo después del anterior juego, encontrándonos con Kratos y Atreus viviendo totalmente aislados en Midgard mientras el primero enseña a su hijo cómo combatir cuando llegue la profecía que vaticina el fin de los tiempos. Pero Atreus ha crecido, empieza a ser consciente de su propia fuerza y no podrán estar escondidos eternamente. El resultado es inevitable: deben partir para encontrar respuestas y su lugar en el mundo mientras los peligros y la naturaleza salvaje y divina les pisan los talones.

Conclusión

A lo largo de nuestro viaje por los Nueve Reinos en God of War Ragnarök nos sumergiremos en una historia de amor fraternal, aceptación y crecimiento en un contexto de acción frenética aderazado con una fuerte carga emotiva que no solo no desvirtúa la parte más aventurera, sino que la mejora y la eleva a un alto grado de calidad.

Sin lugar a dudas estamos ante uno de los mejores títulos de la actual generación, rozando la excelencia en cada apartado y convirtiéndolo en un juego redondo y pulido que sabe aprovechar la potencia y virtudes de la consola. Gracias por todo Kratos, nos vemos en tu próxima aventura.

Análisis: God of War Ragnarök
Mejoras en la jugabilidadCombates amenos y divertidosTrasfondo más maduro
Puzzles demasiado sencillos
9.2Nota Final
Historia9.5
Gráficos9
Jugabilidad9