El mercado indie está en un gran momento de auge cuando se trata de crear juegos retro, ya que ha quedado demostrado que el público veterano irá de cabeza por ellos cuando le toquen la fibra de la nostalgia, sea por la música, por los gráficos o por alguna nueva idea que los programadores de entonces no se les ocurrió, sea por limitación o no, a todos nos queda claro que aún hay mucho por descubrir en el 2D.

Tribute Games es una Desarrolladora canadiense que comenzó con tres personas, dos ex-empleados de Ubi Soft y uno de Eidos, desde que comenzaron por el 2012 no han dejado de experimentar una y otra vez con propuestas radicalmente nostálgicas con una que otra pincelada tecnológica actual.

Panzer Paladin

Panzer Paladin no es una carta de amor, es prácticamente un poema a la generación de los 8 bits pero haciéndolo de una forma innovadora sin insultar al más purista de la NES, sino que cuidando la prosa dentro de unos parámetros que ellos mismos lograron construir en una escala propia. 

Partamos por la base que Panzer Paladin se olvida de lo convencional dejando de lado todas esas fórmulas trilladas que a día de hoy funcionan y que muchos programadores actuales de juegos retro toman como un dogma obligado si quieren vender, los de Tribute Games optaron por otra cosa totalmente distinta y algo arriesgada, y el resultado puede ser tan sorprendente para unos, como dejar sentimientos encontrados para otros.

La historia de Panzer Paladin

Un grupo de meteoritos con formas de armas medievales aterrizan en 10 países del mundo y de ellos surgen varios seres demoníacos que comienzan a causar caos y destrucción en dichos países, el príncipe oscuro Ravenous envía un mensaje al planeta ordenando la rendición o se enfrentan a la destrucción. Pero no todo está perdido, afortunadamente en Canadá existe la agencia Gauntlet, una organización para el mantenimiento de la paz, dedicada a defender la Tierra de los invasores demoníacos.

El Director a cargo de dicha organización envía a sus dos mejores operarios: Flame, un androide femenino afable y valiente siempre dispuesta a dar su vida por salvar la de otros y de hecho se ofrece voluntariamente a combatir a Ravenous. Y Grit, un traje bípedo avanzado de servoarmadura sensible que es operado desde su interior por Flame aunque posee una inteligencia artificial que le permite comunicarse (en este punto las referencias a Macross, Mazinger Z, Super Laser, Gundam, Bubblegum Crisis, etc, están demás mencionarlas).

Antes de comenzar la misión, la científica de Gauntlet y diseñadora de Grit, la Doctora Bloom les explica que un pergamino religioso secreto predijo que las armas espirituales se fabricarían en un lugar conocido como Forge y se utilizarían para apoderarse del planeta, incitando así una guerra cósmica.

Panzer Paladin

¿Podrán nuestros intrépidos super héroes detener los malévolos planes de Ravenous?, no se pierda nuestro emocionante episodio la próxima semana, a esta misma hora y por el mis… !!!

Perdón, se me olvidó que esto es un videojuego.

¿Un Megaman con espadas, un Zelda plataformero, un Blaster Master lineal?

Como antes se dijo, la propuesta de Panzer Paladin decide ir por otro camino y retoma todas aquellas ideas que vimos en juegos para muchos olvidados como Whomp´Em, Metal Mech, Blaster Master, Astyanax, Low G Man, Megaman y Zelda II, logrando algo propio y original. Aunque el juego tampoco se olvida de aquella olvidada filosofía de las thirds de crear personajes emotivos que aunque visualmente serios y perfectamente proporcionados en los artworks, los gameplay e ítems muy por el contrario contrastan diametralmente al presentarlos en pantalla de forma caricaturezca (Como pasaba con el juego de Megaman, la caja se veía hiper-realista pero los personajes lucían super-deformers).

Una vez que comienzas Panzer Paladin nos dan a elegir entre 10 diferentes escenarios, cada uno representando un país y su enemigo correspondiente que por esas cosas de la vida coincide con el folklore local, probablemente las futuras secuelas de este juego se vayan por este interesante camino de crear enemigos .

Panzer Paladin

Hablar sobre la mecánica es un poco confuso ya que al querer salirse de los paradigmas convencionales como los disparos e ítems, toda la jugabilidad gira en base al uso de armas de lucha colectiva que al mismo tiempo cumplen la función de ítems. Correcto, en el juego no hay ítems porque las mismas armas se pueden usar también para recobrar energía, potenciar ataques, bendecir, desviar, absorber, aumentar resistencia, generar una explosión en pantalla, incluso poder volar, etc, y para ello deben ser sacrificadas.

Pero ojo, que las armas también tienen su barra de energía el cual se desgasta por el uso y así hasta que se destruye (similar a Breath Of The Wild), y no hay forma de recuperarlas, sobretodo si son armas especiales que te entregan los jefes cuando los derrotas, aunque en honor a la verdad hay un ítem que sirve para recargar la energía de las armas pero es demasiado inusual que te aparezca y encima es de muy poca utilidad, y otro ítem que te da una vida extra, ambos ítems se encuentran escondidos y solo rompiendo parte del escenario.

Panzer Paladin

A mencionar, todas las armas pueden ser lanzadas para destruir a tus enemigos a distancia y lo mejor es que son recuperables mientras tengan un buen nivel de energía, de lo contrario se destruyen, por lo tanto lo aconsejable es lanzarlas cuando ya las hayas gastado.

Cuando tienes un buen número de armas colectadas, el máximo que podrás cargar durante el juego serán 4, si se te destruyen o las lanzas debes ir al menú para utilizar las que te hagan falta o gestionar las que necesites.

Para traer equilibro a Panzer Paladin tampoco podemos olvidar el fiel escudo que siempre acompaña a la espada en toda lucha y que te va a ayudar en muchas situaciones donde recibes disparos o brutales ataques a distancia, además de un movimiento especial para esquivar ataques aunque su efectividad no es 100% fiable.

Y cuando tus posibilidades de vida en el juego se llegan a ver reducidas, un salvavidas de último momento aparece: La entrada de Flame en el juego saliendo desde el interior de Grit para poder intentar salvar la situación pero la controlas de una forma totalmente diferente ya que ella hace uso de su látigo muy del estilo de Castlevania y puedes usarlo no solo como ataque, sino también para engancharlo y columpiarte para así avanzar en el juego. Los valores de este personaje no solo son diferentes sino también «conflictivos», aunque este apartado quiero reservarlo para hablar más adelante.

Los enemigos en Panzer Paladin son variados dependiendo el escenario que elijas, aunque algunos de ellos repiten sus apariciones para que sean una real molestia durante tu odisea, por ende habrán enemigos comunes con espadas que podrás guardar en tu arsenal una vez que los elimines, otros que te disparan desde lejos, otros más molestos vuelan y te disparan, otros que explotan, otros que requieren ataques desde arriba, otros que debes eliminarlos agachado, y otros más macizos armados con espada y escudo que sacarán provecho de un buen duelo de espadas para intentar detenerte.

Panzer Paladin

Como la cosa se trata de rendir homenajes, a lo largo de cada escena aparecerá en ocasiones un personaje llamado El Jinete haciéndolas de protoman, es decir, para molestarnos con un duelo espada contra espada y donde no nos explican si es amigo o enemigo.

El Apartado Gráfico de Panzer Paladin

En este apartado hay puntos a favor y en contra, a favor está que Panzer Paladin se siente y percibe como un juego de NES ya que usa correctamente la paleta gráfica de 8 bits, es decir 16 colores en pantalla pero que también hacen uso de los mejores efectos gráficos que se vieron en la generación de 16 bits como fondos animados que se mueven a diferente velocidad para intentar dar un efecto en 3D.

Implementar esta clase de innovaciones para potenciar la experiencia en un juego de 8 bits es una forma diferente y única no solo para escalar peldaños en la búsqueda de la perfección por hacer títulos cada vez mejores, sino también en cómo poder lograr que eso se sienta y se perciba nostálgico al mismo tiempo.

Y por si fuera poco tenemos la opción de poner filtros CRT (Tubos de Rayos Catódicos) para dar la sensación que estamos jugando en una televisión antigua y hasta poder curvarla en la opción Curvo CRT.

Panzer Paladin

Ahora poniéndonos quisquillositos, lo único que sí se le podría criticar al apartado gráfico de Panzer Paladin (y es a nivel personal) es que la paleta de colores comete un pequeño «error» al abusar demasiado de los tonos pastel, lo cual por momentos nos hace sentir que estamos jugando Kirby´s Adventures.

Apartado Musical

Este es uno de los elementos que le suben puntos a Panzer Paladin y por el que seguramente va a ser recordado incluso por sobre el mismo gameplay, y es que la música de Patrice Bourgeault, (sobre todo la que hizo para la pantalla del titulo) es prácticamente un himno patrio a los 8 bits, no es solamente pegadiza al punto de ser tarareable o de querer componerle una lírica, también es innovadora en su propuesta de salirse de las normativas del chip Ricoh RP2A03 ya que los acompaña instrumentalmente, logrando un mágico sonido que se percibe de 8 bits pero elevado con toda la potencia del rock.

Incluso yendo más lejos, podríamos atrevernos a hablar de una nueva propuesta musical (¿8-bit rock?) porque no recuerdo haber oído algo similar antes.

Aquí un sample de uno de los niveles del juego para el deleite.

Pero ojo porque el juego también pensó en los más puristas y se le implementó la opción de poner la música en 8-Bit para que se sienta lo más retro posible.

¿Ideas Mal Aprovechadas?

Haciendo una reflexión mas crítica, Panzer Paladin se siente como un proyecto que comenzó con todas las ganas del mundo y terminó en algo que se quedó a medio camino, porque luego que aparecieran ciertas problemáticas con la jugabilidad y el diseño de los escenarios decidieron cerrarlo como pudieran para no demorar la fecha de salida.

Prueba de ello está en que se quiso hacer un juego donde pudieras manejar a Grit (El Mecha) y luego a la protagonista que lo pilota (Flame), pero al no poder crear un diseño de niveles equilibrado para ambos personajes tuvieron que replantearse y separarlos por tramos, lo que no termina de cuajar debido a que en todos los escenarios el 90% de ellos debes manejar a Grit, y en solo el 10% manejas a Flame.

Esta idea se pudo aprovechar de mil formas en Panzer Paladin, ya sea para descubrir caminos secretos, desbloquear puentes, abrir puertas, manejar ambos personajes alternadamente (como en Resident Evil Zero) o mil cosas más, apenas se les ocurrió usarla para decir “perfecto, hasta aquí llega Grit y debes manejar a Flame, cuando llegues al final de este corto tramo Grit te estará esperando al final”.

¿Qué sentido tiene plantear Panzer Paladin tratando los sprites como fantasmas que se teletransportan?, hasta cierto punto esto desvirtúa tu esfuerzo.

Otra idea que Panzer Paladin no aprovechó en lo más mínimo y que no cuaja del todo, está en que al finalizar cada escena puedes acceder al laboratorio de la Doctora Bloom para cambiar tus armas por puntos de espíritu que te permitan canjearlos por contenedores de energía.

Esto, que se pudo haber explotado mucho más para subir el nivel de tus personajes, quedó limitado de mala manera a tener más energía pero solo para Grit y no para Flame, en este punto creo que los programadores estaban indecisos si debían usar este sistema para mejorar la resistencia, el ataque o la rapidez, pero si hacían tal cosa entonces terminarían desvirtuando la segunda utilidad de las armas para tal cometido, por ende optaron por lo segundo.

El personaje de Flame que es el más débil de los dos y al que menos consideración se le tuvo, debieron darle la posibilidad de mejorar una serie de cosas como el tener más energía… y no le dieron nada.

Panzer Paladin

Todo esto que se cuestiona no lo convierte en un mal juego en lo más mínimo, ya que jugablemente se siente sólido y se disfruta cuando golpeas a los enemigos y logras protegerte con el escudo, o cuando manejas a Flame y atacas con el látigo, pero se siente que hay un cúmulo de ideas que chocaron y apenas se las ingeniaron para darle consistencia, es como si los de Tribute Games hubiesen dicho “vamos a hacer una torta pero solo vamos a tomar los ingredientes e ignoraremos la preparación porque la vamos a dosificar, mezclar y a cocinar en una temperatura diferente”.

Opciones de Juego

Panzer Paladin no solo incluye el modo de historia, sino también otras opciones de juego que pueden interesarte una vez que termines el modo principal, la segunda de ellas es la de Herrero, con el que podrás diseñar y customizar tu propia espada dándole los atributos que quieras y poder guardarla en tus archivos o compartirla.

Panzer Paladin

La tercera opción es la de Speedrun, que es simplemente terminar uno de los niveles del juego con cronómetro en mano y en la última opción Desafío jugarás en 10 diferentes niveles exclusivos recolectando corazones e intentando batir tus propios récords.

La última opción que nos da Panzer Paladin aparece bloqueada desde el inicio y solo se puede acceder una vez que terminas el juego.

Resumen

Panzer Paladin es un juego con la fórmula de los 90´s que se disfruta con toda la nostalgia como si proviniera de aquella época, sin embargo si querían recordarnos esos tiempos su propuesta debió venir acompañada de una serie de animación que sirviera de apoyo (y que diera la impresión de ser un juego licenciado como en aquellos tiempos) ya que argumentalmente se queda algo cojo a la hora de defenderse solo.

Porque probablemente muchos dirán «¿porqué tengo que pelear con una espada y no con un arma?» y es porque reiterando las palabras del mismo programador del juego, querían crear un juego de 8 bits que homenajeara la jugabilidad de espadas de Zelda II, sin embargo (y ahogándome en un vaso de agua), a esta idea le faltó consistencia en el guion porque si se desarrolla en un futuro donde hay androides con forma humana y robots con inteligencia artificial, diseñar armas de rayos láser debería ser como coser y cantar.

Una cosa es cierta y es que Panzer Paladin es de esos juegos en el que el tiempo se encargará de añejarlo lo suficiente como para ponerlo dentro de los clásicos de culto y donde muchas de las cosas que se le puedan criticar ahora probablemente no lleguen a ser válidas el día de mañana debido a lo bien que envejecieron.

Análisis: Panzer Paladin
Posee toda la esencia de los juegos de NES pero potenciado con tecnología actual.Propone un innovador sistema de armas de uso colectivo que homenajea a Zelda II.Dotado de uno de los mejores soundtracks que se ha compuesto.Tiene opciones para customizar armas y batir records de tiempo.
No aprovechó de mejor manera la idea de usar dos personajes.Pierde la oportunidad de subir nivel a los personajes.El argumento no consigue justificar el gameplay.
8.2Nota Final
Historia6
Jugabilidad8
Gráficos9
Sonido10
Duración8