Últimamente he estado conversando con amigos sobre juegos físicos y juegos digitales. Houston, tenemos un problema. Unos cuantos donnadies conversando más que del juego en sí, del formato. Si lo importante es el contenido, esto no debería suceder... Pero sucede. Es muy divertido, muy triste, muy patético, muy… lo que queráis, ver a un grupo de personajes, algunos pasando de los 40, hablar sobre la tendencia del mercado y sus formatos.

Hay un individuo en el grupo que defiende acérrimamente lo digital. Y otro que lo desprecia por completo, hasta el punto de que si el digital se implanta, él se baja del barco. Las dos opciones me parecen respetables pero desacertadas. Por supuesto, ellos se van a enterar de esto si leen el artículo. Bastantes tonterías decimos como para ensarzarnos en una conversación que no irá a ningún sitio porque todo esto depende de las preferencias, y si prefieres lo físico o lo digital lo prefieres, y ya está. Cada uno con sus causas que no convencen al otro.

En la década de los 90 solo teniamos el formato físico. A partir del qaño 2000 tenemos dos soportes

Vaya por delante que al final la tendencia del mercado la marcará la decisión de las compañías sobre qué formato utilizar y la del usuario por apoyar o no ese formato. Lo que cuatro impresentables hablen se queda en el ámbito de la opinión y del tiempo perdido.

En la actualidad, con datos en la mano, podemos ver que el videojuego indie se ofrece mayormente en digital y las grandes producciones sí tienen formato físico, al menos en consolas. En PC ya hace tiempo que todo es digital. Y en consolas ya hace tiempo que coexisten los dos formatos, pero hay excepciones que solo están disponibles en digital.

Las compañías, con sus apuestas, también dejan ver cuál es la visión de futuro. Nunca antes en la idustria había habido dos versiones del mismo sistema. Uno físico y otro digital. Y PlayStation 5 lo tiene. Un caso similar es el de Xbox, salvo porque la Series S no es exactamente una Series X por mucho que se le acerque, pero ahí están los dos sistemas conviviendo como buenos hermanos.

La tendencia parece indicar que las compañías van a apostar más por lo digital en el futuro. Ya veremos si los que reniegan se bajan del barco o adoptan las nuevas formas de comercio. Sin embargo, también aprecio que está creciendo la oferta del lanzamiento de ediciones físicas que llevan un tiempo en digital y otra, un tanto desvergonzada, que me vende la caja del juego con un código de descarga dentro por cinco euros más de lo que vale el juego en la Store de cualquier plataforma, y eso contando que no esté de oferta, de lo contrario, la diferencia de precio por la caja vacía sería digna de estudio.

La década de los 80 y 90 fue del formato físico

Y aquí es donde entra un factor decisivo, que es el tiempo. Se dice que el tiempo pone cada cosa en su sitio y que todo tiene su tiempo. Uno se considera un jugador veterano y tuvo algunas cintas con juegos que los ordenadores tardaban su tiempo en cargar. También vio diskettes que tardaban mucho menos. Y por supuesto, también vio cartuchos que no tardaban nada. Después llegaron los CD-ROM y más tarde, ya en los 2000, los DVD-ROM y los Blu-Ray.

Por ese motivo conoce bien el formato físico y conoce sus ventajas y desventajas. Incluso en aquellos tiempos en los que no había digital para hacer comparaciones, la única comparación que se hacía era el CD de PlayStation y Saturn frente al cartucho de N64. En la década de los 90 teníamos cajas, manuales, cartuchos, diskettes, CDs… Y bueno, solo unos cuantos afortunados podían acceder a un número de títulos considerables que le obligara a disponer de un espacio considerable. La inmensa mayoría teníamos dos juegos al año, el de verano por las notas y el de los Padres Magos.

Por supuesto, había trucos gitanos para aumentar la cantidad de títulos. Lo confieso, estuve un par de años ahorrando para un copiador. Era una disquetera que pasaba los cartuchos de SNES a disquettes 3.5 y los videoclubs se convirtieron en los mejores amigos del mundo. Aparte de todo lo que entraba por Gibraltar, los últimos títulos que salían en Japón estaban disponibles el tiempo que tardaban en llegar los discos. La colección juegos crecía como nunca lo hubiera hecho juntando cartuchos. Y sí, más pirata que BarbaFriki, pero había algo palpable. Era algo físico. Y los que guarden tarrinas de PRINCO de su época de PSOne, saben de lo que hablo.

Década de los 2000, la de Internet y lo digital

No fue al comienzo, fue pasada la mitad de la década. Cuando PlayStation 3 y Xbox 360 llegaron, la conexión a Internet se hizo importante. Las consolas venían con almacenamiento interno y había posibilidades de expandir la capacidad mediante tarjetas y lápices USB. Y comenzó el mercado digital. Lentamente. Seguíamos teniendo DVDs y Blu-Rays que contenían nuestros juegos, con sus cajas y el espacio que ocupaba en la estantería, pero también podíamos tener nuestros juegos guardados en el disco duro de la consola, en aquellos 60GB que traía el primer modelo de PS3 y en la memoria externa que se podía adquirir para los sistemas Xbox 360.

Los jugadores de consolas teníamos la opción de elegir cómo queríamos tener nuestros juegos. Al menos en parte. Hasta Nintendo Wii, si le metíamos una tarjeta SD nos permitía descargar títulos WiiWare y juegos antiguos de la Consola Virtual. Con el paso del tiempo, está opción ha permanecido y se ha desarrollado. Hasta Nintendo, que fue la última en añadirse al mercado digital plenamente, ofrece hoy en día más títulos en formato digital que en formato físico. En este tiempo el mercado digital ha crecido más. Se han añadido todo el catálogo del sistema a la tienda digital. Y ahora sí que puedes elegir tu formato preferido.

El mercado indie está más enfocado al digital. Si ponemos uno detrás de otro el catálogo de juegos físicos de un sistema conteremos menos títulos que si contamos todo lo que hay en la Store. Las compañías pequeñas han encontrado en este formato un camino para poder ofrecer sus productos. Y algunos son muy meritorios. Os invito a leer un artículo de mi jefa, y a pesar de todo amiga, Rocío Torrejon hablando sobre los títulos independientes. Y estos títulos no hubieran tenido su oportunidad si no hubiese existido el mercado digital. Y hubiésemos perdido muchos sueños sin ellos.

Entonces, tío Midgar, ¿cómo le ponemos al niño, físico o digital?

Vuestro tío Midgar os dice que tengáis mellizos o gemelos y uséis los dos nombres. Hay canales de YouTube dedicado a colecciones físicas que te hacen mirar con nostalgia el paso del tiempo. Cuando un canal te enseña la caja de un juego y te dice que ha pasado treinta años desde que salió, tú, que tuviste ese juego y lo reventaste hasta acabártelo, ves pasar 30 años en un instante. Mirar todas esas cajas llena de colores es como mirar los sueños. Y si estás leyendo esto y tienes tus juegos en una estantería, párate un momento y mírala. ¿Entiendes ese bienestar efímero que estás sintiendo? Yo tampoco lo entiendo. Pero existe.

Hay debates de cuándo desaparecerá el formato físico. Eso quiere decir que muchos dan por ganador al formato digital. Yo no me posiciono porque no lo veo claro. No niego que el formato digital ha venido para quedarse, os obvio, y si miramos lo que factura de servicios como Gamepass hay que ser muy cerrado para no verlo. Pero… hay una tendencia de sacar en formato físico juegos que fueron pensados para las stores digitales. Gris, Celeste, Child of Light o Hollow Kignt son ejemplos perfectos de ellos. Incluso se anuncian versiones físicas para PC, sin disco, pero con material que permite que tengas algo palpable de lo que has comprado.

El formato físico tiene su encanto romántico. Y esta tendencia de compañías como Tetsura Games o Meridiem Games que están trayendo en formato físico títulos que en principio están ideados para las stores digitales lo demuestra. Limited Run Games también nos ha traído títulos como Street of Rage 4 con tiradas limitadas, lo que te obliga a darte prisa si no quieres quedarte sin ella. Y visto cómo se agotan, no sería descabellado pensar que si sacaran algún millar más de unidades, también las venderían.

A mí este hombre me da mucha envidia ^_^

No voy a hablar en este artículo de los precios desorbitados de los juegos antiguos. Tampoco que estos juegos ahora puedes adquirir entre 20-80 euros se pondrán dentro de diez años a precios prohibitivos. Todo esto es interesante, pero no tiene que ver con el coleccionismo, o no explícitamente con el formato físico. Yo defiendo el formato físico, tengo todos los sistemas y no llego a cien títulos. El que defiende el formato físico no necesariamente lo hace para montar una colección y que al venderla su vida quede solucionada económicamente. Pero sí añadiré que está vendiendo más en digital y que eso es lo que marcará el camino de la industria

Es más, creo que la especulación y el coleccionismo con vistas al negocio se separa del coleccionismo puramente pasional. Hay personas que disfrutan coleccionando y añadiendo títulos a sus pertenencias. Como si fuera un bibliófilo que consigue la primera edición de El Quijote y no lo abre nunca, pero tiene algo que solo mirarlo le hace bien. Lo veo como el resultado de un esfuerzo, como el pintor que acaba un cuadro y lo contempla apreciando el resultado de su esfuerzo. Y esas sensaciones solo son posibles con el formato físico. Mirar tu biblioteca de Steam no te dará las mismas sensaciones. Y aquí os dejo a mi primo SOMARI, que tiene todos los títulos de NES que han salido.

Además, la especulación y precios absurdos se acabaría simplemente no participando en ello. ¿Qué me vendes un Whirlo por 500 euros? Métetelo por el arco del triunfo. No vamos a descubrir el mundo diciendo que si quieres jugar, puedes jugar ahora mismo. Sin formato físico, de acuerdo, sin caja, sin nada, pero puedes jugar a Whirlo en tu teléfono móvil si es necesario. Y pensad que si cualquier tuviera una copia del formato físico de Metal Gear Solid y los precios que se barajan son elevados, pues es obvio que se va a pedir una cifra elevada él. Y si la opción de Whirlo no te ha convencido, hay maneras de jugar al primer Metal Gear Solid legal.

Podría seguir alabando las bondades del formato físico. Podría decir que cuando solo existía el formato físico los juegos venían completos, que no había parches del día 1 porque a los desarrolladores no les sale del alma tomarse su tiempo para hacer bien su trabajo y que los DLC eran sueños húmedos del Tío Gilito para exprimir lo que ya se vendía bastante caro. No lo digo porque al decirlo, parece que se ataque al formato digital. Ni muchos menos es la intención. El mercado digital está lleno de bondades. Y que sin él títulos como Gris, Hollow Knight o Arise no existirían. Por no hablar de títulos clásicos como juegos Arcades que en las stores han encontrado su lugar.

Ojalá las dos opciones convivieran siempre. Ojalá los PCs volvieran a montar su unidad óptica de forma habitual y las desarrolladoras de videojuegos dieran la opción de elegir en qué formato quieres disfrutar de tus títulos. Pero todo es una utopía. Nuestra pasión es un negocio y los que los hacen viven de que los videojuegos sean rentables. Y a menor costo de producción, mayores serán los beneficios. Un formato será siempre menos caro de hacer que dos.

Los videojuegos son la pasión de muchos de nosotros, incluso en los tiempos en los que nos llamaban viciados y marginados, cuando al que suspendía le decían que era porque jugaba y a los que aprobábamos que si no jugáramos sacaríamos mejores notas, siempre hemos tenido a los videojuegos como esa experiencia que hacía la magia realidad, que nos evadía del mundo metiéndonos en uno totalmente distinto.

Vuestro tío Midgar conoce las épocas de esplendor de los dos formatos. Y no es capaz de decidirse por uno de los dos si los dos pueden existir. Y creo que pueden hacerlo, aunque sean menos rentables… o no. La dependencia de Internet hoy es casi total, y la cobertura de fibra cada vez es más extensa. Lo que permite un mercado digital ágil y fiable, ofertas frecuentes y ahorro de espacio, ofreciendo la posibilidad a desarrolladores independientes de hacer realidad sus proyectos en el que al final ganamos todos. Amén de ports de juegos clásicos que si los buscas en eBay y otras hierbas solo te dan ganas de llorar.

El formato físico te permite pintar un lienzo de colores en la estantería, palpar algo tangible y sentir la nostalgia del tiempo en el que introducías tus cartuchos y CDs en tu consola o la unidad de CD-ROM de tu PC. Si algún día internet no funciona, puedes meter tu título en la consola y jugar sin problemas. Los dos formatos tienen sus pros y sus contras, pero vamos a quedarnos con sus pros, en los dos. Y es más, valga la redundancia, vamos a quedarnos con los dos.

Enciende tu sistema, mete tu disco o tarjeta, o ve al menú y elige el título que quieres disfrutar. Presiona el botón correspondiente y… sueña.