Kirby y la Tierra Olvidada nos presenta un juego de plataformas fresco, entrañable, sencillo y muy divertido. Hace casi 30 años que Masahiro Sakurai se propuso crear un personaje al que todo el mundo pudiera querer dentro de un juego que todos pudieran disfrutar. Un personaje al que fuera difícil —por no decir imposible— encontrarle algún fallo para que no calara en el corazón de los que lo vieran. El resultado fue Kirby y, si en este mundo de crítica y malas palabras en el que vivimos se cuentan con los dedos sus detractores, podemos decir que el maestro Sakurai acertó con su diseño.

Kirby y la Tierra Olvidada nos cuenta la aparición, un día tan bueno como hoy , de un vórtice extraño en el cielo del planeta Pop y engulle todo lo que encuentra a su paso. Kirby va en el lote también. Cuando recobra la consciencia se encuentra en un mundo en ruina, donde la civilización y lo salvaje comparten espacio y se mezcla entre ellos. Kirby conoce a Elfilin y se entera que los Waddle Dees han sido secuestrados por un grupo conocido como La Jauría. Ellos pueden construir un puente que devuelva a Kirby a casa. Así que, ¡vamos a rescatarlos!

Análisis de Kirby y la Tierra Olvidada

Para ello tendremos que iniciar un viaje por seis mundos diferentes, con escenarios en tres dimensiones por primera vez en la saga. Hemos llegado a un mundo en ruinas por la desaparición de los Waddle Dees y visitaremos la Naturaleza Utópica, la Eternidad Costera, La Villa Maravilla con un parque de atracciones peculiar, el Olvido Invernal. la Meseta Umbralia, la Nación Prohibida Redgar y Discoveria Observatio.

Para salir airosos de todos los peligros que nos esperan, iremos engullendo todo lo que se ponga por delante. Y a través de una «digestión exprés» de algunos enemigos, podemos obtener un total de doce transformaciones diferentes. Cuchillo, taladro, hielo, bomba, erizo, fuego, martillo, catapum, explorador, sueño, espada y tornado. Además, en ocasiones tendremos la posibilidad de absorber coches, fuentes de agua, conos de tráfico, escaleras, estanterías, arcos o vagonetas de montaña rusa indispensables para seguir avanzando y no dejar ni un solo rincón de este mundo extraño sin explorar. Estas transformaciones son conocidas como Transformaciones Transmórficas.

A través de la exploración en las fases, iremos recolectando monedas que nos servirán entre otras cosas para poder seguir jugando en caso de que Kirby se quede sin puntos de salud. Además, podremos comprar objetos en las tiendas que los Waddle Dees vayan construyendo a medida que vayan siendo liberados y podremos usarlas para potenciar nuestras habilidades. Pero también es necesario disponer de las Piedras Raras y los Pergaminos de Evolución.

Los Pergaminos los iremos encontrando a medida que acompañemos a Kirby en su avance. Mientras las Piedras Raras serán el premio que recibamos por completar las Rutas del Tesoro. Algunas de estas rutas nos pedirán de antemano que las transformaciones ya estén evolucionadas por lo que merece la pena explorar bien todos los niveles para dar con los Pergaminos y poder derrotar a los enemigos con mayor facilidad.

El mundo de Kirby es hermoso, colorido y detallado

El salto a las tres dimensiones le ha venido muy bien a Kirby. En ocasiones, el juego nos recordará a Super Mario Odyssey, salvando las distancias, por las transformaciones de nuestro protagonista y la necesidad de ellas que tendrá para poder seguir avanzando. Si en el juego de Mario era Cappy la que nos permitía las mutaciones, ahora será el propio Kirby el que las haga con su apetito voraz.

Iremos avanzando por escenarios grandes y detallados, llenos de color en ocasiones y en la más absoluta penumbra en otras, tanto que la Transformación Transmórfica de la Bombilla será de las más útiles del juego.

Sin embargo, el factor de exploración se verá limitado por el propio escenario del juego. Nos encontraremos con caminos lineales en los que avanzaremos sin muchos problemas ni pérdidas y los escondrijos que nos llevarán a las zonas secretas donde puede haber algún Waddle Dee prisionero estarán bien ocultos en esos escenarios, ya será detrás de un muro, de un cartel o en una plataforma escondida debajo de donde estemos pisando en ese momento.

En el diseño de los personajes y escenarios encontraremos un mimo cuidado y un sentido del humor excelente. Las formas transmórficas resultan muy simpáticas y es divertido ver a Kirby transformado en coche derrapando por el escenario, convertido en cono rompiendo el suelo agrietado o en aro funcionando como motor de impulso a una barca hinchable. Las posibilidades son enormes y el sentido del humor y ocurrencias, infinitos.

Su apartado sonoro está compuesto por melodías pegadizas que acompañan perfectamente la acción y se acopla muy bien al escenario que estemos visitando. El juego carece de voces, tanto Kirby, Elfilin como los Waddle Dees emiten gorgoritos que, eso sí, resultan muy dulces y tiernos. En este aspecto recuerda a los juegos antiguos, cuando el sonido se valoraba por la calidad de la melodía que acompañaba las fases y algún que otro efecto en forma de voz digitalizada. Kirby y la Tierra Olvidada no necesita nada más. Es un juego de los que llegan al corazón y se queda contigo como conjunto.

Kirby es para niños y muy fácil

Reza el dicho que nunca llueve a gusto de todos o que no puedes caerle bien a todo el mundo. Ni siquiera Kirby, que nació desde la idea de ser un personaje inmune al desprecio. No ha tardado en aparecer la crítica de su baja dificultad por parte de gente que seguramente no ha jugado con él. O simplemente son fanáticos de una marca y les escuece que otras compañías y plataformas dispongan de títulos que no van a aparecer en su sistema.

Kirby y la Tierra Olvidada es un juego fácil, de acuerdo, porque es un juego que está pensado para todo el mundo y lo único que propone es hacerte pasar un buen rato sin complicaciones. No es un Dark Souls, que su objetivo es totalmente el opuesto al objetivo de nuestro amigo rosa. Pero resulta que tras ver el final del juego, quedan aún muchas cosas por hacer. Y eso sin contar rescatar a los Waddle Dees que seguro que no has conseguido dar con todos ellos en la primera vuelta.

A medida que vayamos rescatando a los Waddle Dees, éstos se pondrán manos a la obra para que la ciudad de los Waddle Dees brille como antes. Construirán un lago donde podremos pescar y un coliseo donde enfrentarnos de nuevo a los enemigos que hemos ido derrotando en nuestro viaje. Con todos estos añadidos, además de intentar recoger todos los Papiros de potenciación de armas y hacer todas las Rutas del Tesoro en el tiempo estipulado, podemos tener Kirby para bastante más que las nueve o diez horas que te llevará ver el final del juego.

Y he dejado para el final los coleccionables. Conseguir todas las figuras de aliados y enemigos puede alargarse bastante. A pesar de que en la ciudad de los Waddle Dees pondrán una máquina de rueda que dispensará bolitas de coleccionables, todo esto será aleatorio y no necesariamente porque te gastes todas las monedas en la máquina vas a conseguir todo lo que hay escondido en el juego.

Kirby y la Tierra Olvidada es fácil de jugar, eso sí. Y muy divertido. Ya quieras echar un rato para ver el final, sus hermosos escenarios, disfrutar de sus melodías y sentir las situaciones la mar de divertidas que propone, como si quieres completar el 100% del juego, con todos los Waddle Dees rescatados, todas las Rutas del Tesoro hechas en su tiempo, todos los Papiros desbloqueados, el Coliseo completo vas a encontrar una experiencia que merece la pena.

Todo depende del tiempo que le quieras echar. Lo básico serán nueve o diez horas, que, en los tiempos que corren, te firmo que es poco. Pero si quieres el resto, multiplica por cinco esa cantidad. Y a no ser que seas una cuenta cuaternaria de algún fantasma, vas a estar entretenido durante bastante tiempo.

Concluyendo

Kirby y la Tierra Olvidada es un juego de plataformas excelente. Tiene el control simple de los plataformas 2D con la profundidad y libertad que dan los entornos 3D. Las misiones son directas y no perderás tiempo pensando cuál ha de ser tu paso siguiente. A esto tenemos que añadirle unos escenarios muy bonitos y un colorido muy vivo salvo en las fases donde la penumbra es el elemento predominante, lo cual es un acierto porque de esa manera consigue transmitir perfectamente las sensaciones del escenario.

Las melodías son pegadizas y gustan de escuchar mientras guiamos a Kirby hacia la meta donde la jaula con tres Waddle Dees nos espera para finiquitar el nivel. No hay grandes efectos pero tampoco los necesita. Con las melodías que nos acompañan a lo largo de los niveles el apartado sonoro del juego cumple con nota. No hacía falta más y se agradece que no hayan añadido relleno a lo que no lo necesita.

Y por último el control sencillo y directo que te permite hacer cualquier cosa con una combinación simple de botones. Solo saltar de plataforma en plataforma ya resulta entretenido. Si le añadimos las veces que somos un vagón de montaña rusa y tendremos que controlar sobre raíles girando en el momento adecuado para recoger monedas, las veces que somos una barca navegando entre islotes, las veces que somos una avioneta o las que somos un coche, nos encontramos con una miscelánea de situaciones que resultan muy entretenidas y variadas.

La apariencia de Kirby y la Tierra Olvidada es alegre, fantasiosa e imaginativa. Y de vez en cuando necesitamos ver el mundo con un cristal de colores. Vamos a pedirle a Kirby que se convierta en unas lentes multicolor y que nos permita ver el mundo a través de él. Un mundo hecho de sueños, hecho con la imaginación de los que aún creen en algo, hechos con la fantasía que aún puede salvar el mundo. La tierra olvidada de Kirby es una tierra que es muy fácil recordar. Y a la que siempre gusta volver.

Análisis de Kirby y la Tierra Olvidada para Nintendo Switch
Su sentido del humorMuy divertidoTécnicamente precioso
La cámara cuando se alejaPuede quedarse corto
8.7Nota Final
GRÁFICOS8.5
SONIDO8.5
JUGABILIDAD9