Mighty Goose

Análisis: Mighty Goose

Un ganso armado hasta los dientes disparando contra todo lo que se le aparezca en su camino no es algo que se vea todos los días. Eso es exactamente lo que proponen Blastmode y MP2 en Mighty Goose, un run & gun de scroll lateral que nos pone en los zapatos (digo en las patas) de Goose, un cazador de recompensas espacial que, aviso de antemano: ¡más vale que no lo hagan graznar enojado!

Con una estética que nos remonta a los shooters en 2D de los años 90, este Indie publicado por Playism viene a saciar nuestra sed. Los niveles son cortos, pero atrapantes y llenos de adrenalina. En ellos tenemos que cumplir unos objetivos, los cuales se dan de manera lineal y natural, casi automática, sin recurrir a la exploración y mucho menos al cumplimiento de misiones secundarias. Se trata simplemente de avanzar haciendo estallar a todo aquel que ose entrometerse en el camino de este intrépido y desenfrenado ganso. Es, en resumen, ir del punto A al B disparando por doquier para acabar con nuestros enemigos, lo cual lo torna bastante adictivo, con una música retro (que combina elementos techno de los 80′ y los 90′) que nos incentiva aún más a dejarnos atrapar por el frenesí.


Mighty Goose

El arsenal de armas no es tan variado que digamos (lo típico: ametralladora, escopeta, lanzamisiles y un rayo), pero para darnos un mayor abanico de posiblildades, el juego introduce armas secundarias que recargan con el paso del tiempo y vehículos para montar y hacernos sentir todopoderosos frente a los enemigos que sucumben ante nuestra fuerza. Además, a medida que derrotemos a los agresores y esquivemos proyectiles iremos cargando una barra que desencadenará la furia de Mighty, y ahí sí no hay quien se salve: temporalmente seremos invencibles, y nuestros disparos serán exageradamente potentes, por lo que haremos volar absolutamente todo por los aires, mientras que aumentamos la cantidad de matanzas consecutivas (combos), y el juego se ralentiza al mejor estilo “Matrix” para sumergirnos en un nuevo tipo de acción sumamente gozable.

Lo que más llama la atención sin duda de este run & gun es su parecido con el Metal Slug. Todo se asemeja al videojuego que nos acompañó por tantos años en las máquinas de arcade y en distintas consolas: desde el estilo gráfico, hasta los efectos de sonido, las armas y el diseño de muchos enemigos. Mighty Goose se encuentra constantemente tambaleando en la delgada línea que separa la inspiración del plagio, e intenta convertirse en un homenaje a un juego que marcó un antes y un después en el género. En algunos aspectos, hay que destacar, ha sabido ganar su propia identidad (sobre todo en la personalidad de Goose, en la dinámica introducida para esquivar balas y bombas -de la cual hablaré a continuación- y en las animaciones que atisban un humor algo ácido), pero casi todo se siente como una imitación a un clásico ya consagrado. De todos los intentos por innovar y destacarse en este tipo de juegos, el que más me ha llamado la atención es la mencionada mecánica de rodar hacia adelante para esquivar ataques, el típico roll de los videojuegos, ya que otorga una vertiginosidad que hace aún más adrenalínica la experiencia, y nos da la posibilidad de poner a prueba nuestros reflejos. Igual, más allá de lo parecido y los paralelismos, bienvenido sea este juego porque, si hay algo que no le falta, es diversión.


Mighty Goose

Mighty Goose

Hay un trasfondo que justifica nuestro accionar, claro está. En este alocado juego de disparos tendremos que detener los planes de un conquistador de galaxias, el rey Void, que tiene bajo su dominio un ejército de secuaces que te atacarán sin piedad y que han montado bases en distintos planetas. Para ello, nuestro cazador de recompensas deberá ir de mundo en mundo derrotando a los súbditos de ese maldito conquistador espacial, mientras conocemos nuevos personajes. Claramente Goose se lleva todos los resplandores, es cierto, pero en el medio iremos conociendo algunos aliados que no solo nos servirán por su ayuda en combate, sino que le darán algo de vida a la historia del juego. Así, nuestras aventuras por los distintos planetas estarán comprendidas dentro un contexto, más allá de que todo, a fin de cuentas, se reduce a volar por los aires a todo aquel que se cruce en nuestro camino.

Es una lástima que no exista el multijugador en Mighty Goose (ni siquiera en el modo local). Se ha desaprovechado la oportunidad de explotar al máximo este frenético videojuego con otro personaje jugable destruyendo todo a su paso. Hubiese resultado una buena idea, quizás, darle a los aliados la posibilidad de ser mucho más que un NPC, y cada uno con sus características propias le daría un aire de frescura al juego en un hipotético segundo jugador siendo parte de la partida, además de que reforzaría la identidad del videojuego, en un género donde casi todo parece estar inventado.

Análisis: Mighty Goose

De alguna manera, este Indie rara vez se torna repetitivo. Aunque por momentos los niveles se sienten algo similares entre sí, a fin de cuentas han sabido marcar su propia impronta. La mayoría de los escenarios tiene un jefe al que deberás vencer al final del mismo, y eso es clave para que el nivel adquiera esa personalidad distintiva, además de que encontraremos distintas variedades de personajes, vehículos y sutiles introducciones que le dan una ambientación definida a cada nivel. Se lamenta que sean tan pocos niveles, los desarrolladores tenían una gran oportunidad de hacernos explorar numerosos biomas y así alargar el contenido del juego.

A medida que ganemos cada nivel, dependiendo el tiempo consumido para finalizar el mismo, las veces que moramos, las matanzas realizadas, y la cantidad de combos efectuados (muertes sucesivas), el juego nos premiará con una calificación que represente nuestro desempeño (S, A, B, C o D). Podemos intentar superar nuestra propia marca en pos de obtener la máxima calificación posible para cada nivel, lo cual extiende la duración el juego y nos incentiva a reintentar cada escenario. Su postgame me ha dejado un sabor amargo en la boca: deberás jugar los mismos niveles pero en un universo espejo, en donde volveremos a los mismos planetas que habíamos ganado anteriormente pero en otra dimensión y, por ende, habrá una mayor cantidad de enemigos al asecho. Esto hace que su dificultad se eleve muy sutilmente, por lo que en realidad se sentirá como jugar el mismo escenario… de nuevo. Se entiende que sea un juego corto (menos de una decena de niveles), como cualquier shooter en 2D de este tipo, pero nos hubiese gustado que, al menos, su postgame represente un verdadero desafío.

Mighty Goose

Mighty Goose

En conclusión, Mighty Goose apunta a los amantes de un género: el de los run & gun. De seguro que los amantes de joyas retro como Contra y Metal Slug acogerán con gusto en sus manos a este divertido y desenfrenado título independiente. Claramente no viene a atraer nuevos jugadores ni va a despertar interés entre aquellos que no se llevan bien con los shooters en dos dimensiones, pero la experiencia es casi obligatoria para todos los amantes de este estilo de juegos. Porque, insisto, un shooter en 2D con un ganso de protagonista no es algo que se ve todos los días y hay que probarlo.

Hemos realizado este análisis en Nintendo Switch con un código proporcionado por Playism.


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