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A PESCAR, A PESCAR… QUE EL MUNDO SE VA A ACABAR
Nuevamente tenemos que acudir a la esfera indie para encontrarnos con un juego que sorprenderá gratamente a propios y extraños por la originalidad de su propuesta, la simpleza con la que se lleva a cabo y, sobre todo, por lo fascinante que resulta la aventura que se nos propone.
Porque efectivamente los neozelandeses de Black Salt Games se las han ingeniado para inventarse, prácticamente de la nada, un nuevo género de exploración, pesca y misterio al que fácilmente podríamos llamar «pesca misteriosa»… o lo que es lo mismo, «no te pongas muy cómodo, que esta noche los dioses primigenios de las profundidades han venido a vernos».
Y es que en realidad el planteamiento y el punto de partida de este Dredge no podría ser más sencillo. Con nuestro pequeño barco de pesca no tendremos que hacer en principio otra cosa que pescar y explorar en busca de nuevos caladeros que faenar. Todo en un entorno muy ameno, amigable y desenfadado, que invita a que nos hagamos a la mar a explorar los diferentes archipiélagos, sin más preocupación que la de encontrar algunas nuevas especies que pescar… hasta que todo empieza a torcerse y empezamos a conocer a toda una serie de personajes misteriosos con intenciones poco claras.
Un juego indie que a pesar de la simpleza de su propuesta y el tono casual y desenfadado que destila, logra ser de lo más divertido y sugerente. Una trampa que, a poco que se le da una oportunidad, atrapa entre sus redes al jugador y no lo deja escapar hasta que se llega a uno de sus posibles finales.
Nos vamos de pesca
Ante todo, estamos ante un juego de pesca y por tanto la pesca, de forma muy divertida e inteligente, va a monopolizar toda la aventura.
Faenar y descubrir nuevos caladeros y especies será la excusa perfecta para salir al mar todos los días y explorar nuevos horizontes… pero es que además la pesca será el verdadero motor del juego pues con la venta de los frutos del mar, así como de los tesoros que encontremos en pecios hundidos y abandonados, conseguiremos el dinero necesario para ir mejorando el destartalado barco de pesca con el que comenzamos, además de poder mejorar también las diferentes herramientas que nos harán falta para poder pescar a más profundidad y a las especies más complicadas.
Una mejora del barco, y de los enseres necesarios para pescar, que será indispensable para ir profundizando en la historia a medida que se va complicando y poder acceder así a las diferentes zonas y misiones, secundarias o no, que nos va planteando la aventura. A mejor barco y mejores herramientas, mejores presas que podremos capturar y nuevos lugares a los que podremos acceder, por lo tanto, el incentivo de seguir pescando y explorando para conseguir el dinero necesario será una constante indispensable dentro del juego.
Y lo cierto es que, pese a lo que pueda parecer en un principio, los creadores del juego han logrado que faenar todos los días en busca de nuevas presas resulte una experiencia bastante amena y divertida. En primer lugar, por lo fácil y sencillo que resulta hacerse con las mecánicas jugables del título, ciertamente muy ligeras y amigables, pero también por el interesante y más que satisfactorio componente de exploración que tiene la aventura, clave y fundamental no solo para poder avanzar en el juego sino para conocer además a sus diferentes personajes y las misiones que nos pueden encargar.
Misiones que llegan a ser muy interesantes y misteriosas, y que además de permitir que nos vayamos sumergiendo, nunca mejor dicho, en la trama y en la ambientación de este Dredge, nos dará la oportunidad de resolver algún que otro rompecabezas y acertijo, realmente nada demasiado complicado.
Como curiosidad cabe destacar que, para algunos de estos rompecabezas, así como para otros momentos del juego, Dredge hace gala de un sistema de cubicaje y piezas que inevitablemente nos recordará mucho al clásico Tetris. Cada presa, tesoro u objeto del juego ocupa un número determinado de «casillas» y estas pueden adoptar diferentes formas que, como si de piezas de Tetris se tratara, tendremos que gestionar constantemente a la hora de manejar el inventario, establecer la disposición de nuestro barco o incluso a la hora de resolver algún puzzle.
Una especie de minijuego que por si mismo puede no decir mucho pero que al ponerlo en contexto con el resto del juego cobra su importancia y no deja de ser algo fresco e interesante.
Cuando miras a las profundidades… y las profundidades te devuelven la mirada
Pero claro, Dredge no podría considerarse un juego de «pesca misteriosa» sin un buen misterio que resolver, sin personajes siniestros que conocer y sin una gran amenaza sobrenatural que combatir. Y nada mejor para ello que acudir a los Mitos de Cthulhu de Lovecraft para ambientar esta aventura marina con sabor a pescado y salmuera.
En efecto, la influencia de la obra del maestro de Providence se hace sentir a lo largo de toda la aventura y pronto se hace evidente que aquí la cosa va a ir mucho más allá que simplemente pescar. Salir a faenar de noche se convertirá en una tarea peligrosa de insospechadas consecuencias para nuestra cordura. Algo pasa por las noches y nuestro medidor de terror, como si de un juego de rol de los Mitos de Cthulhu se tratase, se disparará inevitablemente y empezarán a pasar cosas malas.
Además, algo está pasando en la zona y se está dando un alto, muy alto, índice de extrañas mutaciones en las especies marinas autóctonas, por lo que será frecuente encontrarnos con algún espécimen grotesco cada vez que vayamos a pescar.
Por no hablar de los extraños personajes que nos pedirán ayuda para realizar misteriosos rituales, extravagantes experimentos o buscar tesoros perdidos que esconden más de lo que parece.
Un toque de misterio que le sienta de maravilla al juego y lo convierte en una experiencia muy interesante. La mezcla de tener que pescar para mejorar el barco y el equipo, la exploración y el aroma a misterio que domina toda la aventura es sin duda una fórmula ganadora, fresca y original, muy capaz de atrapar la atención del jugador, entretenerlo y absorberlo hasta el final de la aventura.
Algo de arte y conclusiones finales
Artísticamente el juego tiene personalidad propia, con unos gráficos y un diseño al que podríamos llamar minimalistas, sencillos pero muy agradables y efectivos. Cada archipiélago tiene su propia ambientación y por tanto su propia paleta de colores y diferentes escenarios. Lo cierto es que pese a su evidente simpleza el diseño artístico del título termina por resultar muy sugerente y atractivo. Un juego bonito de ver y de jugar.
La banda sonora es muy extensa y variada, con un claro predominio de la música instrumental y los temas marinos, aunque con frecuencia también hace aparición efectos de oleajes y lluvia que ayudan a ambientar las piezas musicales. También hay algunos temas que saben evocar el misterio y la intriga presentes en el título.
Si por algo destaca este Dredge por encima de todo es por su frescura y originalidad. Estamos ante un juego capaz de ofrecer algo distinto a lo que vemos todos los días y encima hacerlo de una manera limpia y sencilla, sin demasiadas complicaciones ni inventos raros. Un juego que sabe seducir, entretener y captar el interés del jugador desde el principio y hasta el final y eso, juntos a la originalidad que destila es algo que no está al alcance de todo el mundo hoy en día.
Juego RECOMENDABLE para todos los que busquen algo fresco, original y salado que echarse a la boca, para los aficionados a Mitos de Cthulhu y para los que saben disfrutar de los placeres sencillos.
ABSTENERSE los alérgicos al pescado, los intolerantes a las novedades y los que ya se andan cansado de tanto juego lovecraftniano.
Hemos realizado este análisis en PC con un código proporcionado por PressEngine.