Análisis: Death Howl

Análisis: Death Howl

El estudio The Outer Zone lanzó Death Howl de la mano de 11 bit studios, una propuesta muy distinta a lo que muchos esperarían de un juego de estrategia por turnos. Bajo una estética oscura y minimalista, el título se presenta como una experiencia centrada en el viaje personal de una protagonista marcada por la pérdida, combinando narrativa, exploración y combates tácticos en un mundo donde los espíritus y la muerte campan entre nosotros.

No es un juego que busque la acción desmedida, sino una experiencia más pausada, reflexiva y exigente, donde entender el entorno y a los enemigos es tan importante como ganar la batalla. Lejos de apostar por una historia contada de forma tradicional, Death Howl apuesta por un mundo más onírico y de una narrativa algo abstracta.

Un mundo marcado por la pérdida

En Death Howl encarnamos a una protagonista que se adentra en el mundo espiritual tras la perdida de su hijo. La narrativa no se apoya en grandes diálogos ni en grandes cinemáticas, sino que se construye poco a poco a través de pequeñas escenas, los encuentros y algunos detalles que vamos descubriendo durante nuestra exploración.

Cada zona tiene su simbolismo, sus criaturas y sus peculiaridades, reforzando esa sensación de estar pasando por un lugar extraño y plagado de criaturas, lugares de corte onírico que se sitúan entre lo idílico y lo extraño. El juego no tiene ninguna prisa en contar su historia, y confía en el jugador para que ate cabos y dé sentido a las cosas que va viendo. Este enfoque puede resultar muy atractivo para aquellos jugadores que disfrutan este tipo de narrativas, aunque también puede sentirse algo críptico y confuso para aquellos más predispuestos a narrativas más lineales y expuestas.

Combate táctico con una identidad muy marcada

El núcleo jugable de Death Howl se encuentra en su combate táctico por turnos, este huye del sistema clásico de cuadrículas rígidas y apuesta por un diseño más orgánico. Los enfrentamientos se desarrollan en arenas donde la posición, el uso del terreno y la correcta lectura de los enemigos son fundamentales para obtener la victoria.

Cada criatura tiene comportamientos, rutinas y habilidades muy bien definidas y estructuradas. No basta con atacar sin pensar: defenderse, posicionarse correctamente y en algunos casos aguardar el momento adecuado, marcan la diferencia entre una derrota, la victoria o ganar con el suficiente margen como para seguir avanzando. El juego penaliza el error, y mucho, pero no se siente injusto. Cuando pierdes, quieres decir que no lo hiciste bien, así que te toca hacerlo mejor.

A medida que avanzamos, desbloqueamos nuevas habilidades y opciones tácticas que amplían enormemente las posibilidades en combate, esto da mucho juego y un sinfín de posibilidades y estrategias. La progresión no va sujeta de aumentar los números para hacerlo más difícil, sino de entender mejor el sistema y aprender a jugar de forma aún más eficiente.

Análisis: Death Howl

Exploración y repetición: tan importantes como los combates

Fuera del combate, Death Howl da mucha importancia a la exploración. Los escenarios esconden secretos, recursos y encuentros opcionales que pueden marcar la diferencia en los encuentros posteriores. Ir directos al objetivo principal puede ser una manera de ponernos las cosas mucho más difíciles de lo que ya lo son.

El juego recompensa a quienes invierten tiempo en hablar con los personajes que se encuentran para completar sus tareas secundarias y que pasan tiempo recolectando recursos e información en los combates. Estas tareas secundarias no solo amplían nuestro conocimiento del mundo, sino que también nos recompensaran con mejoras y habilidades vitales para afrontar los combates de manera más llevadera.

La preparación previa a los combates es crucial. Elegir bien las habilidades, adaptar el mazo al tipo de enemigos que nos esperan y gestionar correctamente las sinergias como también los recursos. No os hacéis una idea de lo que puede cambiar un combate según las habilidades que disponéis o de como las combináis en el mazo.

Un ritmo aletargado y pesado que no es para todos

Uno de los aspectos más particulares de Death Howl es su ritmo. No es un juego trepidante, pero tampoco es un juego indulgente con el jugador. Todo avanza con un cierto ritmo lento y pesado, desde la exploración hasta los combates, lo cual puede hacer que los jugadores menos pacientes se desesperen antes de entrar en la propuesta. Eso sí, encaja, y muy bien con el tono melancólico y reflexivo del mismo.

Este ritmo que refuerza el sentimiento de perdida también puede ser la principal barrera de entrada para muchos. Si buscas acción constante o recompensas rápidas, puede que te sientas frustrado al poco tiempo. Por otro lado, aquellos que disfruten de experiencias más introspectivas y contemplativas, encontraran una propuesta muy interesante y única en su propuesta.

Análisis: Death Howl

Apartado artístico y sonoro

Visualmente, Death Howl apuesta por un estilo artístico muy peculiar. Se siente sobrio y extraño, con escenarios que trasmiten desolación y desasosiego. No busca ser claro y bonito en los detalles técnicos, pero crea una atmosfera muy reconocible. El uso del color (con colores muy reducidos dentro de los escenarios y muy estridentes) y el diseño de criaturas no hacen más que recordarnos que estamos en un lugar extraño y ajeno al que conocemos.

En cuanto al apartado sonoro, no soy experto en el tema, pero los temas acompañan sin desentonar en la experiencia. La música es contenida y muy discreta, pero acompañan a los escenarios envolviéndolos de un aura llena de emociones y sentimientos. Los efectos de sonido cumplen también, ayudando a dar peso a cada acción y a definir mejor los diferentes enemigos que nos encontraremos.

Dificultad y aprendizaje

Este no es un juego fácil, pero como ya dije tampoco es injusto ni incoherente con lo que pide. La dificultad está pensada para que el jugador aprensa poco a poco, asimilando las reglas y aprendiendo a base de ensayo y error.

Las primeras horas sirven como introducción, pero pronto empieza a exigir planificación y atención. No entender una mecánica o subestimar a un enemigo puede tener graves consecuencias, y no siempre vamos a tener margen de maniobra como para fallar.

Aun así, el juego tiene herramientas muy variadas y suficientes para superar todos los obstáculos si lo sabemos gestionar correctamente. La clave está en aprender del error, más que en insistir en darnos cabezazos contra el mismo enemigo.

Análisis: Death Howl

¿Qué tipo de experiencia ofrece?

Death Howl no es un juego amigable con el jugador. Es una experiencia muy concreta, con una identidad muy clara y un diseño muy firme. Su combinación de narrativa ambiental, combate táctico exigente y ritmo pausado lo sitúa dentro de un nicho muy concreto y acotado dentro de los indies.

No es un título para sesiones relajadas ni para jugar en piloto automático. Requiere atención, paciencia y cierta implicación por parte del jugador. A cambio, ofrece un viaje muy bien construido y con un sabor propio muy fuerte. Un juego que no se explica, no perdona y no da ayudas… pero que deja huella.

Este análisis se ha realizado con una clave para PC proporcionada por Terminals.

Análisis: Death Howl

✅ Lo Bueno: • Miles de posibilidades a través del sistema de habilidades. • Propuesta muy única. • Mundo muy interesante y bien construido. ❌ Lo Malo: • Puede llegar a ser algo repetitivo para conseguir explorar el 100%. • Aspecto visual algo duro y minimalista. • Poco amigable con el jugador y muy exigente.

Puntuación del editor:
8.5

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