Análisis: Dungeons & Degenerate Gamblers

De la mano de Purple Moss collectors nos llega Dungeons & Degenerate Gamblers, un título roguelike de construcción de barajas donde, mediante un Blackjack algo distinto, nos abriremos paso apostando contra otros jugadores (de todo tipo, desde el propio tabernero o bardos que te cantan mientras sacan cartas de Geralt de Rivia, hasta personajes más peculiares que posteriormente iremos encontrando en otras plantas).

Posiblemente lo primero que se te venga a la cabeza, es Balatro (que ya analizamos aquí en su momento), y es perfectamente comprensible: junto a Dungeons & Degenerate Gamblers son los dos únicos juegos que, basados en juegos de cartas reales (Poker con matices y Blackjack con matices) dan un giro completo al sentido del propio juego y encuentra su propio camino.

Pero bueno, entiendo que si has llegado aquí, es porque tienes curiosidad por saber de que va todo esto y todo lo que nos puede ofrecer este juego. Así que agárrate, prepara tu mejor baraja y vamos allá.

En cuanto a su sinopsis, os dejamos el primer párrafo sacado de la descripción de Steam:

Comienzas tu aventura en una taberna donde se juega a una versión corrupta del blackjack, muy singular, que nunca antes habías visto. Tendrás que aprender las reglas y adaptarte a ellas a medida que avanzas por la taberna, desafiando a un variopinto elenco de personajes adictos al Blackjack. ¡Descubre el misterio de quién dirige este retorcido casino mientras avanzas por la taberna para vencerle!

El Blackjack de Dungeons & Degenerate Gamblers

Primero hay que entender bien como se juega al Blackjack y donde está la diferencia principal del propio juego. El juego de cartas normalmente conocido como Blackjack, jugado mayoritariamente en casinos y mesas de apuestas, es un juego donde los jugadores (nosotros) nos enfrentamos al crupier (que sigue unas reglas concretas y fijas) para ver quien de los dos suma 21 o se acerca lo máximo sin pasarse.

El crupier siempre debe pedir una carta más si suma 16 o menos con las cartas que ya posee, pero a partir de 17 debe plantarse. Los jugadores si pueden arriesgarse a llegar lo más cerca posible de 21, siendo la mejor jugada un As (vale 1 o 11 a elección del jugador) y una figura (valen 10). Hasta aquí es sencillo de entender, ¿no? Porque el juego nos va a llevar de la manita y sacarnos por la tangente desde el minuto uno.

Aquí no hay apuestas, como tampoco las hay en Balatro. Los jugadores a los que nos enfrentamos nos dan un número de fichas fijas en base a su dificultad que gastaremos como moneda para hacernos con cartas especiales o deshacernos de cartas de nuestra baraja entre otras cosas. Además, cada uno de estos «enemigos» tendrán su límite como el crupier de las reglas, plantándose en 17, 18, o así.

La principal diferencia que veremos nada más empezar, es que hay cartas especiales de todo tipo, y cada uno de los cuatro palos (picas, corazones, etc) tienen un efecto añadido si llegamos a hacer Blackjack. Por ejemplo, si lo hacemos con cartas de corazones, nos curaremos, mientras que las picas hacen daño extra.

Porque si, no deja de ser un juego roguelite en el que tendremos que avanzar a base de hacer daño con la diferencia que haya entre nuestra mano y la del rival (Si tenemos 20, y nuestro rival 17, le haremos 3 de daño, pero si tuviera 22 y se pasase, recibiría los 20 de golpe al no ser una mano valida).

Avanzando entre rivales y otros eventos

El ciclo jugable de Dungeons & Degenerate Gamblers es parecido al que vemos en la mayoría de juegos del género, nos saldrán varias opciones por «ronda» entre enfrentarnos a un rival, visitar una «tienda» para hacernos con cartas especiales, descansar o eliminar cartas, entre otras más. En este aspecto, el juego es sencillo de entender y manejar, sin complicaciones. Y con los rivales solo tendremos dos botones: pedir una carta o plantarnos.

Donde verdaderamente reside lo complejo del juego, es en todos los efectos de las cartas especiales y sus usos que son de lo más variado. Hay cartas a modo de comodines con varios valores, otras que nos sirven para atacar directamente la jugada del rival (ya sea bloqueando cartas, quemándolas para que no se usen más en ese enfrentamiento, haciendo daño directo o modificando el valor necesario para Blackjack, bajándolo o subiéndolo).

Quizás los números no sean tan astronómicamente inmensos como ocurre en Balatro al mezclar y combinar jugadas y comodines, pero el tener ya una carta que es 20 de corazones como tal, es cuanto menos interesante. Descubrir todas las cartas nos llevará un buen tiempo.

En cuanto a las zonas del juego, una vez demostremos quien manda derrotemos al rival jefe de la planta en la que nos encontremos, este nos dará acceso a la siguiente zona, aunque podamos ir en ocasiones a más de una (como el sótano). Todas ellas serán más y más complicadas según vayamos avanzando.

Apartado artístico

Lo mejor de este tipo de juegos, al menos para mi gusto, es que se hacen visualmente agradables con el estilo pixelart (aunque en este caso usando uno detallado más que simple y con pocos píxeles), y si le sumamos la musiquilla que nos acompaña constantemente, veremos que las horas pueden pasar sin darnos cuenta. Un gran punto a favor y que tener en cuenta en este tipo de juegos donde lo mismo puedes jugar un par de horas que varias decenas en pocos días.

La mesa en la que jugamos irá cambiando según vayamos avanzando por las distintas plantas, y muchas de las cartas tienen guiños y detalles que las hacen divertidas y entretenidas de ver, además de sus usos especiales. Tenemos desde cartas con guiños a Magic: The Gathering o Yu-Gi-Oh! hasta las que hacen referencia a series o libros (como la de The Witcher).

Dungeons

Por otro lado, quizás podríamos haber tenido algún efecto más llamativo al cumplir lo necesario para ganar fichas de ventaja, o al poner ciertas cartas sobre la mesa (mas allá del efecto de quemado, por ejemplo). Pero son detalles insignificantes que no manchan la diversión y jugabilidad que nos ofrece Dungeons & Degenerate Gamblers.

Conclusiones

Lo cierto es que estamos ante uno de esos juegos que son sencillos en términos generales pero complejos (de una buena forma) a su manera, ya que tendremos muchas cartas que combinar al final. Dungeons & Degenerate Gamblers es entretenido y divertido, tiene esa capacidad de hacerte olvidar que el tiempo sigue transcurriendo (algo muy peligroso si tienes cosas que hacer en la vida real) y lo hace de forma suave, sin sobresaltos.

Con un diseño simple pero que engancha (entrar, intentar ganar, sale mal, volver a empezar) y un apartado artístico muy agradable, lo cierto es que he disfrutado de echar varios ratos jugándolo, algo que lo hace para mi gusto personal un buen juego. Puede gustarte más o menos, claro está, pero es una combinación entretenida y divertida.

Uno de esos juegos que, si te gustan las cartas, y te gustan los ciclos repetitivos basados en el azar y la suerte, debes probar sin dudarlo. Y lo mejor de todo es el hecho de que ha salido completo, no en acceso anticipado como suele ser lo habitual en juegos indies.

Hemos realizado este análisis en PC con una clave proporcionada por Yogscastgames

Análisis: Dungeons & Degenerate Gamblers

✅ Lo Bueno:
• Sencillo de entender y jugar
• Diseño artístico bastante bueno
• Horas de diversión asegurada
❌ Lo Malo:
• Si no te gusta el azar, no es para ti
• Gran parte del juego es cíclico
• La falta de algún efecto visual más

Puntuación del editor:
8.5

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