Felvidek es el término usado para denominar la parte norte del imperio húngaro (que se podría traducir como Alta Hungría) y, aunque su significado ha tenido ciertas modificaciones con el tiempo, de manera simplista y atendiendo a lo que dice el propio desarrollador, corresponde a lo que hoy conocemos como Eslovaquia.

Esta Alta Hungría del siglo XV en la que se ambienta Felvidek (el juego) es un lugar muy interesante. Una época de conflictos: las llamadas guerras húngaro-otomanas que se extenderían hasta bien entrado el siglo XVI o las guerras husitas que también ocuparían gran parte del siglo.

Pero también nos encontramos ante un periodo histórico renacentista que se caracterizaba por una pujante burguesía, numerosos castillos construidos en roca, y el desarrollo del arte. También contaba con una población étnicamente variada, con la llegada en siglos anteriores de los alemanes del Cárpato, valacos y judíos askenazi junto a descendientes de los mongoles que los invadieron en el siglo XIII.

¿Es necesario conocer este contexto histórico para disfrutar de Felvidek? Es más ¿Es necesario para hacer una crítica del juego? La verdad es que no pero el setting me ha fascinado hasta el punto de sentir la imperiosa necesidad de conocer más a fondo ese contexto y, ya de paso, compartirlo con vosotros. Creo que es indicativo del buen hacer del desarrollador Jozef Pavelka.

Felvidek, un borracho y un cura entran en un bar…

Felvidek (el juego) nos situa en ese periodo convulso y nos pone en las botas de Pavol, un caballero que intenta sobrellevar el estrés postraumático y el dolor de haber sido abandonado por su esposa ahogando sus penas en alcohol. Mientras bebe en su habitación dentro castillo del señor feudal de la zona, descubre una columna de humo saliendo de una torre cercana.

Felvidek

El señor feudal encomienda a Pavol y al monje Matej ir a investigar la zona del incendio y, a partir de aquí, nos veremos inmersos en una trama de conspiraciones en la que se ve involucrado un extraño culto capaz de invocar criaturas monstruosas, husitas, turcos (otomanos) y más. Pese a su ambientación no nos encontramos ante una ficción histórica, ya que tiene elementos fantásticos y presenta una realidad alternativa.

Más raro que un perro verde

Se me hace difícil hablar por separado de los elementos de Felvidek ya que creo que todo rema en una misma dirección para crear una experiencia que no se entiende sin las sinergias creadas entre ellos. Los gráficos, los diálogos, el sistema de batallas, la música… Es sencillo ver su esqueleto de juego de RPGMaker pero en cada uno de esos elementos hay un giro que los retuerce para presentar algo fresco y diferente.

Los diálogos, repletos de expresiones en eslovaco y con una traducción a un inglés antiguo, son a la vez directos e inteligentes, secos y graciosos. Felvidek no se toma muy en serio a si mismo, pese a que los personajes que lo pueblan sí lo hacen y pasan por experiencias realmente duras. Aquí nos enfrentamos a entidades de influencia lovecraftiana pero, en lugar de perder la cabeza, nos metemos un lingotazo de vino que es el principal objeto curativo y les metemos un espadazo en los morros.

La estética de Felvidek es feísta, con personajes y escenarios monocromáticos, con un estilo gráfico que nos puede recordar a otro juego de RPGMaker de culto como es Hylics. Las cinemáticas mantienen el mismo tono estético pero aplicándole un 3D primitivo, con muy pocos polígonos y con texturas pixeladas, una estética a lo Playstation (la primera).

La sonrisa totalmente demente de nuestro alcohólico protagonista nos acompañará toda la aventura. Esa atmósfera sombría y sucia que impregna todo el juego da pie a un sentido del humor bastante negro, sobretodo gracias a los mencionados diálogos (eso sí, es necesario un nivel de inglés relativamente alto para entenderlos) y a las algo ridículas situaciones en las que nos vemos envueltos.

Por ejemplo hay un momento en el que vamos a buscar al cura de la iglesia del pueblo y, tras rezar en el altar de la iglesia (rezar nos devuelve toda la salud y la “magia”), tenemos que entrar en el burdel para encontrarlo. Burdel en el que podremos aprovechar para que una de las trabajadoras del local nos bañe, librándonos del mal olor que llevamos arrastrando desde el inicio de la aventura.

Pero no nos equivoquemos, Felvidek no es un juego esencialmente pesimista. Vemos crueldad, mentira, hipocresía, traición y muchas cosas horribles pero también vemos esperanza, amor, lealtad y bondad. En ese sentido es muy interesante la evolución de los dos personajes principales, el crecimiento y la evolución de Pavol y del monje Matej, lo que les dota de una humanidad que en algunos momentos resulta hasta entrañable.

JRPG pero poco

Las mecánicas, partiendo de la base del típico JRPG, también se ven deformadas para ahondar en la propuesta de Felvidek. Tenemos los típicos combates por turnos que no son especialmente profundos a nivel estratégico, la verdad. Podemos atacar, usar “tools” que son unos ataques especiales equivalente a la magias, usar objetos y defendernos.

Aquí no tenemos niveles, la única manera de subir las estadísticas es consiguiendo nuevas armas y equipo o con algún objeto consumible que nos subirá un poco alguna estadística concreta. Tampoco tenemos combates aleatorios, es más, la mayoría de ellos están por razones narrativas aunque hay unos cuantos opcionales. Alguna quest opcional podemos encontrar también y resultan divertidas.

Pese a que el combate no es especialmente complejo sí que hay que estar bien preparado, sobretodo al principio, ya que no es raro que nos venzan con relativa facilidad si no tenemos un buen equipo y no gestionamos bien nuestro inventario y nuestras “tools”. Una característica del combate es que no tenemos objetos para recuperar nuestra barra de “tools” a medio combate hasta muy avanzada la aventura, lo que hace muy importante gestionar bien nuestros ataques especiales.

Eso en parte hace que combatir por combatir pierda sentido, sobretodo en la parte final del juego en la que es normal tener dinero de sobras. No lo veo como un error o problema de diseño, me parece muy adecuado para el juego que a veces prefieras evitar enfrentamientos directos que solo te van a traer desgaste y tienes poco que ganar, aquí no hemos venido a grindear.

Con todo esto lo que quiero decir es que Felvidek es más un juego narrativo que un RPG. No tenemos personalización de personaje ni evolución de estadísticas, nuestras decisiones afectan muy poco al mundo y la trama, es lineal y el mapa es bastante pequeño, con pocas localizaciones. Una vez aceptado eso, como experiencia narrativa con toques de rol me ha parecido fascinante.

La música en Felvidek, aunque es cierto que hacia el final se me ha hecho un poco repetitiva, me ha encantado. Con guitarras eléctricas y sonidos que no intentan imitar el tipo de música de la época pero que te mantienen constantemente en esa sensación un tanto incómoda y misteriosa que rodea al juego.

En conclusión

RPGMaker es un motor que suscita bastantes prejuicios pero Felvidek vuelve a demostrar, igual que hizo recientemente In Stars and Time, que se pueden crear obras muy interesantes y personales con él. Un juego narrativo con toques de rol y una personalidad única, una historia interesante, personajes carismáticos y una estética muy especial. Una de estas pequeñas joyas poco conocidas pero que, estoy convencido, se convertirá en una obra de culto con el tiempo.

Felvidek está disponible en Steam e Itch.

Hemos realizado este análisis en PC con una clave proporcionada por Jozef Pavelka

Análisis: Felvidek
La estéticaLos personajes
No me hubiera importado pasar más tiempo en ese mundo
8Nota Final
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