El pasado 6 de noviembre llegó a PC, PS5 y Xbox Series X The Invincible. Una aventura narrativa con toques de acción y estética retrofuturista basada en la novela homónima escrita por Stanislaw Lem en 1964. Desarrollada por Starward Industries y publicada por 11 Bit Studios, esta experiencia en primera persona nos pone en el papel de Yasna, una bióloga perdida sobre la superficie de un planeta inhóspito que no recuerda cómo ha acabado allí. En ErreKGamer ya hemos disfrutado al máximo del juego y os contamos qué nos ha parecido en este análisis.

The Invincible recupera la esencia de los walking simulator

Durante la segunda mitad de la octava generación de consolas surgió un nuevo género dentro del videojuego que supuso una revolución para los cánones de la industria del momento. Juegos como Dear Esther, Gone  Home o Everybody’s Gone to the Rapture crearon una nueva forma de contar historias. El walking simulator basaba todo su poderío en su fuerza narrativa y, a pesar de unos comienzos difíciles o de contar con las miradas adversas de una parte del público tradicional del videojuego que veía a estos títulos con cierto desdén por contar con ‘poca acción’, acabaron por hacerse un hueco.

Tanto es así que el género acabó madurando y gracias a ello aparecieron experiencias tan inolvidables como Tacoma, Firewatch y el inigualable What Remains of Edith Finch. El walking simulator dejó de recibir el desprecio de muchos y empezó a catalogarse más como una experiencia o aventura narrativa y, como ocurre con todo aquello que tiene éxito, empezaron a proliferar un buen número de aventuras de este corte.

No obstante, el género fue perdiendo fuerza, y lo cierto es que hacía tiempo que no recibíamos un juego de estas características que llamara nuestra atención. Por ello, cuando vi las primeras imágenes de The Invincible me quedé completamente prendado. Su estética, la ambientación espacial y el misterio que envuelve todo lo que tiene que ver con la obra lo pusieron pronto en mi lista de deseados para este año 2023 que pasará la historia como uno de los mejores que jamás ha conocido la industria por el enorme número de juegos de calidad que hemos recibido.

The Invincible es un ejercicio de introspección para el jugador

He catalogado a The Invincible como un walking simulator aunque lo cierto es que, en un principio, el juego no se muestra como tal. De hecho contamos desde prácticamente el principio de la aventura con algunas herramientas como un detector de metales, una suerte de prismáticos, un localizador GPS o un mapa que parecen estar dispuestas para ofrecer algunos aditivos en lo jugable que abren mecánicas más allá de avanzar o tomar decisiones. 

Sin embargo, su uso durante el juego es muy contextual, por lo que no se puede decir que establezcan patrones de juego determinados de los que sacar partido durante la exploración. Sin combates, ni armas, todo lo más que vamos a poder hacer para avanzar es usar algunos vehículos repartidos sobre la superficie del planeta Regis III.

Es en la superficie de este planeta donde comienza nuestro periplo y donde tendrá lugar el grueso de la narración. En el papel de Yasna, una astrobióloga que forma parte de una pequeña expedición de un bando de la humanidad llamado La Mancomunidad, tendremos que descubrir qué está ocurriendo en el este planeta desolado que recuerda a Marte por su color rojizo, pero que, tal y como se nos cuenta desde el comienzo de la aventura, cuenta con las condiciones perfectas para que la vida se hubiera desarrollado en él de la misma manera que lo hizo en La Tierra.

De hecho, al despertar en el planeta no recordamos cómo hemos llegado allí, el resto de nuestra tripulación está desaparecida y tardaremos un tiempo en volver a recuperar la comunicación ellos. A partir de aquí es cosa del jugador descubrir la interesante trama que hay detrás de The Invincible y que, por tratarse del tipo de aventura que es, no voy a desvelar más.

Eso sí, además del misterio que envuelve al planeta, lo más interesante que tiene The Invincible es que aprovecha muchas de sus situaciones para hacer al jugador reflexionar sobre temas profundos que tienen que ver con la ética, nuestra propia humanidad, la evolución, nuestros principios morales y definir qué es lo que nos hace como especie distintos a los demás.

The Invincible no es un juego de terror, pero se atreve a crear situaciones tensas

Si bien no estamos ante un juego de terror, la atmósfera de soledad, abandono y algunos sucesos difícilmente explicables van a conseguir que entre conversación y conversación vivamos algunos momentos de angustia y cierta congoja. Este es uno de sus mejores puntos, ya que transmite ese sentimiento de soledad e indefensión a la perfección gracias, sobre todo, a algunas secuencias cinemáticas creadas con el motor del juego y al enorme número de incógnitas que rodean la historia del juego.

De hecho, The Invincible no es un juego que nos marque puntos en la interfaz que haya que seguir y hay que estar consultando el mapa frecuentemente para dirigirnos al siguiente lugar para continuar con la investigación y el progreso dentro del juego.

No obstante, y a pesar de que consigue tener un tramo final muy potente que consigue explicar prácticamente todo y que puede variar en función de las distintas decisiones que hayamos ido tomando durante la aventura, The Invincible tiene algunas lagunas en su narrativa. En demasiadas ocasiones las conclusiones a las que va llegando Yasna no se siente como una parte en la que las investigaciones que hemos estado realizando tengan un peso real, por lo que el camino hasta este final se me ha hecho un tanto inocuo en demasiados momentos.

Es aquí donde el juego naufraga, ya que en muchos segmentos tienes la sensación de que estás recorriendo largas extensiones de terreno sin ninguna finalidad más allá de llegar al siguiente punto en el que la historia se desarrolle sin que tú formes parte activa de ello. Creo que al juego le hubiera venido bien algún sistema de resolución de puzles o creación de pesquisas que reconocieran al usuario como una parte más activa de la exploración y que no quedara tanto la sensación de ser poco más que meros observadores que tienen que tomar algunas decisiones en determinados momentos.

Algo que hay que tener en cuenta en The Invincible es que es un título que puede variar sus finales y consecuencias en función de lo que hagamos. Algunas tareas secundarias pueden ser importantes y en ciertos momentos la aventura puede verse muy recortada si elegimos algunas opciones. Aquí la libertad de acción del jugador es total, así que te recomiendo que le eches un vistazo a los logros antes de dar por finalizado el juego ya que la experiencia puede variar bastante en función de todo esto. Obviamente, gana en rejugabilidad y puede que una segunda y hasta tercera vuelta al juego sean necesarias para descubrirlo al completo.

Regis III es el auténtico protagonista de The Invincible

Hemos analizado The Invincible en su versión de PC en la que con un equipo compuesto por una RTX 2080 Super, un procesador AMD Ryzen 7 3800X 8-Core 3.90 GHz y 32 GB de RAM ha corrido sin ningún tipo de problema a 4K y 60 imágenes por segundo gracias en gran parte al aprovechamiento de la tecnología DLSS de NVDIA.

The Invincible es, no obstante, un título independiente, que confía lo mejor en su apartado visual a su arte y dirección de fotografía. Regis III y estilo retrofuturista de la tecnología presente en el juego dejan algunas estampas increíbles de las llanuras rojizas envueltas en la luz de una enana roja que le dan un toque muy opresivo a la exploración y que es un gran aliciente para perderse en los escenarios durante las 6 horas que dura la aventura.

Con todo, algunas texturas del suelo y rocas no están al mejor nivel The Invincible y habrá que saber perdonarle al juego el no estar al nivel de la actual generación en modelados y animaciones de los personajes y máquinas con los que nos vamos a ir topando. Además, y a pesar de contar con una buena banda sonora cuando está presente, estamos ante un juego que hace mucho uso del silencio, algo muy lógico al encontrarnos en parajes desolados y en solitario.

Eso sí, las actuaciones de voz en inglés están a un muy buen nivel. Los diálogos ganan en interés e intensidad gracias a ello. The Invincible llega con subtítulos completos al castellano que, además, se pueden adaptar en tamaño para contar con fuentes más grandes en caso de ser necesario.

Conclusión

The Invincible es una aventura narrativa interesante que tiene a su favor su atmósfera, estética y el halo de misterio que le rodea en casi todo momento. No obstante, la presencia de algunas herramientas pueden inducir a error a muchos jugadores que quieran algo más que un walking simulator. Narrativamente consigue tener un final muy bueno, pero todo queda casi relegado a la última hora teniendo durante el resto de la aventura la sensación de que no estamos progresando demasiado y frecuentemente las conclusiones a las que se llegan durante la historia no involucran en casi nada al jugador.

Eso sí, se trata de una aventura con múltiples finales y caminos que descubrir, por lo que su rejugabilidad es un factor a favor. Con todo, es una experiencia interesante que trae de vuelta el género del walking simulator, por lo que si te gusta el género y la ciencia ficción, puede que sea de tu agrado.

Hemos realizado este análisis en PC con un código proporcionado por Terminals.io

Análisis: The Invincible
Una historia muy interesanteBuen número de variables que lo hacen muy rejugableEl apartado artístico y la fotografía están a un gran nivelBuena optimización en PC
Algunas desconexiones en la narrativaSe echa en falta más participación del jugador durante la investigaciónAprovecha muy poco sus herramientas para crear más mecánicas jugables
7.5Nota Final
Historia9
Jugabilidad6
Gráficos7
Sonido7
Narrativa7