Análisis: Ion Fury Aftershock

Ion Fury Aftershock es la nueva expansión que 3D Realms ha preparado para seguir contentando a los fans del juego base con más contenido.

Para nadie es un secreto que el mercado retro ha comenzado a ganar muchísimo terreno gracias al fenómeno del mercado indie, y por lógica esto llegó a tocar también el mercado de los FPS retro, en el que las arriesgadas propuestas para crear nuevas franquicias usando viejos motores de antaño también demostró ser un camino viable, de esta forma se explica porqué una propuesta como Ion Fury comienza sus andadas tirando de la nostalgia, precisamente para enganchar jugadores veteranos antes de ir por los más jóvenes con su secuela próxima a estrenarse dentro de 2024.

De descartado a borrar el mal recuerdo de Duke Nukem

Antes de entrar a aguas profundas es necesario poner un poco de contexto.

Después que el proyecto de Duke Nukem Forever terminó convirtiéndose en una disputa legal entre 3D Realms y la gente de Gearbox Software por los derechos del personaje en la que Gearbox terminó ganando el litigio en el 2010 y en vista de lo mal que fué llevada la franquicia con un desarrollo que tomó 14 años, con un producto final mediocre y que encima dejaron al pobre Duke en total abandono, además de una 3D Realms que estuvo sufriendo algunas reestructuraciones, Ion Fury se perfila como el remedio para todas esas esperanzas fallidas, una franquicia que viene dispuesta a barrer con todos esos malos recuerdos haciendo borrón y cuenta nueva, y lo hace de una manera simbólica, usando el mismo motor que llevó a Duke Nukem a su éxito.

¿Pero cuánto sabemos del personaje de Shelly Harrison?

Son muy pocos los que saben que esta antiheroína fué creada por 3D Realms en 1997 y que originalmente iba a ser la co-protagonista de Duke Nukem Forever como su contraparte femenina, lamentablemente, este personaje terminó siendo descartado por Gearbox cuando iniciaron su propio desarrollo.

Sin embargo no fué olvidado del todo, ya que en 2016 fué rescatado y debutó con su propio juego llamado Bombshell, un juego de acción/aventura con vista isométrica que por desgracia no tuvo el recibimiento esperado del público.

Por otro lado nos encontramos con la desarrolladora Voidpoint LLC quienes se encontraban desarrollando un remaster de Duke Nukem 3D para Android con su motor EDuke32, pero tuvieron que cancelarlo tras una petición de Gearbox en el 2015, eso, hasta que alguien de 3D Realms se apareció en los foros de duke4.net (hay que aclarar que la gente de Voidpoint originalmente son un grupo de aficionados al motor Build con su propia comunidad), preguntando por personas que supieran usar Build para postularse en un proyecto que originalmente sería una especie de vínculo promocional para Bombshell, pero como no se molestaron en supervisar mucho el proyecto, los de Voidpoint decidieron llevarlo en su propia dirección y sin financiamiento alguno.

Recordemos que Ion Fury ganó el premio «Indie del año» en la premiación IndieDB de 2019, y fue el tercer juego más vendido en Steam ese mismo año, 4 años después de su inusitado éxito nos llega su expansión Aftershock y pasamos a desmenuzarlo punto por punto.

La historia de Ion Fury completa

Al igual que sucedía con el argumento de muchos títulos en los 90´s, apenas se ponía el esfuerzo en una historia base, ya que lo que importaba en un juego era su jugabilidad.

Ion Fury se ubica en la futurista ciudad distópica de Neo D.C. muy del estilo de Blade Runner, donde el jugador asume el papel de Shelly «Bombshell» Harrison, una experta en desactivación de bombas alineada con la Fuerza de Defensa Global (por algo su armadura lleva las siglas GDF). El Dr. Jadus Heskel, un líder de una secta transhumanista, desata un ejército de soldados mejorados cibernéticamente (¿Replicantes o exterminadores?) en la ciudad en la que Shelly tiene la tarea de luchar para luego hallar la base enemiga y destruirla.

Una vez que Harrison destruyó la cúpula del terror del Dr. Heskel y limpió las calles de Neo DC, se supone que ganaría, ¿no es así?. Pero ¿dónde está la gran celebración y el suministro de alcohol para toda la vida?

A pesar de haber salvado a la ciudad por sí sola de la subyugación de los cyborgs, el GDF ha decidido suspenderla del Grupo de Trabajo Nacional, eligiéndola como su último chivo expiatorio.
Mientras tanto, Heskel sigue libre, listo para reconstruir su imperio y planear su próximo plan nefasto.

Además de todo eso, el jefe de Shelly Harrison, el general Rocco «The Rock» Rockford, se aseguró de que su carrera nunca volviera a ver la luz, relegándola a tareas serviles de patrulla de alcantarillado.

Un día, mientras intenta infructuosamente ahogar su miseria en el Vesubio, se produce una explosión y su bebida aguada y cara vuelve a ser una con el entorno.

Es hora de prepararse para la réplica…

Jugabilidad

Al igual que en el juego principal, Ion Fury Aftershock se mantiene en su concepto de «Boomer Shooter» retroactivo donde el combate alocado y sin pausas se mantiene prácticamente sin cambios con respecto al juego principal excepto por su nueva arma, un lanzacohetes teledirigido, y algunos tipos de munición nueva que te permiten causar aún más daño (como la bomba de humo ácido que ahora posee el lanzagranadas).

En esta nueva campaña se agregan 15 nuevos niveles, cada una con sus diversas complejitudes y dificultades, lo que sumado a los 28 niveles de la campaña original nos da un total de 43 niveles… nada mal.

Otra de las novedades de esta expansión está en el innovador modo «Arrange Mode», que amplía los 28 niveles del juego original incluyendo a nuevas áreas y nuevos enemigos, situándose entre las cualidades más imperdibles.

También se agrega un nuevo nivel de dificultad llamado Angel´s Death, que es prácticamente el juego en dificultad imposible, por lo que se recomienda jugarlo solo una vez dominadas las dificultades anteriores.

La sección de vehículos ocupa casi la mitad del contenido, pero la principal excepción es la hoverbike que ocupa una gran parte del tiempo que pasas con el DLC. Te encontrarás corriendo por la ciudad, a través de un sistema de aguas y, finalmente, hacia áreas más abiertas tipo «centro». La hoverbike se controla bien, lo cual es algo que no se esperaba.

Hay algunos enemigos nuevos contra los que luchar y resultan bastante molestos, sobretodo en dificultades más altas, como aquellas variantes de las arañas que ahora explotan y un enemigo de musculatura sin piel que tiene la habilidad de teletransportarse y generar mucho daño además de resistir varios  disparos. Entre otros enemigos, también incluyen a miembros de GDF que plantean un desafío decente, pero si estás familiarizado con Ion Fury, el combate no cambia de ninguna manera significativa.

El diseño de niveles es por lejos uno de los apartados que más sobresalen, consiguieron desplegar unos entornos tremendamente amplios que casi cuadruplican lo que se llegó a ver en Duke Nukem 3D en su momento, si bien no otorga el libre albedrío de un Farcry, lo que construyen dentro de los parámetros en un cierto encuadre hace parecer todo muy orgánico.

Como es la costumbre en este tipo de juegos, hay varios cuartos secretos donde hallarás botiquines, munición y hasta armas, además de algunos ítems que aunque se sienten ornamentales, van desde lo útil (radares y recuperación de energía) hasta lo más inútil (sillón inflable), y otros más atesorados, como el chip «Golden Gun» que te permite actualizar tus armas mejorándoles el poder de fuego (pero no te entusiasmes mucho, pues solo funcionan de forma temporal).

Quizás a más de uno el juego le resulte exasperante porque no consigas encontrar la salida tan fácilmente y esa es precisamente una de sus gracias, el juego exige limpiar y luego explorar para hallar las llaves y seguir limpiando lo que se vuelve a llenar con los mismos irritantes enemigos. Como todo FPS de la vieja usanza, no te exige cumplir misiones, cuando mucho el descubrir todos los cuartos secretos, de hecho al llegar al final el mismo juego te avisa cuántos más te faltan si quieres obtener el 100% al final.

Gráficos

Es increíble cómo un título cuyo juego base y su DLC juntos apenas superan los 200MB consigue tener una enorme cantidad de detalles.

Ion Fury mantiene esa estética de cómic pixeleado que tan bien le quedó a Duke Nukem 3D en su momento, haciendo gala de maravillosos y copiosos elementos no menores que aunque estéticos y curiosos, no dejan de respirarle vida al entorno, por lo que no solo el juego va de agarrarse a balazos, sino también de interactuar con lo que tenemos a nuestro alrededor.

Es por esto que podemos apreciar detalles de cómo las balas se incrustan en las paredes o en algunas ventanas, o podemos romper objetos, interactuar con los interruptores de luz en cuartos oscuros o electrocutarnos con los enchufes o las cajas de corriente rotas, encender máquinas, vehículos, tirar la cadena del water o de los orinales del baño de hombres, mirarnos al espejo, interactuar con las máquinas dispensadoras o las mangueras para llenar cerveza y te otorgan energía, al igual que las latas de refrescos.

Es por esta clase de cosas que el motor Build se fué ganando una reputación que se ha mantenido a lo largo de los años aunque fuera solo entre sus más aficionados y comercialmente estuviese obsoleto.

Apartado Músical

Además de incluír voces digitalizadas, todas las composiciones musicales corrrieron a cargo de Jarkko Rotstén, se sabe que ha trabajado haciendo demoscene de música electrónica, pero en su currículum de videojuegos apenas figura un solo título llamado circus Linux en 2003.

En este juego hace un fenomenal despliegue de talento todoterreno, partiendo por el tema central de Ion Fury que es todo un himno que le da atmósfera a la antihéroe femenina del futuro, puede guardar cierto parecido a Perfect Dark pero no es algo que la gente se vaya a quejar realmente.

En los escenarios encontraremos música electrónica de todo tipo (Eurodance, Garage house, Trance, Detroit Techno, algo de Hardcore, etc) que ayuda a complementar la acción, y obviamente no podía faltar el famoso estilo Synthwave que le da ese toque retrofuturista ochentero dotando a los escenarios con mayor personalidad, y si el escenario lo requiere, también hay música para ambientes controlados como la de ascensor o dentro de una oficina, aunque también se le debe criticar que no supieron complementar las cosas, pues se dan casos donde el tema del escenario en el que estamos choca con la música de otro escenario y se oyen ambos temas de forma simultanea, es decir, que si entras a una disco, por lógica debe haber música disco, pero esta choca con la música del escenario. Incluso si estás dentro de un ascensor, la música del escenario choca con la del ascensor, y aunque no molesta, sí corta el ritmo de la acción.

Hace falta un parche para corregir ese detalle.

El motor Build, evolución de una fórmula clásica.

Uno de los motores que más destacó en los 90´s ha sido el Build Engine, creado en 1995 por la desarrolladora 3D Realms a cargo del programador Ken Silverman (quien en su momento fué considerado el mayor rival de John Carmack), motor que, a diferencia del Doom Engine, era capaz de crear verdaderos entornos en 3D haciendo que cada sector pudiera tener distintas alturas entre techo y suelo, e incluso permitiendo distintos grados de inclinación, este motor se usó en uno de los juegos de culto más famosos reconocido en los 90´s como Duke Nukem 3D, pero también en otros no menores, como Shadow Warrior, Blood, Witchaven, PowerSlave, etc.

En el mundo de la tecnología hay fórmulas que aunque efectivas también quedan obsoletas muy rápido, y en el caso del motor Build, la fórmula murió en poco tiempo y no resucitó hasta muchos años después (19 años específicamente, siendo World War II GI el último juego en utilizar dicho motor) cuando el mercado indie la volvió a traer a colación, pero por razones lógicas se hacía necesario actualizarlo para que pudiera adaptarse a los sistemas operativos y consolas actuales, por lo tanto el Build Engine evolucionó al motor EDuke32 de la mano del programador Richard Gobeille (Líder de la comunidad Duke4.net y fundador de Voidpoint LLC).

Las mejoras más notables sobre el motor Build original incluye soporte para resoluciones modernas, soporte completo de mouselook, correcciones de compatibilidad y estabilidad (incluidas las relacionadas con la administración de memoria), múltiples renderizadores nuevos, una consola completamente funcional, soporte de secuencias de comandos mejorado y soporte al códec de audio Vorbis.

Quizás una pregunta que muchos se hagan en este momento es ¿porqué no usar Unity o Unreal Engine para intentar emular al motor Build? y la respuesta es bastante lógica: Porque es más fácil agarrar un motor viejo y actualizarlo, que agarrar un motor actual y tratar de emular los juegos viejos. De que se puede, sí, pero toma más tiempo ya que debes estudiar el motor viejo y trasladar sus cualidades al motor nuevo. 

Conclusión.

Ion Fury y su expansión Ion Fury aftershock visto como un todo, es más que un videojuego retro, es una manera simbólica de representar un nuevo comienzo con un personaje que será la nueva alma de 3D Realms en vista que perdieron los derechos de su creación mas icónica a manos de otra desarrolladora, y justamente comienzan recorriendo el mismo camino de hace 30 años con un FPS que reutiliza el motor que los llevó a la fama en el que prácticamente le sacaron todo el jugo que pudieron, convirtiendo a este título en el que, hasta ahora, es el que mejor aprovecha las cualidades del motor Build.

Ahora que ya tenemos el juego original dotado con su respectiva expansión, tenemos tiempo suficiente para disfrutar mientras esperamos también su respectiva secuela llamada Phantom Fury, que seguramente hará gala de todas las ideas que tenían originalmente planeadas para Duke Nukem Forever, obviamente con un motor gráfico mas actual.

Si quieres conocer otro FPS Retro, te aconsejamos cultic, que tampoco tiene desperdicio.

Hemos realizado este análisis en PC con un código proporcionado por StridePR