Ponernos en la piel de un protagonista de un videojuego puede que no sea solo para emprender una aventura y disfrutar de una experiencia única, sino que quiera ir mucho más en profundidad. Y sí, eso mismo ocurre con Tchia cuando te presenta una aventura que te ayuda a conocer Nueva Caledonia, un archipiélago que flota entre Fiji y Australia y que muy posiblemente nunca hubieses conocido. Esto sería como como un videojuego/reportaje para conocer las costumbres, el paisaje y la vida de ese lugar, pero con un toque de aventura RPG y un sistema de jugabilidad algo peculiar.

Con Tchia me reafirmo que los videojuegos independientes van siempre más allá, arriesgando en determinados apartados y características que un triple A no haría nunca. Finalmente, esto es lo que muchos jugadores buscamos: innovación e inquietudes por conocer todo lo que nos puede ofrecer un juego de esta índole. Desarrollado por Awaceb y publicado por Kepler Interactive, Tchia presenta un mundo abierto influenciado por juegos como Breath of the Wild que, aunque este no es su fuerte porque aparenta estar un poco vacío, tiene otras facetas que han pulido lo suficiente como para crear una experiencia bastante bonita.  

Una historia profunda, pero con pocas emociones

Al principio no está muy clara la premisa hasta que el padre de la protagonista, Tchia, es secuestrado por un gobernante local, aparentemente por algún motivo del pasado y que os había obligado a estar escondidos durante años. Finalmente descubierto, Tchia no tiene a dónde acudir y deberá de buscar recursos, ayuda y habilidad para enfrentarse a toda una aventura hasta encontrar a su padre. Si bien todo ello es el objetivo principal, este juego también presenta una amplia variedad de misiones con algunos NPC que te encuentres por el camino, además de poder saltar las misiones sin problema, aunque con las consecuencias de quedarte sin determinada historia.

La historia puede parecer un drama sinigual, pero el personaje carece de emociones físicas que parece que algo así está ocurriendo. Asimismo, todo el argumento principal gira en torno a una inspiración muy fuerte hacia la cultura de Nueva Caledonia, donde habla de la arquitectura tradicional canaca, la música y los coros canacos, además la voz de todos los personajes proviene de talentos locales en lenguas tradicionales. A su vez, han añadido la ecología, lo sobrenatural y la naturaleza del lugar para hacerlo aún más real, lo que están muy presente muchos detalles de la isla y pueden teletransportarte sin problema al lugar.

Control mental y mayor variedad de mecánicas

El mundo de Tchia da comienzo en un mundo abierto, una característica demasiado usada últimamente por muchos desarrolladores y que al final termina siendo más una opción negativa que positiva. En Tchia hay varias zonas vacías y lugares de encuentro sin mucha vida donde el propio personaje se ve atrapado por un panorama bastante triste y eso hace que no anime a investigar ni explorar, además de que aporta un mapa muy poco intuitivo. Sin embargo, los propios desarrolladores han añadido una jugabilidad algo curiosa y atípica como es el control mental que tiene la propia protagonista.

Esta habilidad te permite convertirte en algunos objetos locales desde una roca hasta un animal. La roca puede servir para protegerte de que te vean personajes hostiles, pero los animales van mucho más allá. El mundo abierto es más cómodo gracias a ello, ya que, si te conviertes en un delfín podrás moverte por el mar con mucha más libertad, así como ser un ave e ir por el aire con mayor rapidez, eso sí, todo es con tiempo limitado. Sorprendentemente, todos los animales son cómodos de utilizar y hay gran variedad para ello, no es una mala opción para moverte de un lado a otro, al final el propio barco lo dejas abandonado y terminas utilizando solo esto.

A lo largo del juego, Tchia introducirá otro tipo de mecánicas más jugables y disfrutables como son los minijuegos. Y claramente son bastante sorprendentes, sobre todo por las animaciones y la participación que tienen, ya que estas te animan a introducirte mucho más en la historia y a poder conocer más a tu protagonista. Desde tocar el ukelele a construir una pirámide de piedras, todos ellos tienen el objetivo de que puedas saber más de todo el contexto que hay a tu alrededor y de lo bonito que es Caledonia. Los minijuegos como tal son fáciles, algunos intuitivos y otros directamente poco necesarios. 

Con respecto a esto último, Tchia tiene una gran cantidad de mecánicas y algunas de ella se sientes fluidas, pero otras no. Esto provoca que algunas misiones secundarias sean tediosas de completar y no impulsan a la exploración, por lo que no inspira a continuar la búsqueda en su mundo abierto. 

Un mundo abierto de fantasía

Desde un punto de vista gráfico se aprecia su estilismo tan colorido y tan bonito, aunque no tenemos una resolución a 4K con una visión de campo muy extensa, por lo que si subimos a una montaña su mundo abierto se puede ver hasta cierto límite y disfrutar hasta los puntos de una montaña. Eso sí, este estilo hace que algunos elementos sean más fantásticos o sobrenaturales y no estén fuera de lugar dentro del juego, sino que formen parte de toda la composición de Tchia. En alguna ocasión si se ha echado en falta más realismo para darle más emociones al juego.

Con respecto a la banda sonora, creo que es bastante importante señalar que en este juego haces tú tu propia música ya que puedes manejar el ukelele con total libertad con los acordes y crear la melodía que más te guste. Los compases que generes los puedes disfrutar, es algo que te transmite paz y armonía al mismo tiempo, a su vez que te acerca al lugar donde está desarrollado el juego.

Conclusión

En conclusión, Tchia se ha centrado en gran parte a la fantasía, pero poco al realismo, por lo que tenemos un mundo muy hermoso, pero poco emocionante. Es cierto que es muy bonito y su estilo visual es muy colorido a la vez que llama la atención, pero el mundo abierto no se disfruta a largas distancias ni visualmente hablando ni tampoco jugable. Su jugabilidad es justa, tiene espacios vacíos y momentos sin mucha vida, pero han sabido mejorar estas situaciones aplicando unas mecánicas diferentes como es el control de mente y algunos minijuegos que te hacen salir del paso entre algunas misiones. 

Eso sí, como videojuego reportaje, Tchia es algo muy novedoso y te trae no solo una historia profunda, sino te da a conocer una cultura nueva y muchos detalles de una vida que realmente existe y que esta ahí fuera, si quieres conocer Nueva Caledonia, empezar con Tchia será tu mejor opción.

Hemos realizado este análisis en PC con un código proporcionado por Awaceb.

Análisis: Tchia
Determinadas mecánicas originalesEl mundo de fantasíaHistoria/Reportaje de Nueva Caledonia
Algunos lugares vacíos y poco realismoMisiones secundarias tediosas
7.8Nota Final