El E3, ese evento que llegaba y coincidía con el comienzo del verano. Verano, una época esperada por muchos y detestada por otros muchos, pero que de igual forma lo celebran porque suele ser tiempo de vacaciones. Y espero que las buenas personas que trabajan en la hostelería sepan comprenderme y también perdonarme.

Vamos a 1995. Los quinceañeros de entonces leíamos en las revistas todo lo que acontecía en la feria del E3. Y ya desde entonces, quizá promovido por el propio hype que las revistas creaban con reportajes de lo que podíamos esperar, la expectación por el evento era mayúscula. Los eventos como el CES también ayudaban lo suyo a potenciar la ilusión, inmaculada de los niños que nunca hemos dejado de ser, por las novedades del evento.

E3 sin E3

Avanzaba el tiempo y los sistemas fueron cambiando. También fue cambiando el modo de informarnos sobre el evento. Sobre el evento… Y sobre todo en general. La afición de leer revistas fue cambiándose por la afición a leer webs y la información pasó a ser impaciente, momentánea y opinable. Ya no había que esperar a la publicación mensual de la revista para saber qué sucedía; justo después del evento leías en cualquier web qué había pasado, presentado y podías dejar tu opinión en la caja de comentarios.

Seguíamos avanzando y llegó el momento de poder ver las retransmisiones en directo desde nuestra casa. Y mediante redes sociales se podía ir dejando las opiniones y pareceres en directo. Incluso fue posible interactuar con amigos o conocidos de dichas redes sociales respondiendo a sus impresiones mediante dichas redes sociales. Para un servidor esto ha sido de las experiencias más gratificantes que he vivido; poder comentar el evento con personas a las que ni siquiera conozco dentro de un clima de respeto y pasión que hoy suena a nostalgia.

Llegó la pandemia, llegó el virus, y el mundo parecía contraerse mientras los videojuegos cobraban relevancia como modo de pasar el tiempo. Sin embargo, la fiesta anual que convierte al videojuego en una explosión de ilusióin y expectativa parece que no ha superado el virus. Quiero pensar que todavía están buscando la vacuna y que van a dar con ella. Desde 2020 el E3 no ha sido lo mismo ni ha sido igual. Hasta el punto de que este año 2022 no se ha celebrado.

Sin E3 pero ¡qué cantidad de eventos!

Y aquí es donde viene mi extrañeza. Hay un montón de eventos anunciados. A la hora que estoy escribiendo estas líneas, se ha celebrado el Summer Game Fest, la conferencia de Xbox y algún que otro evento. Y ya he podido leer opiniones a favor y en contra; nada nuevo en el mar de Internet. Todo está lleno ya de improperios y alabanzas de personas que al final del todo, no van a disfrutar de nada.

Quizá sea que estamos condicionados por el contexto y por el entorno. Llevamos el mantra de que no hay E3 y parecía que había algo extraño en el ambiente. Pero luego, en las webs, los foros, los grupos de Telegram, Discord, Whatsapp y todo lo que existe por ahí, los mensajes de pareceres discurren como el agua en el océano y eres consciente de que nada ha cambiado. Incluso el Nintendo Direct que mi amigo Adriel espera con ganas (buen tipo con mejor gusto aún) ya hace correr la tinta electrónica para las críticas y las alabanzas. Y estamos a 16 días de que el evento se celebre si hacemos caso al calendario oficial.

Entonces… ¿Qué cambios hay? Pues parece que ninguno. Salvo el nombre, que la globalización ha decidido llamar El No E3. Ahora en vez de un evento en el mismo sitio y con muchas sesiones hay un evento en Santa Marta, otro en las Albarizas y otro en la Palmilla. Y todos se retransmiten del mismo modo. Y ahí está el público expectante dispuesto a teclear en la pantalla del dispositivo o en el teclado del PC toda la admiración o desprecio pertinente. No hay cambios en el horizonte de la Feria. Se está viviendo algo similar con otro nombre.

La conclusión del porqué se cancela el E3 2022

Y que conste que esto es un artículo de opinión y que la reliadad seguro que es totalmente distinta a los pensamientos. En cualquier industria siempre se espera la presentación de novedades. Y visto el tiempo de desarrollo de un videojuego, hacer un evento anual —con todo lo que conlleva y el coste económico que supone— puede no ser prudente. El público demanda novedades y grandes y espectaculares proyectos. Y una vez han sido presentados, la expectación por novedades crece. Véase como ejemplo Final Fantasy XVI o Hogwarts Legacy. Dado el tiempo de desarrollo, quizá en un año no puedan darse detalles suficientes para que merezca la pena. Y ojo, que creo que un año es mucho tiempo.

¿Es correcto hablar de cancelación cuando las compañías se montan sus eventos y el ambiente por las redes es similar? Quizá si nos ceñimos estrictamente a lo presencial sí que haya diferencias, pero si alargamos la mirada, podemos apreciar que el ambiente es el mismo. Así que no se me ocurre otra «excusa» para cancelar el E3 que el hecho de que no haya nada impactante que presentar, en la ignorancia absoluta de que cualquier idea buena hecha videojuego puede ser impactante

Históricamente las compañías han apostado por el E3 y aunque los tiempos hayan cambiado, no creo que la oportunidad poder hacer su evento a su manera que hay ahora tenga mucho que ver. Si antes las compañías querían ir al E3, supongo que ahora seguirán queriendo ir. Sony es cierto que se bajo del carro hace unos años, pero aunque grande, es solo una compañía frente al resto. Y si estoy equivocado y el E3 2022 no se ha celebrado simplemente porque las compañías prefieren un evento individual, a la fecha y hora que ellos digan, entonces, el E3 estaría llegando a su final.

Sin E3 pero sin diferencias

Nostálgico que es uno. Evocador de las noches a las tantas con tantos amigos tuiteando todo lo que acontecía en las coferencias de Square, Microsoft, Capcom, Bethesda, Rockstar… Leyendo pareceres en directo de usuarios que saben convivir y usuarios que no han salido de la cueva de los neandertales. Todo envuelto en un halo de expectación y fantasía por lo que habría de llegar en futuros cercanos y lejanos. Con el E3 de fondo contextual, con el E3 como excusa para dar forma a los sueños.

Junio de 2022. No hay E3 pero hay muchos eventos y todo es como siempre. En el grupo de Errekgamer hay conversaciones de cetrería sobre los títulos presentados, sobre los sistemas obsoletos y sobre sagas que deberían volver o desaparecer. A veces es peor que Twitter, que ya es decir. Mi jefa me va a echar por sacar los trapos sucios de una panda de aficionados, pero todo sea para que la buena gente que haya llegado hasta aquí se vaya con una sonrisa.

Ya estamos en el No E3 y no veo diferencia con respecto a otros junios. Dicen que la vida es un círculo y que algún día regresaremos a donde comenzó todo. A junio de 2023, donde veremos si el E3 resurge o si serán las compañías por separado la que den el condimento a los debates de webs, videos, podcasts en los que volveremos a escuchar de todo y para todos. Las cosas necesitan su tiempo, el E3 también. Todo en general. Y si preguntadle a Patrick Rothfuss qué ocurre con la tercera entrega de las Crónicas del asesino de Reyes.