Si de algo hay que darse cuenta es que en los últimos años el desarrollador independiente ha estado haciendo todo lo posible para impresionarnos con experiencias que fuesen memorables, únicas y arriesgándose a unas aventuras icónicas. Death’s Door sabe de lo que estoy hablando porque con este juego lo han conseguido con creces. Desarrollado por Acid Nerve y publicado por Devolver Digital, en este juego te adentras en un mundo de acción, aventura y rol con toques Metroidvania y muy al estilo soul para liberar todas las almas de los muertos y comenzar tu viaje al más allá, mientras rebotas de un lado a otro entre las tres zonas del juego y un área central.

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Un asesino plumoso en una aventura llena de vida y muerte

En Death’s Door te pones en la piel de un pájaro encargado de liberar diferentes almas para comenzar su viaje hacia un destino desconocido. En otras palabras, este “asesino” plumoso solo quiere hacer su trabajo, pero hacerlo bien y de verdad. Al final la muerte no deja de ser un negocio, una burocracia de la cual otros también necesitan que ocurra para poder trabajar y, si no sabes hacerlo bien, pues te quedas sin trabajo. Asimismo, si te lo propones es muy posible que lo consigas. En Death’s Door tienes la suerte de estar en un mundo de plataformas un poco enrevesado, pero muy bien unido, donde puedes conseguir tu objetivo de las almas eliminando enemigos, completando puzzles, activando ascensores y haciendo carrera para hacer un trabajo bien hecho.

Durante tu camino no estás solo y créeme que eso se agradece mucho. Puedes sentir tranquilidad cuando veas a personajes -seguramente alguno te suene de Dark Souls- que se acercan con amabilidad y humor para hacerte ver que solo quieren ser tus amigos y ayudarte en tus objetivos. Sin embargo, cada historia que te cuentan es oscura y trágica. Eso sí, cada NPC tiene su propia vida, intereses, pasiones y, sobre todo, una esencia única dentro de Death’s Door que te dejará una pequeña marca o incluso una sonrisa en el rostro.

Un mundo lleno de retos

Si bien acabas de empezar a jugar a Death’s Door, todos los retos que te pueden llegar a esperar te lo ponen para darte la bienvenida con el primer enfrentamiento de jefes y la exploración. No obstante, este juego ha sabido equilibrar bastante bien la diversión con la dificultad, aunque el diseño de niveles a veces se haga un poco tedioso. Es decir, la exploración es algo que está continuamente presente, pero a la vez también es igual en todas las partes hasta que desbloqueas cuatro potenciadores que se pueden usar fuera del combate para revelar nuevas áreas. Mazmorras, jardines, lugares desérticos, son algunas zonas que estarán presentes mientras investigas hacia dónde llegar y qué conseguir durante tu aventura.

Eso sí, la exploración de Death’s Door no es siempre algo positivo, y es que el juego carece de interfaz de usuario y también de mapas, por lo que a veces no sabes hacia dónde ir y terminas buscando un camino mientras retrocedes una y otra vez. Esto último sería esa parte Metroidvania de la que os comentaba al principio, pero es muy posible que sin querer estés yendo por la dirección equivocada. Asimismo, cuanto más explores más secretos descubrirás, potenciadores desbloquearás y NPC conocerás, por lo que siempre hay que ver el lado positivo de las cosas.

Enemigos y más enemigos

El diseño de niveles de Death’s Door está creado con el foco a los combates y las peleas de los jefes. Para llegar hasta uno de ellos, te elaboran y crean un camino específico para este, con un contexto y una historia que previamente has de conocer. Asimismo, todos ellos comparten una estructura muy similar: explora el área, consigues un nuevo poder y te enfrentas al jefe. Ese patrón es algo previsible, por lo que ya sabes lo que va a suceder sin que suceda. Algo que te ayuda a ser previsible y prepararte para lo que está por llegar. Sin embargo, la experiencia es única y al final los escenarios y la personalidad que desprende Death’s Door no deja cabida al aburrimiento o pesadez, sino a una diversión continua. Todo ello sumado a lo emocionante que pueden llegar a ser dichas batallas con el énfasis de evolución que desprende cada jefe y lo gratificante que es gracias a su sistema de combate.

Por otro lado, también están los enemigos normales, aunque estos son menos atractivos y brindan una experiencia similar a como si estuvieras luchando contra un saco de boxeo. Estos están repartidos por todos los niveles y no desprenden un gran desafío, sobre todo cuando ya te has enfrentado en más de una ocasión con ellos, pero no dejan de ser parte de la esencia del juego. Un detalle de Death’s Door que no me gustó del todo es que el juego a veces “ayuda” a que te saltes dichos enemigos y la gran mayoría de los combates no sean necesarios. Lo que me dio a pensar que un juego donde la lucha es tan buena para la experiencia me parece un desperdicio que los jugadores puedan evitar los combates.

También es importante destacar, que en Death’s Door, aunque no haya interfaz de usuario, nuestro asesino plumoso si es capaz de mejorar durante su aventura, ya que conseguirá nuevas habilidades: un arco y una flecha o un hechizo de bola de fuego, entre otros. Ambas te ayudan a que los combates sean mucho más satisfactorios, aunque estos los serán aún más cuando desbloquees lo puntos de control o puedas recuperar tu vida. Esto último es bastante original: consigues una semilla y la plantas en un macetero, la planta que florece será tu pócima de salud, aunque es limitada y tienes que saber muy bien cuando es el momento idóneo para utilizarla.

Belleza por todas partes

La estética isométrica de Death’s Door llama demasiado la atención, seguro que opináis lo mismo que yo. El entorno es único y cada nivel tiene un estilo diferente, pero a la vez muy ligado al anterior y a toda la aventura. La paleta de colores pastel ha sido una elección perfecta para atraer al jugador, sumado a las decenas de detalles que hay en cada rincón. Asimismo, su estilo visual va unido y de la mano a todos los elementos del juego, por lo que eso hace que recobre mucha más importancia.

No obstante, la belleza que tiene Death’s Door no es lo único que destaca, sino también la gran banda sonora que lo hace más especial todavía. Cada área tiene su propio sonido y cuenta con más de 50 pistas originales. Es una de las bandas sonoras más emotivas que te puedas encontrar con melodías suaves, somnolientas y melancólicas que te ayudan a pasar por zonas caóticas y estresantes, que te ayudan a enfrentarte a los retos de otra manera.

Conclusión

En conclusión, es complicado no quedarte entusiasmado por Death’s Door. Hay muy pocos juegos que hayan sabido desarrollar todos sus elementos por igual y este juego lo consigue: los combates, la exploración y su estética van unidos como si de un engranaje se tratara, haciendo una fusión prácticamente perfecta y dando lugar a un juego increíble. Durante 10 horas, podrás sentir que cada detalle de este juego es suficiente para garantizar su éxito y es prácticamente imposible de ignorar.

Sus guiños a otros juegos como Dark Souls y los toques de humor, harán que ciertas partes desafiantes sean muy cómodas. Puede que algunos elementos no estén del todo refinados como la ayuda a que te saltes combates o la falta de mapa e interfaz, lo que hace que te pierdas en alguna ocasión, pero eso no impedirá que pienses que Death’s Door es una aventura que no puedes perderte y mucho menos no disfrutar con su banda sonora.

Hemos realizado este análisis en PC con un código proporcionado por Devolver Digital.

Análisis: Death's Door
Un sistema de combate gratificanteBuen diseño de nivelesCarga narrativaGuiños a otros juegosEstética y banda sonora increíble
Falta mapa e interfaz de usuarioAnima a saltarte combates
9Nota Final
Historia9
Jugabilidad9.1
Gráficos9