Hacía meses que mi admiración y persecución por este videojuego había comenzado. Recuerdo ver que el lanzamiento sería para junio y posteriormente para “Summer 2020” sin una fecha específica, algo que te dejaba claro que sería larga la espera hasta su lanzamiento en septiembre. Chamaleon Games nos ha querido presentar Tamarin, un videojuego de aventura, acción y plataforma en 3D con un lindo y adorable mono como protagonista que vivirá una experiencia bastante desagradable, algo que a nosotros también nos ocurrirá, pero con el videojuego. Estoy en condiciones de decir que Omar Sawi, director y productor del videojuego, ha introducido un gran elenco de extrabajadores de la conocida desarrolladora Rare, Ltd. Pero no lo han hecho del todo bien y el resultado se ha quedado a las puertas de ser un verdadero videojuego divertido y conmovedor. Además, no se te olvide jugar con un mando porque para teclado y ratón es totalmente imposible.



Con una historia algo escasa y sin mucho detalle, nos adentramos en un reino donde conoceremos a Tamarin, una especie de criatura muy parecida a un mono y que solo con verle seguro que querrás achucharlo, salvo cuando tenga una pistola. No obstante, su vida ha dado un vuelco de 180 grados cuando toda su familia se ha visto atacada y secuestrada por unos insectos invasores armados que van destruyendo todo lo que está a su paso. Los amigos sobreviven escondiéndose aterrorizados, y es que estos insectos irán construyendo en poco tiempo unas fábricas para expandirse y así poder dominar todo el reino y proteger sus colonias a toda costa. Ahora es nuestro turno, emprender una aventura para luchar cara a cara contra estos insectos, rescatar a nuestra familia y sobre todo, llevar la paz a nuestro hogar.



Algo que tiene bueno Tamarin es que se parece a Metroid con sus niveles. Nuestro mundo está completamente interconectado, dándonos la posibilidad de movernos “libremente” y pudiendo ir de atrás a delante como nos guste, sin tener ese “miedo” por perder algún coleccionable. A lo largo de estos niveles nos encontraremos con un erizo, ¿Quién es? No lo sabemos, sólo aparecerá cuando tengamos que canjear algún elemento coleccionable y así desbloquear nuevas habilidades como un trampolín, una flor de invencibilidad e interruptores que nos permiten llegar a nuevos lugares, además de las armas. Sí, no temas, nuestro adorable mono podrá ir armado hasta de un lanzacohetes, ya no es tan adorable ¿verdad? Es aquí cuando comienza mi dilema, ¿Qué era lo que realmente querían transmitir haciéndonos llevar una pistola y no usar mejor otras mecánicas más acordes con el personaje?



Otra parte buena del videojuego es que no siempre iremos armados, por lo que nos muestra dos tipos de jugabilidad. Cuando vamos sin pistola, podemos saltar, lanzarnos, trepar, rodar, es decir, nos muestran una agilidad verdaderamente divertida y que es sin duda la de un mono. Los enemigos se resumirán a insectos de nuestro tamaño, algo que nos dará la posibilidad de matarlos rodando o haciendo un placaje encima de ellos, esto desde mi punto de vista si es la esencia de nuestro personaje. En cambio, con pistola somos completamente diferentes, todas estas funciones las perderemos, ya no seremos tan ágiles y no tendremos la opción de desequipar nuestra arma para poder serlo.



La jugabilidad con una pistola en Tamarin es prácticamente imposible, los combates son imprecisos y los enemigos no serán para nada inteligentes, correrán para dispararte, pero no te dispararán, luego se vuelven a mover, se esconden y te disparan, pero ya te ha dado tiempo a moverte diez veces. No se fijará automáticamente, aunque si tenemos la opción de fijar a nuestros enemigos que estén colocados en alguna parte superior, algo que a veces si puede llegar a ser de ayuda, pero suerte para apuntar, fijar y disparar sin que tú recibas una bala. Si pensabas que al final de cada nivel habría una batalla con un jefe final estás más que equivocado porque los niveles acabarán al azar sin un contexto, y como mucho podrá aparecer una especie de cucaracha gigante que se queda quieta y apenas te dispara, algo que no llegué a comprender.



Quedándonos con la versión de nuestro Tamarin no armado, nos aventuraremos en unos niveles un poco sosos y en dónde no habrá mapas. Será muy fácil perdernos y acabar deambulando sin un rumbo fijo, ya que todos tienden a verse muy parecidos y no tendremos un punto de referencia. Eso sí, estarán repletos de enemigos y objetos coleccionables que nos ayudarán a mejorar y ser un mono mucho más fuerte, de esta manera acabaremos con todos los insectos antes y encontraremos a nuestra familia. En primer lugar las libélulas, es un reto conseguirlas, pero totalmente necesarias si lo que queremos es desbloquear puertas y caminos para así continuar con la historia. En segundo lugar, los pájaros. Los pájaros son significado de tranquilidad, calma y paz y claro, eso ya no existe, nuestra misión también será rescatarlos y devolverlos a su casa de madera. Suerte con ello, porque los enemigos en cuanto nos vean comenzarán a atacarlos y los matarán o nosotros con un descuido, créeme que te dolerá ver como no eres capaz de salvarlos.



Más elementos que nos podemos encontrar serán las esferas que nos ayudarán a aumentar nuestra salud máxima, las grosellas que nos pedirá nuestro amigo el erizo, también habrá piñas, munición, esferas para recuperar algo de vida, y más enemigos. Habrá una especie de luz brillante conocida como “los recuerdos” que nos proporcionará una narración antes de comenzar el juego, contándonos un poco más sobre la historia de Tamarin y su aventura. Y por último, los puntos de control, que en teoría nos tendrían que ayudar en la partida, pero en este caso es todo lo contrario. A menudo están algo alejados unos de otros, y en el caso de que muramos, es posible que tengamos que volver a jugar una buena cantidad de tiempo.



El apartado gráfico es bastante inquietante, y es que se puede apreciar su cometido y preocupación por hacer un lindo mono, pero no por hacer niveles más desarrollados o una cámara y unos gráficos más estables. Jugado con una Nvidia GTX 970, en ocasiones iba a tropicones, no llegaba a estar del todo fluido y nuestro alrededor se veía tan mal que a veces nuestro personaje parecía una bola de pelusa. Al disparar a nuestros enemigos se convertirán en una mancha verde, siendo completamente un croma, pero no entendí si es que realmente estaba hecho así el videojuego o si era un fallo. Hay lugares que si dan sensación de estar cuidados visualmente, lagos, árboles, hierbas, es cierto que lo llenaron de detalles y que al final se hace agradable pasear por algunos de ellos, aunque estemos perdidos, y sus animaciones son todavía más adorables que el personaje.



Con respecto a la música, esta está realizada por David Wise, compositor de banda sonoras para videojuegos como Donkey Kong Country series o Snake Pass, y sin duda le ha dado su toque a este videojuego. Tiene una banda sonora compuesta por un total de 17 canciones que de todas ellas, una o dos son realmente las que destacan, porque otras no parecen encajar en la situación y hace que la experiencia se haga algo extraña.

En conclusión, Tamarin no se convirtió en ese juego que tanto esperaba y ansiaba por jugar. No pude creerme los controles tan inestables e imprecisos que tiene, los grandes fallos de jugabilidad que hacen que tengas una experiencia casi imposible de disfrutar y sobre todo, que ese mono tan bonito que pintaban en un principio se convierta en un asesino con pistola en mano, haciendo que no encaje para nada en este mundo. La idea la tienen, pero la han plasmado de una manera que no es del todo la buena. Los combates son insufribles y es que matar a un enemigo se convierte en un reto en el que terminarás en ocasiones muriendo sin saber el porqué. No quiero pensar que esto quedará así y estoy segura que en un tiempo arreglarán todo para llegar a convertirse en un gran videojuego de plataforma en 3D con un personaje de lo más atractivo. Me ha decepcionado tanto que de momento no puedo recomendarlo y mucho menos por su precio tan elevado, 40€ es demasiado excesivo.



VALORACIÓN FINAL

Un atractivo mono que nos llevará de aventura por un sinfín de fallos, cámaras inestables, combates imprecisos y un desarrollo que quedó en las puertas de convertirlo en un gran videojuego.

4.5