Empyreal es el juego con el que debutan desde Silent Games. Este estudio nos presenta un título con el que demuestran saber mezclar bastante bien los elementos mas interesantes de un género y otro para proporcionarnos una experiencia de lo más divertida.

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¿Qué es Empyreal?
Empyreal es un ARPG con tintes soulslike, pero un ritmo y número de enemigos más cercano al Hack and Slash que se confirma con las habilidades especiales del jugador. Todo esto encerrado en un marco que nos recuerda a un roguelike, aunque solo en lo que al loop jugable y la progresión por los mapas se refiere.
Para ello crearemos un personaje cuya personalización es bastante amplia. Para empezar, a nivel estético tenemos una personalización bastante aceptable para ser el primer juego de un estudio. Sin embargo, cuando llegamos al maquillaje nos da tantas opciones que es imposible no ir al monolito pintado como si fueras a la boda de tu mejor amigo.

En lo jugable, nos dejará elegir unas clases que, si bien son las de toda la vida, tiene unos nombres y descripciones que las hacen redundar y confundirse. Sin embargo, como en cualquier soulslike, esta elección de clases solo se aplica a los primeros compases del videojuego, pues no mucho después podremos acceder al resto de armas y armaduras. Además, al no haber subida de nivel, lo hace menos importante aún. Por mi parte escogí la guja, una especie de lanza con hoja larga.
El apartado artístico de Empyreal es puro soulslike
El apartado artístico de Empyreal es sorprendentemente bueno. Unos gráficos que hacen justicia a la dirección artística de fantasía y ciencia ficción que podemos ver durante todo el juego. Las distintas zonas del Zigurat por las que el jugador podrá moverse están muy diferenciadas (el jugador empieza moviéndose solo por cuatro grandes zonas, algo parecido a Hades) artísticamente, pero también a nivel de level design.

La primera zona es una especie de templo donde predominan los rojos y dorados cuyo diseño de niveles se sujeta sobre su arquitectura: habitaciones, escaleras y ciertas paredes destruidas cuya explosión quedó detenida en el tiempo, dejando los ladrillos pausados en el aire.
Sin embargo, la segunda zona es una ciudad desértica donde predominan el ocre, el blanco y el azul, dejando ver el caos de una ciudad semiderruida. Tendremos que correr sobre muros caídos y tejados hasta llegar al elemento visual más importante de esta zona (es interesante que, ante lo caótico de este mapa, usen referencias visuales al más puro estilo The Last of Us).
El resto de zonas irán mezclando lugares más cerrados y, a veces, laberínticos, con otros más abiertos en los que se nos guiará mediante la luz y los elementos visuales.
El único pero que tiene Empyreal a nivel artístico es que la cinemática inicial empieza con un estilo cartoon que, aunque es bonito, no encaja con la estética del resto del videojuego.

El apartado sonoro es impresionante. El sonido del acero chocando entre sí cuando haces un parry es una de las cosas más bonitas que he escuchado esta semana. Los cofres suenan un poquito, como en Fortnite, por lo que facilita mucho la búsqueda.
La música brilla por su ausencia, acompañándonos en todo momento el sonido ambiente que termina por convertirse en una especie de melodía alienígena y misteriosa que sugiere e invita a continuar.
Además hay que decir que tiene un doblaje estupendo. Es resaltable el momento en el que el jugador está encerrado en una especie de celda y la voz del captor suena a través del cristal como si la superficie de la puerta impidiera entrar un poco de la voz.
Un cóctel de soulslike + hack and slash + roguelite
El loop jugable de Empyreal es simple: el jugador encuentra o te dan un cartograma (un dispositivo con el que ir a una zona del Zigurat concreta) y entras al monolito. Allí luchará contra varios enemigos hasta llegar a la zona del boss. Una partida suele durar entre quince y treinta y cinco minutos. Durante la partida encontrará ciertos objetos que vender, algunos consumibles, otros cartogramas y equipo.

Muera o salga victorioso del Zigurat, todos los objetos encontrados dentro se los llevará el jugador. Salvo uno, que podrás donar al éter. Según tengo entendido, ese objeto va a la partida de otro jugador, y a veces aparecerá un objeto de esa brecha.
Los combates de Empyreal son bastante frenéticos. Que la esquiva y el bloqueo estén en el mismo botón es una decisión que me gusta y disgusta a partes iguales. Aporta mayor frenetismo pero también implica una menor posibilidad de tomar la decisión de esquivar o bloquear. Sin embargo, el factor soulslike deja de estar presente con un sistema de habilidades bastante amplio y un frenetismo que acerca al jugador mucho más al hack and slash. Esta hibridación, sin embargo, no es un problema. Les ha quedado un sistema de combate bastante equilibrado.

Además, en Empyreal se pueden modificar las armas, que tendrán estadísticas principales, secundarias y terciarias. Hay gran variedad de objetos que aportan diversas estadísticas al respecto. Algunas de ellas harán pensar al jugador y elegir entre qué prefieren. A veces estas modificaciones pueden eliminar una estadística en detrimento de otra, pero en todo momento el jugador será avisado de ello.
La trama de Empyreal
La trama de Empyreal nos cuenta cómo un joven Morys hereda la misión de su abuelo de descubrir qué hay en el monolito, el Zigurat. Sin embargo, este crece y envejece sin ver avances. El escuadrón de reconocimiento que fue a explorarlo va decreciendo y muriendo poco a poco hasta que el campamento base es un reducto de lo que alguna vez fue. El protagonista llega allí como única fuerza enviada por la orden para desentrañar los secretos del monolito.

Allí conocerá a distintas personas. Estos personajes están bastante bien escritos. Hay una persona totalmente traumatizada por lo que ha visto dentro del Zigurat, o una especie de teniente que odia al jugador porque no puede permitirse volver a encariñarse una vez más con alguien que sabe que va a morir. El propio Morys está en su despacho, borracho y sediento de poder y éxito, de reírse en la cara de todos aquellos que se han reído de él una y otra vez.
En definitiva, Empyreal es un juego que hace bastante bien todo lo que hace. Consigue hacer disfrutar al jugador con su combate y consigue hacer que empatice con los personajes. Es cierto que la duración se alarga un poco tras la primera visita a las cuatro zonas, convirtiendo el juego en una especie de MMORPG extraño. Sin embargo, no quita que la experiencia jugable sea bastante positiva y recomendable.
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Este análisis se ha realizado con una clave para PC proporcionada por HonestPR