En esta ocasión toca analizar Akimbot, un juego de plataformas y acción que de primeras es posible que te recuerde a otra saga de juegos del mismo género: Ratchet and Clank. Y lo cierto es que claramente vemos que en parte bebe de allí, pero os lo aviso ya: es un error pensar que estamos ante una marca blanca de la saga anteriormente mencionada. Akimbot es, como me ha demostrado a lo largo de toda su campaña, un título hecho a conciencia, con sus propios guiños y repleto de momentos simpáticos.
La premisa es sencilla, y la jugabilidad al inicio también: Exe (el personaje que controlaremos la mayor parte del tiempo) como personaje capaz, valiente y lanzado y Shipset, el compañero bocazas que nos sacará de quicio constantemente pero al que cogeremos cariño. Este dúo pasará por mucho, pero que mucho en su viaje que empezará escapando de una nave de la mafia y culminará salvando la galaxia, la realidad y el espacio-tiempo.
Vamos, una aventura normal que podemos experimentar cada día. Y lo haremos entre tiros, golpes y mucho pero que mucho salto. Akimbot llega cargado de acción y no nos dará tregua prácticamente en ningún momento.
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Akimbot: Saltos, disparos y mucho más
De primeras el juego nos deja una jugabilidad sencilla de entender y de controlar: podemos saltar (normal y doble salto), atacar cuerpo a cuerpo, esquivar (en el suelo y en el aire) y por último disparar un rifle que recogeremos de uno de los enemigos al inicio. Así comienza Akimbot, y durante la primera hora no veremos mucho más del juego como tal, pareciera que no tiene mucho más que ofrecer…
Pero es todo un engaño. El juego tiene mucho más, cada planeta al que vamos posee algún elemento jugable nuevo, ya sea conducir un vehículo, pilotar una nave, disparar un sistema de torretas para defender un punto, realizar un combate al más puro estilo Street Fighter (gráficos incluidos con barras de vida) y mucho más. El juego tiene muchos sistemas de juego que iremos descubriendo según avanzamos, y no os quiero reventar todos ellos.
A lo anterior debemos sumar la dificultad creciente, claro está. Los enemigos iniciales (los pobres robots de la mafia) atacan lento con su disparo a distancia o intentan atacar cuerpo a cuerpo. Esto cambiará tan pronto comience la invasión y veamos al ejercito de Malware (nuestro villano principal), que atacan mucho más rápido, se teleportan y aguantan mucho más. Para lograr superar a los nuevos enemigos que se nos presentan, iremos obteniendo varias armas normales a la que podremos sumar la compra de 4 armas especiales.
Cada una de estas armas especiales son tremendamente poderosas pero requieren de una batería que obtendremos matando enemigos. En cambio, nuestras armas principales son infinitas pero se sobrecargan, por suerte no comparten dicha sobrecarga entre ellas, pudiendo alternar entre el fusil de francotirador y el lanza-misiles, por ejemplo.
Una historia alocada y humor absurdo
Uno de sus puntos fuertes es el hecho de que todo el juego tiene ese toque de humor absurdo e inesperadamente contrario al sentido común que si te pilla bien es posible que te saque alguna que otra pequeña risa. Un juego desenfadado cuyos protagonistas nos recordaran (o al menos a mi me recuerdan) a Shrek y Asno. Exe, un mercenario solitario que no aguanta a nadie y que solo cree que debe hacer lo suyo y Shipset, un robot contable que solo quiere dinero y no se calla ni debajo de agua.
Akimbot nos recordará cada dos por tres que estamos en un juego con comentarios del estilo: ¿Nos está mandando una misión secundaría? ¿Y sin darnos oro? Una perdida de tiempo. Si a lo anterior le sumamos la cantidad de guiños que podemos ver de películas famosas como Jurassic Park (cuando vemos unos dinosaurios robóticos con plataformas, la frase dicha es: la vida se abre paso supongo).
Podremos recoger una serie de notas que dan un poco más de información sobre el mundo o algunos personajes de trasfondo (que no es realmente muy importante) a modo de coleccionable y que estarán normalmente un poco escondidas (pero no mucho). Pero lo cierto es que es suficiente con la gran aventura en la que nos vemos involucrados sin comerlo ni beberlo: viajes en el tiempo, una invasión a gran escala, robotzilla con rayos láseres en los ojos y muchas otras cosillas por descubrir.
Con puntos fuertes y puntos débiles
No todo es un camino de rosas, podemos ver que el título no deja de ser un juego indie y no un desarrollo triple A, por lo que en ciertas cosillas podremos ver las costuras. Por ejemplo, y al menos a gusto personal, la interfaz de cada minijuego de hackeo me parece demasiado básica y se siente más como un placeholder elaborado que como un diseño final.
Por otro lado, algunos movimientos y agarres en ciertos bordes de las superficies no funcionan correctamente o se sienten algo más toscas de lo habitual, al igual que las paredes por las que corremos en el aire siempre nos redirigen al centro de las mismas, en vez de hacer la carrera a la altura en la que nos hemos pegado a ella. No se siente exageradamente molesto pero tendremos que acostumbrarnos.
En cambio, me encanta la forma en la que Akimbot y sus desarrolladores han contado con el humor y no tomar en serio los hechos que ocurren en ningún momento, haciendo menciones a cosas absurdas e ilógicas, o diciendo que si nos están mandando a realizar misiones secundarias de recaderos en vez de continuar la historia principal.
Conclusiones
En resumidas cuentas, Akimbot es divertido y entretenido sin ser muy largo, siendo una de esas elecciones perfectas para terminarlo en un par de sesiones de juego, especialmente si no tenemos demasiado tiempo para jugar ya que realmente no requiere de una gran continuidad sobre su historia o una jugabilidad densa que debamos recordar. Estoy deseando ver que más pueden realizar sus desarrolladores en el futuro, ya sea una segunda entrega o algún otro título ya que claramente saben lo que hacen.
Hemos realizado este análisis en PC con una clave proporcionada por Plaion