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EN EL ESPACIO… SI QUE SE PUEDEN OÍR TUS GRITOS
Una verdadera joya es lo que se esconde tras este Quasimorph, un roguelike de ciencia ficción y acción, opera prima del pequeño estudio indie Magnum Scriptum, que además de ser toda una agradable sorpresa nos hará maldecir y gritar de pura desesperación desde los rincones más profundos del espacio.
Como buen roguelike que se precie, no es un juego apto para cardíacos y mucho menos para lo que sufran de intolerancia a la frustración. En este juego la muerte se cotiza a la baja y en cualquier momento podemos acabar criando malvas. De hecho, es la pura esencia en la que se basa esta aventura espacial, una suerte de prueba y error en la que hay que explorar mucho para ir mejorando poco a poco… mientras que cualquier enemigo, enfermedad o trampa será capaz de aniquilarnos de mil formas diferentes.
Y lo harán, oh si, claro que lo harán.
En Quasimorph no hay lugar para los llorones y cobardes, marine. Y si no lo aprendes rápido ya lo harán algunos de tus muchos clones.
La galaxia no nos pertenece
En efecto, el espacio no es nuestro porque les pertenece a las ricas corporaciones que se han extendido por todo el sistema solar y que siempre están conspirando y batallando las unas con las otras. Por eso es nuestro deber, como marine sin escrúpulos y mercenario de la PMC, será repartir un poco de caos y violencia por el sistema para que la balanza entre las corporaciones no se desequilibre demasiado… y podamos seguir ganando pingues beneficios con ello, claro.
El problema es que parece ser que unos alienígenas se han invitado solos a la fiesta y no se sabe muy bien cómo puede acabar la cosa…
Y claro, luego está ese detallito de nada, esa extraña enfermedad que da nombre al juego y que ha aparecido recientemente en Venus. Al parecer alguna de las corporaciones ha jugado otra vez a ser dios y gracias a sus ilegales experimentos ha desencadenado un nuevo apocalipsis sobre toda la humanidad. Una enfermedad que muta a los contaminados y los convierte en terribles demonios venidos de otra dimensión, con muy mala leche y adoradores de vete tu a saber quién.
Así que ya ves, marine. No hay tiempo para lamentaciones ni arrepentimientos. O matas, y matas rápido, o aquí te matan más rápido aún.
Sangre, sudor, lágrimas…y Quasimorph
Estamos ante un juego duro e implacable, con una curva de dificultad bastante elevada al principio… pero al mismo tiempo muy desafiante, divertido y viciante.
En Quasimorph podremos viajar con total libertad por el sistema solar, al principio entre algunos planetas y más tarde en el resto, y elegir que misiones hacer y cuales dejar para más tarde. Las corporaciones nunca se mantienen mucho tiempo quietas y siempre tendremos misiones a las que acudir. Misiones que pueden ser de varios tipos, pero en las que siempre va a prevalecer, hasta por encima del objetivo de las mismas, la exploración por encima de todas las cosas.
En un juego por turnos donde todo está pensando y diseñado para que mueras mucho y cada vez que lo hagas pierdas TODO lo que en ese momento llevas encima, es muy importante explorar bien todos los niveles de las misiones para saquear equipo, y, sobre todo, encontrar los valiosos chips que te permitan desarrollar dicho equipo por tu cuenta. Si mueres en la misión lo perderás todo, incluido el progreso del personaje, salvo el equipo y mejoras que ya se encuentren a salvo en tu nave, por lo que lograr escapar con vida, aunque no completemos la misión en cuestión, es de vital importancia y el eje central sobre el que gira el juego.
Al morir un nuevo clon nos reemplazará y vuelta a empezar. Hay varios personajes entre los que elegir, cada uno con sus propias características, y al igual que lo que ocurre con los chips de mejoras podremos ir encontrado más chips con la información genética de nuevos personajes en las misiones.
Aunque las misiones se regeneran constantemente, el mapeado de estas y los objetos y equipo a encontrar siempre se harán de forma aleatoria. La idea está bien clara, ir mejorando entre muerte y muerte, en parte por las mejoras de equipo que vayamos encontrando y salvando en la nave y en parte para que inevitablemente vayamos aprendiendo las mecánicas del juego.
Unas mecánicas que sin duda aprenderemos por el camino más duro, es decir, tras morir y morir. Además de las múltiples formas en las que te puede matar un enemigo, el juego tiene un sistema de heridas y enfermedades que, si no se controla bien y además vamos bien equipados para ello, acabarán con nosotros de manera implacable. Una herida mal curada o infectada puede acabar con nosotros en pocos turnos, así que si no llevamos lo necesario estaremos totalmente vendidos antes de empezar siquiera la misión.
Y lo cierto es que con el tiempo y a pesar de las numerosas muertes iremos mejorando notablemente y será entonces cuando iremos avanzando en la trama del juego. Encontrar nuevo equipo que usar y desarrollar resulta ser tremendamente adictivo y el eje central de este juego.
Saber cuándo seguir con la exploración o en cambio escapar con lo que ya tenemos en nuestro poder se convierte en toda una experiencia.
Importante destacar que en el momento en el que se hace esté análisis Quasimporh se encuentra en Early Access, por lo que es de esperar que los desarrolladores aún sigan un tiempo mejorando diversos aspectos del juego, tales como el balanceo de la dificultad, las características de las armas, armaduras, objetos, etc…
En el apartado técnico del juego, gráficos y sonido en concreto, es donde más se notan las evidentes limitaciones del título, al fin y al cabo, está siendo desarrollado por tan solo dos personas. Sin embargo, no debería ser ningún problema para el jugador tipo del género, acostumbrados ya a que estos juegos no tengan un gran despliegue artístico. Los gráficos no son ninguna maravilla, pero cumplen su función, sin más. En cuanto a la banda sonora decir que, aunque es bastante corta, con apenas seis temas, estos están muy bien, con un fondo metalero y cañero que le sienta muy bien a la aventura.
Conclusiones de un mercenario que sabe que va a morir
En definitiva, estamos ante un roguelike que puede ser bastante difícil e «injusto», sobre todo al principio, pero también muy divertido y adictivo. El típico juego de «solo avanzo un poquito más a ver si encuentro algo bueno»… y te acaban matando al doblar la esquina, y de ahí a «solo una misión más y lo dejo por hoy» solo va un suspiro.
Un verdadero enganche de juego, pese a sus limitaciones, con una curva de aprendizaje algo elevada pero más que capaz de dejar al jugador satisfecho a medio y largo plazo… si no se desespera antes por el camino.
Espabila marine, coge tu equipo y no tengas miedo a morir, detrás de ti somos legión, te vengaremos.
Juego MUY RECOMENDABLE para los amantes del género roguelike, para los adictos al saqueo indiscriminado y para los novios de la muerte.
ABSTENERSE los jugadores que no saben disfrutar si no tienen todo controlado, los que tengan una clara tendencia a frustrarse y sobre todo los llorones que solo saben quejarse si un juego es difícil y exigente.
Hemos realizado este análisis en PC con una copia proporcionada por Magnum Scriptum