Creo que es una lástima que el lanzamiento de The Many Pieces of Mr. Coo se haya visto lastrado por las polémicas sobre sus numerosos bugs. Para quién no lo sepa; parece ser que el juego salió con problemas importantes, sobretodo en el último tercio, que lo hacían un suplicio de jugar, con gente hasta teniendo que empezar de nuevo la partida.
En cualquier caso, gracias a que no he podido jugarlo hasta varios días después de la salida y recibir la clave (estuve bastante ocupado con cierto evento) mi partida ha sido bastante agradable. Apenas un par o tres de momentos donde la cámara seguía enfocando una habitación después de salir el personaje pero de fácil solución. También algún trofeo de Steam que no ha saltado con la última actualización (1.00.04).
Quiero remarcar que, más allá de la polémica, cuatro actualizaciones en apenas una semana es indicativo de que se está volcando esfuerzo en subsanar los problemas. Así que el resto de la crítica no se centrará en estos bugs que ya no considero graves, hablaremos de lo que este bellísimo juego ofrece a día de hoy.
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Las muchas bondades de Mr. Coo
The Many Pieces of Mr. Coo es una aventura gráfica surrealista ¿Cómo se traduce esto? Puede que la definición de aventura gráfica sea un poco polémica pero creo que reúne los elementos necesarios; resolución de puzzles a través de la exploración del entorno y/o uso de objetos, integrados e interdependientes de la narrativa. No hay diálogos y podemos decir que apenas trama pero eso no quita que exista una narrativa.
La importancia de la palabra surrealista aquí es importante, en tanto que apela a lo onírico y al subconsciente, algo que el género suele usar poco y, cuando lo hace, muchas veces fracasa. Es complicado encontrar un equilibrio entre puzzles con sentido lógico y otros con un proceso mental más obtuso. Famosas son las críticas al género (muchas con fundamento, otras muchas no tanto) por usar una lógica demasiado absurda llevando a la frustración a mucha gente.
Tenemos ejemplos donde se puede retorcer ese sentido gracias a un buen planteamiento de la lógica interna y las reglas del universo presentado. Ejemplos como Day of the Tentacle creo que son muy ilustrativos de un buen hacer en este sentido. Pero The Many Pieces of Mr. Coo va más allá y se adentra por completo en ese arriesgado surrealismo con unas reglas propias y, en ocasiones, cambiantes.
Podemos hablar de juegos que han hecho cosas muy parecidas; The Neverhood es un clásico de culto que funciona de forma muy parecida, Machinarium y otros juegos de Amanita Design también prescinden del diálogo o aligeran mucho el puzzle basado en inventario mientras muestran unas lógicas internas muy particulares. La saga Gobliiins también podría entrar en esta categoría.
La mayor ventaja de The Many Pieces of Mr. Coo con respecto a estos compañeros de subgénero es que apenas tiene que recurrir al puzzle no diegético (aka exógeno) y/o resulta menos críptico en términos generales. Aunque en ocasiones tendremos que recurrir al ensayo y error o no sabremos muy bien porque hemos solucionado el puzzle, la mayoría se pueden solucionar si nos empapamos de su lógica onírica y cercana al cartoon clásico.
Animo de veras al jugador a intentar solucionar por si mismo las diferentes situaciones antes de recurrir al útil libro de pistas incluido, la mayoría resultan gratificantes y divertidas de solucionar. En general creo que e equilibrio y la dificultad están bien compensadas en The Many Pieces of Mr. Coo, premiando la imaginación y el pensamiento lateral.
La perfección no existe
Por otro lado hay decisiones de diseño que nos pueden jugar malas pasadas; en varias ocasiones debemos ejecutar una acción en un momento exacto y la ventana de oportunidad es demasiado corta, posibilitando que el jugador interprete que no era esa la acción adecuada para solucionar el puzzle. En cierto momento del juego también encontraremos escenarios basados en el montaje fotográfico y, aunque resulta estéticamente muy atractivo, cierto exceso de detalles nos dificultará saber con qué y como podemos interactuar.
Otra molestia que nos podemos encontrar en The Many Pieces of Mr. Coo es cuando, en ciertas cadenas de puzzles bastante largas, un error nos llevará a tener que comenzar todo el proceso de nuevo. Pocas veces sucede esto pero, cuando lo hace, resulta especialmente molesto y se resiente el ritmo del juego.
Síndrome de Stendhal
Esto me lleva a hablar de los aspectos artísticos y es aquí cuando The Many Pieces of Mr. Coo brilla como pocos. Lo que ha hecho nacho Rodríguez en todo lo que respecta a la animación es sublime. Una estética y un cariño por cada fotograma que nos recuerda a la época dorada de la animación, con influencias que pasan desde los grandes de la Warner como Tex Avery o Chuck Jones hasta maestros más “undergound” como Bill Plympton.
No solo de la animación clásica se beneficia The Many Pieces of Mr. Coo, hay momentos de rotoscopia, montaje fotográfico y otras técnicas que ayudan a dar empaque a un juego tan bello y original. La banda sonora de Julie Reier es otro acierto absoluto, totalmente en sintonía con lo que vemos en pantalla.
En conclusión
Son todos esos pequeños detalles que elevan esta obra muy por encima de los estándares habituales. Una obra de arte única, de corta duración pero una intensidad pocas veces vista y que resulta una delicia para los sentidos hasta en sus momentos más bajos. Imperfecta pero audaz. No trata temas profundos ni lo pretende. El surrealismo nunca fue de eso sino de una conexión menos racional y más, como ya hemos dicho, subconsciente.
Sí, ha tenido problemas de salida pero ¿Acaso no salieron algunos de los videojuegos considerados hoy de culto y obras maestras con muchos problemas de optimización? No sé si The Many Pieces of Mr. Coo es un juego para todo el mundo pero sí creo que todo el mundo que ame el medio debería, por lo menos, darle una oportunidad.
The Many Pieces of Mr. Coo está disponible en Steam, Switch, PS4/5 y XBOX.
Hemos realizado este análisis en PC con una clave proporcionada por Meridiem Games.