Análisis: Volley Pals

Análisis: Volley Pals

Volley Pals llega para darle rienda suelta a una de las variantes menos explorada dentro del ámbito de los juegos deportivos: crear un juego de voleibol (volleyball) arcade, de esos ideales para matar el rato mientras se practica uno de los deportes más populares del mundo. La apuesta de Naisu Games llegó a Nintendo Switch, Xbox y PC el pasado 6 de abril y en ErreKGamer pudimos probar el mismo. ¿Es tan divertido como aparenta? ¿Cuánta rejugabilidad ofrece?

El primer spoiler que puedo darles de esta reveiw es que este título me remontó inmediatamente a Slime Athlete, tanto por su jugabilidad como por las físicas del balón y los personajes. Si alguno no jugó nunca Slime Athlete, puedo decirles que hay versiones algo más modernas dando vueltas por la web (y quizás puedan encontrar la clásica). Probar este juego les dará un pantallazo fugaz de qué esperar en Volley Pals.

Voleibol arcade en su máxima expresión

Volley Pals

Lo primero que hay que saber de Volley Pals es que es un juego 100% arcade para pasar el rato y, sobretodo, para jugar con amigos. No tiene historia, ni carrera, ni liga, ni nada de eso; solo partidas azarosas para jugar. El progreso en este juego está definido por la posibilidad de desbloquear todos los niveles del mismo y no más que eso. Al empezar, solo podemos jugar un partido de volley en la playa. Ya hablaré más delante de cada escenario. Una vez que juguemos en el mismo, desbloquearemos el siguiente. Y así sucesivamente, hasta tener los diez niveles disponibles para jugar cada vez que queramos.

Ahora bien, vamos con el componente arcade, que es lo más disfrutable del título. Volley Pals no tiene mucha ciencia: se trata de un partido de volley, pero en vez de contar sets y todo eso, contabilizaremos puntos. Cada punto, como es de suponer, se suma al hacer que el balón toque el piso en el lado rival, o también producto de una posible penalización al tocar la pelota más veces de la permitida. Nosotros definiremos las reglas a nuestro antojo, asi que antes de jugar pautaremos si queremos que el balón se pueda tocar una, dos, tres, cuatro o cinco veces: fijar como regla una única vez lo hace súper complicado; dos es adrenalina y dinamismo puro; tres es una pequeña cuota de realismo y entretenimiento práctico; cuatro y cinco ya es más de lo necesario. También podremos establecer, no menos importante, el tiempo que durará el partido y la cantidad de anotaciones necesarias para ganar el partido.

Volley Pals

A la hora de jugar el partido, tendremos para elegir entre cuatro personajes, y además contaremos con una variación de cuatro colores para diferenciar entre sí en el caso de que se juegue de a cuatro y todos repitan al mismo protagonista (sí, se puede jugar de a cuatro con amigos, o con bots). Los personajes elegibles son Chip, una especie de mono-frankestein); Arlo, un joven skater; Ooz, un monstruo gelatinoso (mi favorito, y también el que más me hace asimilarlo con el ya mencionado Slime Athlete); y Minnie, una adolescente estudiantil.

Ningún personaje tiene más o menos habilidad que el resto; ni siquiera una diferencia de volumen corporal que influya en las físicas a la hora de golpear el balón. La elección pasa, solamente, por un detalle meramente estético. Eso sí: los diseños están bonitos y los sonidos que hace Chip son graciositos.

Exprimiendo el multijugador como en los viejos tiempos

Volley Pals

No quiero ponerme en la mente de los creadores de Volley Pals, pero claramente no es un título pensado para jugar de a uno. De hecho, las grandes falencias del juego están ahí, en el modo single player: se vuelve muy rutinario y repetitivo, cansa rápido, y casi que no tiene rejugabilidad. Podría llegar a tenerla de disponer de una dificultad más elevada, pero solo se puede jugar en la dificultad que viene por defecto y es, disculpen la arrogancia, exageradamente fácil.

Antes de ponderar todo lo bueno que ofrece para jugar con amigos, tengo que hacer hincapié en lo poco que brinda para aquellos que no tienen con quién jugarlo. La inteligencia artificial de los bots de Volley Pals es ridícula, sobre todo si jugamos contra dos rivales. Ah, primero tengo que aclarar eso: se puede jugar 1 vs 1 / 1 vs 2 / 2 vs 2. Cuando juntamos dos rivales en un mismo bando, ocurre lo irrisorio: ¡los dos personajes se mueven en total sincronía! Y no lo digo en el buen sentido, más bien lo contrario. Los invito a imaginarse a estar jugando un partido de volley contra dos rivales que van juntos a la pelota. Van juntos… literalmente pegados, un sprite superpuesto al otro. Y yo que pensé “bueno, quizás agregando otro contendiente se hace más complicado”… bueno, no. Es igual de fácil pero con un toque bizarro.

Volley Pals

Por todo eso, como dije anteriormente, la diversión para por el multijugador, del cual se puede gozar única y exclusivamente de manera local. Las partidas contra nuestros amigos sí son súper divertidas, alocadas y ofrecen una cuota de entretenimiento práctico que es lo que busca uno cuando, a veces, solo quiere pasar el rato de otra persona matándose de risa.

Un deporte tan popular como el volley merecía su juego de arcade para disfrutar de partidas ocasionales. Quizás todavía se esté buscando la fórmula para encontrar un buen título de simulación deportiva de voleibol; mientras tanto, no abundan los títulos que ofrezcan jugar partidos azarosos de este noble deporte. No digo que no los hay, que no se me tome a mal: más bien, no hay los suficientes. Como dije al principio, es una apuesta poco explorada. Volley Pals se animó, y aunque su modo single player deja mucho que desear, el multiplayer es entretenimiento puro.

Un elemento que ayuda muchísimo a hacer aún más divertido es el diseño y las variantes que ofrece cada uno de los niveles. Respecto a eso, hablaré a continuación.

El punto fuerte de Volley Pals: sus escenarios.

Volley Pals

Ya dije que iremos desbloqueando progresivamente cada uno de los niveles, ¿verdad? Lo que pasé intencionalmente por alto es que los escenarios no varían únicamente por cuestiones estéticas, sino que cada uno modifica las reglas de juego e introduce elementos que renuevan la jugabilidad del título.

Ya desde el primer nivel podemos ver que hay algo distinto: cuidado con los cangrejos que caminan por la playa. Y es que, si la pelota cae sobre ellos, el punto no contabilizará, y encima alterará el recorrido del balón. A partir de allí, es de imaginar que cada escenario tiene su vuelta de tuerca. No quiero ser un “spoileador” serial, pero algunos ofrecen la posibilidad de jugar sin gravedad, mientras que otros, por seguir mencionando ejemplos, tienen un fantasma que deambula de aquí para allá y cada tanto agarrá la pelota para arrojarla a donde le apetece. Mi favorito es el laboratorio de ciencia: se abren portales que hacen viajar tridimensionalmente el balón y cuando pasa eso solo toca rezar cinco Padres Nuestro, tres Ave María y esperar que la pelota no caiga de tu lado a un rincón inalcanzable. Incluso hay un nivel para crear tus variaciones y tus reglas ciento por ciento.

Ahí radica el encanto de Volley Pals: en lo divertido y frenético que se puede tornar el jugarlo con amigos en niveles tan bien diseñados. Generalmente, en los juegos deportivos y de arcade se suelen crear escenarios y entornos muy bellos, sí; pero rara vez estos tienen una implicancia tan directa con la jugabilidad. Las dinámicas que ofrece cada escenario le dan el toque distintivo a Volley Pals respecto a otros juegos arcade de deportes, e incluso le agrega un componente de estrategia, ya que algunos exigen niveles impensados de cooperación y trabajo en equipo. Y así ocurre que uno está yendo a buscar el balón mientras otro está yendo a apretar una palanca. Así es como todo se vuelve hilarante, y un juego que podía ser uno más del promedio, tiene con qué destacarse ante otros de su género.

Conclusiones

Volley Pals

En conclusión, Volley Pals es un entretenido juego de voleibol que ofrece una jugabilidad clásica de arcade. Aunque es bastante flojo para ser jugado en soledad, cambia completamente su color a la hora de probarlo con amigos. Ahí sí es diversión pura.

Destaca por el diseño de sus escenarios y por lo frenético de su multijugador. Insisto, se puede jugar en modo single player, pero ese no es su fuerte y, si bien no es un mal juego, se van a cansar rápido.

Un dos contra dos con buena compañía es, sin lugar a dudas, garantía de risas.

Hemos realizado este análisis en Nintendo Switch con un código proporcionado por NISU GAMES.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *