¿Sabes cuando empiezas un juego pensando que estará bien pero sin esperar mucho? Pues eso es lo que me ha pasado con Justin Wack and the Big Time Hack (a partir de ahora Justin Wack). Recuerdo jugar a la demo hace meses y quedarme con una buena sensación sin más. Puzzles con una mínima complejidad, unos personajes simpáticos, humor que funciona cuando no se recrea demasiado en el guiño/referencia… una aventura más entre tantas que salen ¿No?
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Justin Wack vs las paradojas temporales
Primero dejad que os presente un poco el juego. Empezamos manejando a Justin Wack, un técnico informático que acaba en el pasado por culpa de un incidente con el microondas de la oficina, de paso que un troglodita llamado Kloot aprovecha para colarse por la brecha temporal y llegar al presente. Con la ayuda de Kloot y la ¿Ex? Novia de Justin (lo dejaron por un tema peliagudo jaja), tendrá que volver a su tiempo mientras es perseguido por unos robots agentes temporales del futuro e intenta recuperar el amor de Julia.
Una de las primeras cosas que me sorprendió es lo bien que funciona el humor. Sin llegar a provocar carcajadas, la mayoría de gags y chistes de Justin Wack funcionan, muchas veces gracias a la simpatía que provoca el trío protagonista. Tanto Justin como Kloot resultan muy divertidos y Julia, aunque esté mucho menos desarrollada (es la que menos participa en la aventura), se reservan algún que otro momento para brillar.
Aún así el juego no evita ciertas manías típicas de las aventuras actuales, a saber: referencias/guiños a los clásicos y sagas míticas, abuso de la rotura de la cuarta pared y algún gag que no acierta, pero en el cómputo general es una de las aventuras más graciosas que he jugado los últimos años (estaría ahí, ahí con Darkside Detective).
Bonico del tó
Visualmente el trabajo del artista español Alberto Costa encaja como un guante en el tono de Justin Wack. Dejando de lado los colores planos que suelen tener los juegos con una estética más cartoon, sus pinceladas crean unos escenarios agradables sin perder el estilo desenfadado. Y lo más importante, un buen uso de la composición. Sus personajes cabezones y narizones resultan también muy característicos. Las animaciones, siendo lo más flojo del conjunto, resultan creíbles y funcionales, algo muy meritorio si tenemos en cuenta que se ha encargado él solo de todo el apartado artístico. Por cierto, no se pierdan Death Corp, otra aventura prometedora con el arte de Alberto.
Una aventura que está a la altura de sus propias ambiciones
En cuanto al diseño de puzzles resulta que Justin Wack es una de las aventuras más ambiciosas de los últimos años (por lo menos entre las que yo he jugado). Tenemos dos y hasta tres personajes simultáneos, con gran cantidad de objetos y puzzles en paralelo que nos permitirán cambiar de personaje si nos bloqueamos con uno de ellos y hasta, en ocasiones, seguir con un puzzle diferente con el mismo personaje. Por supuesto, en este tipo de juego la lógica a veces es un poco retorcida pero prácticamente siempre, coherente en su propio universo.
La influencia más clara de Justin wack en cuanto a estructura es Day of the Tentacle y no lo intenta disimular. Tres lineas temporales, en las que un cambio puede afectar al futuro y los personajes tienen un sistema para pasarse objetos a a través del tiempo, las mismas localizaciones plasmadas de forma muy diferente según la época… los paralelismos son obvios. Por suerte decide hacer cosas por su cuenta como que dos personajes compartan localización temporal y puedan interactuar entre ellos o que otro personaje pueda viajar entre dos épocas, añadiendo una capa de variedad.
No todos lo puzzles serán igual de lógicos y sencillos así que Justin Wack tiene varios sistemas para ayudar al jugador más impaciente. Para empezar tenemos un bloc por cada personaje donde podremos leer sus siguientes objetivos, algo realmente útil si dejamos de jugar unos días o si, entre tantos caminos abiertos nos olvidamos de alguno de esos objetivos. Si bien no es necesario es una adición que agradezco en este caso.
Por otro lado tenemos de nuevo un botón para mostrar los hotpots, un tipo de ayuda que tampoco era necesaria gracias al buen trabajo artístico con los fondos pero que parece que ha llegado para quedarse en la mayoría de aventuras. Si con eso no tenemos suficiente el juego nos brinda la posibilidad de consultar pistas a través del menú. No soy muy fan de estos sistemas de pistas aunque en este caso el propio juego nos brinda la posibilidad de renunciar a él. No así con la ayuda en los hotpsots
No todo el monte es orégano
El máximo fallo que he encontrado en Justin Wack es ver que, en alguna ocasión, tu avance con el personaje A del juego se ve detenido sin razón lógica aparente hasta que personaje B avance de cierto punto en su linea temporal. Esa fricción es bastante desagradable y puede llevar a algún malentendido y frustración. Lo considero un problema menor debido a que sucede en contadas ocasiones que conllevan cambio de capítulo, por lo que es comprensible que todos los personajes hayan llegado a ese punto en el que sucede el giro de guion que comportará nuevos objetivos y puzzles.
Otro pequeño problema viene de la decisión de usar el drag and drop en el uso de objetos, algo que resulta especialmente incómodo cuando tienes que combinar los objetos, dado que el inventario solo te muestra seis a la vez y la cantidad de objetos disponibles suele ser bastante mayor.
De la música y aspecto sonoro de Justin Wack poco que decir. No he encontrado una sola melodía reseñable ni que me llamara la atención pero no desentonan. Tengamos en cuenta que Potus Wittenmark se ha encargado, no solo de la música, también de la dirección del juego, diseño, guion y programación. Vamos, que casi ha hecho el juego el solo y tampoco le podemos pedir que mantenga el mismo nivel en todos los aspectos. Otro problema para los castellanoparlantes es la falta de traducción a nuestro idioma, igualmente no es necesario un nivel de inglés (o alemán o francés) muy alto para poder jugar sin demasiados problemas.
Conclusión
Justin Wack es un juego que te gana poco a poco, empezando humilde y sencillo, no deja de expandirse en todas direcciones hasta que construye una aventura realmente compleja que conoce y utiliza con sabiduría los recursos del género. Su punto fuerte son los puzzles pero no lo confía todo a ese único elemento. Su sentido del humor, tiernos personajes y agradable estilo artístico confluyen en una gran aventura, perfecta para el tipo de aficionado que echa de menos en las aventuras actuales la complejidad y falta de linealidad de los grandes clásicos. Una de las mejores aventuras en lo que llevamos de año junto a Lost in Play y Nightmare Frames.
Justin Wack and the Big Time Hack ha sido desarrollado por Warm Kitten y se puede adquirir en Steam.
Hemos realizado este análisis en PC con un código proporcionado por SuperIndie Games.