Dragon Dinner es un Party Game, y los Party Game son un tema que he vivido medio de lejos. Yo soy de los de coger la espada y descubrir los entresijos de una historia, de adentrarme en una mansión para ver que una farmacéutica está detrás de un apocalipsis zombie o de, simplemente, ponerme con un jueguillo más simple en el móvil. Pero un Mario Party, un Moving Out… no es que no me gusten, pero los veo de lejos. Y ha sido interesarme verme disfrutando de Dragon Dinner.
Este título está siendo desarrollado por Menut Studios, un equipo de desarrollo que se ha asentado en Valencia y que actualmente está compuesto por una persona según DeVuego. Esto implica que tiene muchísimo mérito haber hecho un título tan completo, con unas características tan bonitas, por lo que solo puedo darle toda mi enhorabuena a Anna Fabrés.

En Dragon Dinner controlaremos a un dragoncito gerente de un restaurante para dragones. En él podremos servir comidas y bebidas, preparar las mesas y recogerlas y, en general, regentar todo lo relacionado con nuestro establecimiento durante diez días antes de pasar a otro restaurante.
Dragon Dinner tiene un estilo muy característico
A nivel gráfico Dragon Dinner está bastante bien. Tenemos un 3D así muy redondeado, muy agradable a la vista y muy inteligentemente diseñado para resultar cozy y agradable (que luego vienen las comandas a estresarnos). El diseño de los dragones es muy mono, todos regordetes y con distintas pequeñas diferencias que hacen que cada dragón sea único. A esto le sumamos la personalización del restaurante, aunque esperando que puedas rotar de forma sencilla el mapa del restaurante a la hora de decorarlo con el mando, que a mí me ha resultado prácticamente imposible.

En este título nos enfrentaremos a jornadas en el mundo de la hostelería. Una absoluta pesadilla, si me lo preguntas (he sido cocinero bastantes años). Pero todo trabajo hecho jueguito es divertido, y este lo es como el que más. Empezaremos el día y tendremos que llevar a los dragones a una mesa, pedirles lo que quieren y llevárselo. Al final del día, debemos elegir una mejora, de la que ahora hablaremos, y mejorar el restaurante. Y pagar a nuestros trabajadores, si los tenemos.
Y es incluso Roguelike
Las mejoras se nos presentan al final de cada día como si fuera un roguelike. Tenemos que elegir entre dos para mejorar nuestro restaurante y a nuestro personaje y llevar mejor el día. La verdad es que este detalle me ha resultado interesante y permite mucha rejugabilidad.

Lo más interesante es que hay otros dos modos de juego que aún no están disponibles, así que solo podemos esperar, con muchas ganas, a que Dragon Dinner salga del horno (¿lo pilláis? perdón por tanto).
En definitiva, Dragon Dinner es un título que puede parecer simple a priori pero te va dando capas y capas de dificultad y complejidad hasta que, finalmente, acabes picándote y echando una partidita más. No puedo más que recomendarlo, sinceramente.
¿Te viste los GOTY?




