La cuarta edición de la BIG Conference celebrada en Bilbao echó el cierre el pasado sábado tras contar con miles de asistentes, entre profesionales, estudiantes y jugadores, que sumaron más de un millar de reuniones con publishers e inversores de la industria del videojuego:
“BIG Conference se ha convertido, por encima de todo, en una oportunidad de negocio. Lo demuestra el incremento en el número de asistentes profesionales; integrantes de los principales estudios nacionales que han vuelto a darnos el visto bueno al marcarnos como cita imperdible en su calendario”, explicó el co-director del evento, Jaume Esteve. Los números, sin duda, superan los del año anterior.
Una Big Conference con distintas charlas
En el área de las ponencias, la BIG Conference contó con una treintena de invitados llegados de 14 países europeos entre los que destacaba Polonia como país invitado, que en apenas dos décadas se ha convertido en uno de los principales mercados europeos del videojuego con más de 500 estudios de desarrollo activos que generan 15.000 empleos directos y unos 1.300 millones de euros en ingresos anuales.
Paweł Miechowski (11Bit Studios) consideró que “una formación puntera en el ámbito tecnológico -desde la época comunista- y el acceso masivo a los juegos -fruto de la distribución ilegal masiva previa a los 90, cuando se instauró la legislación de propiedad intelectual en el país- ha contribuido a la fortaleza polaca en materia de ocio electrónico”. Grzegorz Mazur (Vile Monarch) reconoció que la vigente crisis es “la primera que atraviesa el mercado polaco en su historia, lo que nos ha obligado a capearla como podemos, por pura intuición”.
Pietro Righi, director del estudio Santa Ragione, habló sobre los peligros de la curación automatizada de contenidos en plataformas digitales como Steam. Righi, tristemente de actualidad tras el baneo de su último juego, Horses, en Steam o la Epic Games Store, reflexionó sobre la importancia de “apreciar aquellas manifestaciones mediáticas que no resultan fáciles de entender; que traspasan los límites de nuestras preferencias».
La BIG Conference también fue punto de encuentro para los desarrolladores españoles. Uno de los temas inevitables fue la crisis que sufren los estudios españoles, en línea con lo que sucede en el resto del planeta. La crisis “ha llegado algo más tarde al segmento independiente”, afirmaba Rita Fortuny, de 2Awesome Studio. Para Anabel Sánchez, de Malapata Studio, la crisis “ha hecho que la mayoría de equipos vuelvan a la casilla de salida”. Luis Oliván, de Fictiorama, cree que “publishers e inversores apuestan por menos proyectos y consienten un menor grado de riesgo”.
Por último, Marina González, de Deconstructeam, añadió que “importan los presupuestos por encima de las ideas como requisito de aprobación previo”. Además de charlas y reuniones profesionales, la BIG Conference volvió a contar con la denominada Fun Zone, un área de 2.000 metros cuadrados abierta al público en la que estudios de desarrollo independiente compartieron espacio con una zona retro en la que abuelos, padres e hijos pudieron compartir tiempo de juego.
Otro premio para Expedition 33
Los Premios Titanium, que llevan más de una década reconociendo a los mejores videojuegos del año, coronaron este año a Clair Obscur: Expedition 33 como Mejor Juego del Año. El juego de puzzles ‘Blue Prince’ se hizo con el Mejor Diseño de Juego y la aventura episódica Dispatch se llevó el premio al Mejor Diseño Narrativo. La Mejor Dirección de Arte recayó sobre Ghost of Yōtei.
El de Mejor Indie Nacional enfrentó a títulos como Camper Van: Make it Home (Malapata Studio), Haneda Girl (Studio Koba), Is this seat taken? (Poti Poti Studio), Many Nights a Whisper (Deconstructeam) y Ninja Gaiden: Ragebound (The Game Kitchen). El juego de The Game Kitchen, secuela de la renombrada franquicia nipona, se alzó con el premio.
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