Many Nights a Whisper se trenza en tus pensamientos hasta conseguir sacar de ti algo que no siempre consigue sacar un videojuego: compromiso, preocupación. Este es el último juego de Deconstructeam, que parecía haber dejado el listón demasiado alto con The Cosmic Wheel Sisterhood, pero han conseguido, si no superarlo, al menos estar a la altura con este juego de aventura y casual.

En Many Nights a Whisper encarnamos a la Soñadora, una chica elegida para realizar un ritual: si acierta con una bola de fuego a un gran cáliz desde la distancia, todos los deseos que la Soñadora haya considerado válidos se cumplirán. Si falla el tiro, estos deseos no se cumplirán nunca, ni por casualidad.
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El paso al 3D con Many Nights a Whisper
Deconstructeam se ha caracterizado siempre por un pixelart excelente, del que hemos podido disfrutar en sus anteriores títulos, por lo que la colaboración entre el estudio y Selkie Harbour, que se han encargado del arte bajo la atenta dirección de Marina González para brindarnos una experiencia 3D, nos ha sorprendido a todos. Si bien podría parecer durante los tráilers que esta podía no ser una buena decisión, in game ha demostrado unas cualidades impresionantes de Many Nights a Whisper.

Para empezar, la iluminación en un videojuego sobre lanzar bolas de fuego a pebeteros es, por lo que sea, bastante importante. Si bien es cierto que durante el día esto no se puede ver especialmente bien debido a la luz del sol, por las noches las velas crean un ambiente íntimo para dar pie a las confesiones de los habitantes del pueblo.
Por otro lado, la ambientación de pueblo del sur de Europa, quizá muy inspirado en una especie de Antigua Grecia aunque con elementos actuales, hace que casi puedan respirarse el mar, los árboles y sentirse el trigo entre los dedos.
La música en Many nights a Whisper
La música de Many Nights a Whisper es un susurro constante. Permanece agazapada y brilla precisamente al brillar poco y deslumbrar solo cuando tiene que hacerlo. En los compases finales del juego su protagonismo se incrementa generando una sensación de lo más épica.

Especialmente épica, teniendo en cuenta todo lo que ocurre.
Por otro lado, los efectos de sonido son más que correctos, sumando más a la inmersión del jugador en el juego que tan bien consiguen todos los elementos.
La ludonarrativa en su máximo exponente
Sin embargo, y como ocurre con todos los juegos de Deconstructeam, el punto fuerte de Many Nights a Whisper está en la narrativa, que nace de manos de Jordi de Paco. Especialmente en la narrativa que integra las mecánicas de juego, aprovechando al máximo el factor ludonarrativo de los videojuegos que no siempre se explota.
Han sabido aprovechar al máximo la mecánica de lanzar la bola de fuego con la honda para contar una historia sobre la repetición de un entrenamiento, y han sabido hacer que cada repetición sea interesante enlazándola a las elecciones que tomemos por las noches.

Durante la noche, la Soñadora recibe a los habitantes del pueblo en un confesionario, y estos le comentarán su sueño, ofreciéndole una trenza. Si el jugador está conforme con el sueño del habitante en cuestión, este le cortará la trenza, que se unirá junto al resto de cabelleras para hacer que la honda adquiera potencia. Si termina el rezo y recoge su trenza, sabrá que su petición habrá sido declinada.
Por supuesto, no todos los sueños serán igual de importantes o igual de puros. Algunos serán meros caprichos que no importará conceder, y otros serán deseos que serían capaces de cambiar el mundo entero. A veces el jugador tendrá que rechazar algunos deseos por provocar demasiado desorden o… podría aceptarlos y fallar a posta. El límite lo pone el jugador.
Esta mejora del poder y alcance de la trenza hace que cada día las físicas sean algo distintas y el jugador tenga que aprender de nuevo la mecánica de lanzamiento, adaptándose a los nuevos parámetros, a la nueva fuerza de la Soñadora. Como un incentivo extra, cada vez que se enciende un cáliz nuevo el jugador obtiene un logro, uno de treinta. Estos logros, juntos, cuentan una historia. Desgraciadamente, de momento solo está en inglés. Confiemos en que pronto aparezca en español.
Sin embargo, lo mejor que consigue Many Nights a Whisper es hacer cómplice al jugador. Este decide quienes van a cumplir sus sueños, y eso es un arma de doble filo: cuantos más sueños vayas a cumplir, más sueños puedes romper por el camino. La presión de la Soñadora hace mella en la del propio jugador, llegando a conseguir un flow en el que el jugador llegará a sentirse nervioso durante los compases final de Many Nights a Whisper.

Many Nights a Whisper dura un par de horas por lo general, aunque a mí me duró tres y media. Una vez llega al final, el jugador está tan metido que acabará ensayando el tiro, tratando de encontrar pistas visuales que le indiquen que esa es la inclinación y el ángulo correctos para disparar. Sobre todo porque el juego te recuerda en varias ocasiones que no se puede repetir, que no se puede cargar la partida, que solo tiene una oportunidad. Como mucho podría empezar de nuevo, sabiendo que no es la misma soñadora, no son los mismos habitantes… Puede parecer que esto no es importante, pero realmente consiguen bastante bien que el jugador se sienta implicado, se sienta la Soñadora.
Many Nights a Whisper es denominado por sus creadores como un ensayo interactivo, uno sobre las expectativas, sobre el peso que a veces uno carga. Creo que poder elegir los sueños que cargar en mi espalda me han hecho sentir de forma mucho más realista ese peso. Poder negar lo que me parecía mal y luchar por aquello que quería defender. Ensayar mi tiro porque realmente quiero que esa niña tenga un gato, porque quiero destruir ciertas cadenas que la sociedad lleva demasiado tiempo teniendo…
De algún modo, cuando me maldije por haber perdido una pista visual que tenía. Cuando disparé. Cuando vi caer la bola de fuego… contuve la respiración. Y acerté. Y los sueños se cumplieron. Y me vi celebrándolo como si se hicieran realidad. Y esto son los videojuegos.

Este análisis se ha realizado con una clave para PC proporcionada por Jaleo Indie