Análisis: Citadelum

El estudio indie español Abylight Barcelona nos trae el City builder Citadelum, localizado en la floreciente etapa de expansión romana.

Desde que de pequeño inicié mi primera partida al juego de mesa Monopoly, supe que lo de jugar a construir una ciudad y gestionar sus recursos tenía su gracia. Desde entonces y gracias al continuo avance de la informática doméstica y el videojuego, esa sensación de poder controlar cada aspecto de su crecimiento no han hecho sino aumentar mi interés en este subgénero dentro de la estrategia.

No es menos cierto que actualmente los referentes de la industria siguen mirando de reojo las bases sentadas por los SimCity y los Caesar de antaño, si bien cada nuevo título busca diferenciarse haciendo hincapié en una determinada característica que puede llegar a resultar abrumadora. Es aquí donde se ubica este Citadelum, un juego español del que ya nos hacíamos eco y que ha conseguido crear un producto divertido evitando la complejidad de cada faceta del subgénero y haciendo accesible un género para expertos.

Citadelum, un city builder interesante

Cada una de las 10 misiones con las que contamos inicialmente -sí, suena a poco teniendo en cuenta que no hay modo multijugador, pero vayamos por partes-, comienza en un terreno natural sin vida humana pero con suficientes recursos naturales como para levantar un asentamiento de plebeyos y evolucionarlo hasta convertirlo en una ciudad de prestigio y temida por los enemigos de Roma.

Hay que construir casas, mercados, reservas de agua, plantaciones de materias primas y alimento y servicios de mantenimiento para evitar que la ciudad se degrade, y asignar trabajadores a cada eslabón de la cadena para ponerla en marcha y producir los recursos necesarios. Y todo ello bajo una red de carreteras que permita una comunicación ágil entre los diferentes elementos y sus funciones dentro de la comunidad.

Si conseguimos llegar hasta aquí y permitir que de forma estable el ecosistema funcione, podremos añadir casas de patricios que aportarán prestigio y dinero a las arcas necesarios para evolucionar la ciudad y optar a nuevas construcciones, pero también generará nuevas necesidades propias de la nobleza y de poblaciones cada vez más grandes y exigentes.

Establecer relaciones

El siguiente paso en Citadelum es abrirse al mundo. Pasaremos a un mapa más general donde podremos manejar exploradores y, con el tiempo, legiones de soldados capaces de atacar y conquistar terrenos hostiles. Al principio lo importante es descubrir el entorno en busca de nuevas ciudades y establecer rutas comerciales para dar salida a nuestros excedentes de producción y comprar aquello que no podamos o queramos obtener en nuestras instalaciones.

Por suerte las rutas se pueden automatizar y no se ven afectadas por amenazas externas. Se van a mantener estables siempre que tengamos qué vender o con qué pagar nuestras compras. Evidentemente, cuanto más elaborado sea nuestro producto más valiosa será su venta, no es lo mismo vender uva o hierro que botellas de vino y armas. y eso Citadelum lo permite a través de cadenas de producción y almacenes de bienes.

El favor de los dioses

Explorar también permite encontrar reliquias que podremos utilizar en nuestro beneficio, o en el de los dioses. La religión está presente en Citadelum de forma que estos participan de forma activa en el devenir del pueblo. En algún momento la ciudadanía pedirá actividades de ocio, lugares de culto y festivales para dejar de producir durante un rato y dedicarse a venerar a alguna deidad, así que habrá que construir templos y acudir frecuentemente al Panteón para escuchar sus quejas y obtener sus bendiciones.

Los chicos de Abylight Studios han decidido que no se pueda contentar a toda la deidad y mucho menos ignorarla, si lo haces cada dios es capaz de afectar negativamente en un aspecto concreto y causar estragos en tu ciudad. Y si estás pendiente de ellos recelarán del resto de dioses y verán con malos ojos que también les hagas caso. La envidia, que es muy mala.

Para rebajar tensiones, nada mejor que repartir templos por la zona, celebrar fiestas y sacrificios de animales -curiosamente, también humanos aunque yo me he negado por principio-. Es una buena manera de aumentar la producción de las cosechas y potenciar las aptitudes de soldados y trabajadores, así como las defensas de la ciudad. Recordad, ese foro de dioses también se puede volver en vuestra contra.

Salir a conquistar

Cuando tengamos suficientes recursos y envergadura podremos dedicar parte de ellos a reclutar soldados, afinarlos en barracones y entrenarlos para la guerra y formar y engrosar legiones. Desde la vista global y gracias al buen hacer de nuestros exploradores podremos avistar ejércitos enemigos y atacarlos para hacernos con el control de su territorio y de sus recursos, y ganarnos así el favor de Roma y de paso unos cuantos oponentes.

En el momento en que una legión ataque un ejército enemigo pasamos a una vista en la que podremos distribuir libremente nuestros soldados en formación y activar el tiempo para contemplar el resultado. Es fuerza bruta, gana el que aguante en pie, pierde el que se quede sin luchadores o decida rendirse y evitar una sangría mayor.

Una ciudad gestionada con el ratón

El interfaz del juego es bastante limpio y trabajado. A golpe de ratón podremos desde ir al detalle de cada edificio hasta obtener una vista general del mapa del asentamiento y filtrar por características como diferentes tipos de riesgos o productividades, o acceder a la gestión de las relaciones externas y la religión.

En cuanto a la parte de construcción, destacar que la cámara es lo suficientemente magnánima como para poder colocar en el plano cada edificio o servicio. Es importante situar bien las casas porque han de estar orientadas y conectadas entre sí y porque su radio de alcance condiciona el crecimiento de la comunidad.

En Citadelum hay alertas que aparecen en pantalla cuando sucede algo significativo, como un ataque desde el exterior, un edificio en llamas o una revuelta interna. He echado de menos dos cosas sin embargo, que las alertas no sean proactivas y que no se pueda mantener un histórico de las notificaciones recibidas.

En el primer caso, si recibo una alerta porque un edificio se ha derruido generalmente es por falta de mantenimiento. Hay un indicador en el edificio que va de 100 a 0 que lo refleja, estaría bien activar la alerta por ejemplo al 50% e ir a él directamente, sería más útil que recurrir al filtro por estado de la ciudad -en la captura, parte inferior izquierda- y revisar los edificios en rojo.

En el segundo caso, puede que la alerta me llegue en medio de una acción y que no pueda atenderla en ese momento. Después resulta farragoso intentar encontrar una cantera destruida o una taberna sin vino porque la interfaz no permite conocer la ubicación de todas las construcciones de un tipo concreto y porque el mapa se va haciendo cada vez más grande y cuesta recordar dónde está todo.

Gracias a los dioses en Citadelum existen botones para acelerar o detener el tiempo. Cuando empiezas a construir es bastante frustrante decidir qué clase de retícula vas a emplear para construir más viviendas al tiempo mientras recibes notificaciones porque no hay suficiente «lo que sea». Le das al botón de pausa, actúas y vuelves a dejar que todo fluya.

Conclusiones

Nada de lo que se ha explicado dista de lo que ya existe en el género. Es más, como apuntábamos antes el juego cuenta con tan solamente 10 misiones de dificultad modificable que parecen más una extensión bastante elaborada del tutorial que una campaña histórica completa donde hay que ir avanzando capítulos sobre lo conseguido hasta el momento. En cada misión el juego me obligaba a empezar a construir desde cero y yo hubiera deseado por momentos alguna misión centrada en el aspecto militar.

Sin embargo, cuando llegas al final de la décima entiendes que en realidad has acabado tu entrenamiento y a partir de ahí aparece el verdadero potencial del juego, en su editor de misiones y en su, esperemos, comunidad de usuarios y la integración con Steam Workshop. Al cierre de este aanálisis Citadelum todavía no estaba a la venta y el contenido de la comunidad evidentemente no estaba disponible. Pero sí pude encontrar mapas y partidas creadas por el equipo de Abylight Barcelona y la verdad, la cosa promete.

Es una apuesta arriesgada confiarlo todo a la baza de la comunidad, pero entiendo que el propio equipo estará en mayor o menor medida involucrado y que la base, que es muy sólida, permitirá que tarde o temprano veamos campañas completas y experiencias retadoras. Cruzaremos los dedos.

Este análisis se ha realizado en PC con una clave proporcionada por Abylight.