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EVASIÓN O DERROTA
En esta ocasión, con este Waterfall Prisoner, estamos ante una nueva aventura del tipo scape room, ese género que se ha puesto tan de moda últimamente, y que además nos sirve como carta de presentación para conocer al pequeño estudio español APA Studi.
Un juego plagado de puzzles y acertijos que tendremos que ir resolviendo hasta alcanzar nuestra meta final, que no es otra que la muy ansiada libertad. En principio nada nuevo en un género que parte de unas reglas y unas fórmulas muy marcadas y establecidas… pero capaz todavía de sorprender y divertir cuando las cosas se hacen bien, como es el caso que nos ocupa.
Como dijo el clásico, a veces no importa lo que se cuenta, sino como se cuenta… y en ese sentido este Waterfall Prisoner nos cuenta las cosas estupendamente bien… dadas sus limitaciones.
Torres más altas han caído
Y la torre en la que transcurre nuestra aventura tendrá que caer también si queremos escapar de la mazmorra en la que, sin saber cómo y porque, alguien nos ha encerrado.
Así pues, nuestra tarea consistirá en escapar de la celda para ir luego ascendiendo la torre, plagada de estancias, puzzles y acertijos, hasta conseguir por fin encontrar la salida y escapar de la trampa que nos han tendido. Como se ve un argumento básico y sencillo para una puesta en escena que en principio nos va a resultar también muy simple pero que en el fondo nos guarda más de una sorpresa.
En esencia, el juego consiste en observar bien todo lo que nos rodea y leer atentamente las abundantes notas que iremos encontrando en nuestra ascensión hasta la cima de la torre y nuestra libertad. Además de servir como pistas, las notas nos van a ayudar también para conocer la trama y los personajes que habitan la siniestra torre en la que nos han encerrado. Un recurso narrativo, demasiado visto y algo limitado, que Waterfall Prisoner coge prestado de otros géneros, y que posiblemente sea uno de los principales defectos del juego, es decir, la total ausencia de personajes vivos con los que interactuar e ir conociendo la historia.
Un defecto, en todo caso esperado en este tipo de juegos, que sin duda responde más a las limitaciones de medios que padecen los pequeños estudios indies que a otra cosa, pero que inevitablemente afecta a la ambientación e inmersión del jugador.
Y que importantes es tener una buena narrativa.
Y sin embargo, el juego también tiene sus virtudes y pronto podremos dar fe de ello.
La historia que se nos cuenta es, como no podía ser de otra manera, algo críptica y fragmentada… pero también algo interesante y sugerente, con un notable ingenio y gusto artístico a la hora de contarnos la historia del juego al mismo tiempo que va proporcionando valiosas pistas para ir resolviendo algunos de los acertijos. Y lo hace tan bien, que, por algunos momentos, casi nos hace olvidar las necesarias carencias que tiene toda historia narrada por notas. Casi.
Otro de los aciertos de Waterfall Prisoner viene sin duda de la mano de los acertijos y puzzles que nos propone. Estos irán ganando en interés y complejidad, como si de una cebolla que hay que ir pelando capa a capa, según avancemos en la aventura y vayamos subiendo las plantas de la torre. Si al principio nos enfrentaremos a situaciones y acertijos bien sencillos y conocidos, estos irán ganando en dificultad, complejidad y sobre todo originalidad, conforme nos acerquemos al final del juego.
Y hay que reconocer que algunos son muy buenos, coherentes y bien diseñados. De hecho, salvo alguna que otra situación o puzzle que puede llegar a desesperar un poco en los momentos finales de la aventura, todo se puede resolver si somos buenos observadores y tenemos la suficiente paciencia y perspicacia, porque la solución siempre va a estar delante de nuestras narices.
En ese sentido la curva de la dificultad está bien medida, salvo algunos momentos finales como ya se ha dicho, y en lineas generales el juego sabe moverse bien entre el reto continuo y que el jugador no se frustre constantemente por quedarse atascado a cada paso que da. Parece fácil y sencillo, pero no todos los juegos consiguen este ansiado equilibrio.
Entre las bambalinas de Waterfall Prisoner
Pese a las limitaciones obvias de ser la ópera prima de un pequeño estudio indie, lo cierto es que la puesta en escena es bastante buena y artísticamente el juego luce bien. Un título que transcurre en primera persona y que necesita ser ágil y fluido a la hora de recorrer los escenarios para captar todas las pistas y detalles posibles al mismo tiempo que no renuncia a resultar lo más agradable y atractivo posible para la vista del jugador.
En cierta medida, también resulta destacable el apartado sonoro del juego. No tanto por la banda sonora, realmente poco apreciable, sino por los efectos sonoros y de ambientación. Más allá se servir para los fines de algunos acertijos, los efectos estarán bien presentes a lo largo de todo el título y en cierta medida ayudan un poco a compensar algunas de las limitaciones narrativas señaladas.
Conclusiones de un prisionero dispuesto a recuperar su libertad
En definitiva, estamos ante una aventura que tiene limitaciones obvias por tratarse de una ópera prima por un lado y por pertenecer a un género con las cartas marcadas de antemano por otro. Un juego al que se podría considerar menor y seguramente lo sea, pero que sin embargo consigue ser lo suficientemente divertido e interesante, incluso con algunos destellos de genialidad, como para ser tomado en cuenta.
Sin duda una buena y apetecible carta de presentación que te deja con cierta expectación de lo que podrían hacer en el futuro los creadores con proyectos más ambiciosos.
Juego RECOMENDABLE para los amantes de los acertijos y los puzzles, para los amantes de las cajas chinas y sobre todo para todos los fugitivos sin causa.
ABSTENERSE los más puristas y pocos receptivos a los nuevos tipos de aventura, los que no toleran la ausencia de narrativa en un juego y menos aún que les hagan pensar más de la cuenta.
Hemos realizado este análisis en PC con una copia proporcionada por APA Studi.