Antes de empezar a hablar de Final Fantasy IX quiero dejar clara una cosa, yo no fui poseedor de la primera PlayStation, jugué mucho a ésta en casa de amigos y familiares, pero no pude darle caña a ciertos títulos que tenían una duración considerable, por lo que en su día, más allá de alguna partida esporádica para ver qué pinta tenían, no pude darle caña a la tremenda trilogía de Final Fantasy para la 32 bits de Sony.
Esta puntualización la quiero dejar clara antes de nada para hacer hincapié en que nada de lo que leáis aquí es fruto de la nostalgia y el endiosamiento que nos genera ésta en ciertos productos que consumimos tiempo ha.
Contenido
UN CUENTO DE CORTE MEDIEVAL/FANTÁSTICO
El título arranca con Talantalus, una compañía de teatro que viaja a Alexandria para representar una aclamada obra. El fin oculto de dicho grupo es el secuestro de la princesa Garnet. En dicho acto, tanto el jefe del Batallón Pluto, Steiner, como el mago negro Vivi se verán envueltos en dicha trama, dando comienzo a una aventura que nos llevará a recorrer el mundo entero.
FINAL FANTASY IX RECUPERA EL ESTILO CLÁSICO
Lo primero que llama la atención de esta novena entrega de Final Fantasy es su diseño, más cercano a los clásicos medievales de la época de NES y Super NES que de los derroteros futuristas que estaba tomando la saga en las últimas entregas aparecidas en PlayStation.
El elenco de personajes, junto al de Final Fantasy X, es mi favorito de la saga hasta la fecha. Realmente se compone de un grupo heterogéneo y carismático, en el que me gustaría hacer hincapié en Yitán, el protagonista, ya que se aleja del estilo «emo» que venían adoptando los protagonistas de las anteriores entregas para dejarnos encarnar a un personaje vivaz, entusiasta, leal y optimista.
El estilo vuelve a ser «chibi», como veríamos en Final Fantasy VII, pero manteniendo el estilo en todo momento, tanto dentro como fuera de los combates, dotando al juego de un estilo artístico más compacto, tal como ocurriera en Final Fantasy VIII.
El apartado sonoro es para darle de comer aparte. Las melodías acompañan en todo momento de forma perfecta, consiguiendo transmitir las emociones de forma brillante, poniéndonos los pelos de punta, compungiéndonos, emocionándonos o dotándonos de un plus de adrenalina cuando corresponda.
En cuanto al rendimiento en sí, estamos ante un juego que brilla no solo en lo artístico, sino que en lo técnico se sitúa en la cúspide de la primera PlayStation, convirtiéndose por méritos propios en uno de los títulos más vistosos y punteros gráficamente, ahí es nada.
ESTAMOS ANTE UN JRPG DE CORTE CLÁSICO
Final Fantasy IX es un juego de rol japonés clásico, que vuelve un poco a la fórmula de Final Fantasy VII, pero sustituyendo el sistema de materias por uno en que según nos equipemos podremos aprender habilidades y magias, desechando los experimentos raros acaecidos en la octava entrega.
El juego se divide en ciudades y poblados, «mazmorras» y el overworld.
En las ciudades y poblados encontramos todos los elementos clásicos del género: las posadas, tiendas de pociones, de armaduras y armas, en las que podremos pertrecharnos para la aventura y nutrir a nuestros personajes del mejor equipamiento posible.
En las «mazmorras» gozaremos de entornos laberínticos con pequeñas situaciones de puzzles a resolver, salpicados de peleas aleatorias, bosses de mitad de mazmorra y final bosses que nos pondrán las cosas muy difíciles.
En el overworld nos movemos de forma icónica por el mapamundi, pudiendo también ser atacados de forma aleatoria.
Todos los combates del título serán por turnos pero con la característica de que la acción no se detiene mientras nos toca elegir comandos, por lo que deberemos ser rápidos y eficaces moviéndonos por los menús del combate.
FINAL FANTASY IX BRILLA POR MÉRITOS PROPIOS
Lo cierto es que tenía bastantes expectativas en este título, y no lo digo para bien, en su época tuve la Nintendo 64 y escuché continuamente las bondades de la saga Final Fantasy, de modo que esperaba mucho de él y no nos engañemos, esa exacerbada expectativa, a menudo, juego muy en contra de un gran clásico por descubrir.
Se trata de un juego que posee un muy buen ritmo, en el que cada sesión de juego da sensación de avance, suceden cosas, la historia evoluciona, toca temas filosóficos, elementales, existenciales y te deja continuamente pensando y replanteándote cosas.
Es evidente que si lo hubiera jugado en su momento lo tendría en mayor estima, pero el haberlo hecho tantísimos años después de su lanzamiento no ha impedido haberlo disfrutado y que se haya convertido en mi juego favorito de la primera PlayStation.
Un título completamente recomendado para todo el mundo, a poco que te gusten los JRPGs te va a encantar, no necesitando ser visto continuamente con las gafas de la nostalgia, hablamos de un gran juego que está donde está por méritos propios, no gracias al recuerdo, sino a la calidad intrínseca que posee.