Nos encontramos ante Don’t Forget Me de The Moon Pirates, una aventura cyberpunk que se mueve a ritmo de jazz, está plagada de gatos y gira en torno a la importancia de acertar con nuestras decisiones y como estas pueden afectar a la gente que nos rodea.
Y todo no necesariamente en este orden.
Imprescindible destacar que, aunque pueda parecerlo, no estamos ante una aventura gráfica de la vieja escuela. Para empezar no es una aventura point & click, se maneja con el teclado y carece totalmente de inventario. Un concepto diferente y algo innovador, aunque no del todo, que pretende centrar la atención del jugador en lo que verdaderamente importa en este juego, es decir, la toma de de decisiones y como estas pueden afectar al juego.
Para ello los chicos de The Moon Pirates, el pequeño estudio indie que ha desarrollado el juego, han apostado por presentar una jugabilidad basada en hablar con los diferentes personajes para ir tomando decisiones al mismo tiempo que con algunos de ellos podremos acceder a sus recuerdos a través de una sonda que nos permitirá sacar a la luz los secretos mejor escondidos. Evidentemente, esta sonda es el Mcguffin del juego, la excusa para presentarnos la trama y obligarnos a tomar toda una serie de decisiones morales y trascendentes sobre lo que vamos descubriendo de cada personaje.
Evidentemente hay una trama central, muy propia de la ambientación cyberpunk y con el control mental y la trascendencia a un nuevo ser humano como telón de fondo, pero también permite al jugador asomarse al abismo de los recuerdos de algunos personajes que esconden algún siniestro secreto o son víctimas de sus propios miedos e inseguridades. La intención del juego es poner al jugador ante diferentes situaciones morales, diferentes dilemas existenciales, para que elija y compruebe el efecto final de sus decisiones, lo que claramente abre el camino hacia la rejugabilidad del juego. Sin duda un acierto por parte de los desarrolladores porque además consiguen que este viaje plagado de decisiones trascendentes y existenciales resulte lo suficientemente ameno y divertido como para que realmente merezca la pena… a pesar de lo extremadamente corto que se nos hace el juego y la patente falta de medios que evidencia.
Si bien es cierto que las secciones en las que tenemos que usar la sonda para desentrañar los recuerdos de los personajes, con una especie de minijuego donde tenemos que ir averiguando las palabras clave que nos abren nuevos recuerdos, es interesante y aporta un soplo de aire fresco al título, si que creo que al resto del juego hubiera venido bien un acercamiento más clásico a las aventuras point & click, una mayor duración y en general, una mayor profundidad en el desarrollo del juego, que no en la profundidad de sus ideas.
El juego está bien, es interesante, hace gala de un maravilloso pixel art, tiene una buena banda sonora, plantea decisiones importantes y hasta tiene un título, Don’t Forget Me ( No me olvides ), magnífico… pero es inevitable sentir que más bien parece que estemos ante el prólogo de una obra mayor, un capítulo incompleto de una saga o simplemente ante una obra inacabada.
Cierto es que el juego es muy rejugable e incluso es muy interesante poder hacerlo, pero la sensación de que nos están escamoteando información sobre la la historia y los personajes está ahí, bien presente y reconocible. O quizás sea la imposibilidad de poder interactuar más con el entorno, resolver algún acertijo complejo… o en definitiva, jugar a lo que podría haber sido una gran aventura gráfica clásica, con más desarrollo, más duración y por favor, un doblaje que se nos antoja totalmente indispensable a esta altura del partido.
Sinceramente el juego te deja un poco con la sensación de oportunidad perdida. Porque el talento está presente en el juego, eso es innegable, así como la honesta intención de presentar algo diferente al jugador, algo que le haga cuestionarse las cosas y hacerse preguntas sobre uno mismo y lo acertado o no de sus decisiones morales. Todo eso, y más, está presente… pero por lo ya mencionado, no es suficiente y la experiencia no termina de cuajar del todo. Juego recomendable, pero con algunas reservas, a todo tipo de aventureros. Especialmente para aquellos con ganas de probar planteamientos nuevos y que no tengan reparos en sentirse moralmente cuestionados.
Hemos realizado este análisis en PC con un código proporcionado por PlayerTwo.