Análisis: Kirby Air Riders

Kirby Air Riders supone el regreso de una propuesta que, más de dos décadas después, se convierte en saga. Kirby Air Ride llegó a Nintendo GameCube en 2003 y, ahora, Nintendo Switch 2 recoge el testigo.

En ErrekGamer ya le hemos dedicado un buen puñado de horas y podemos afirmar que estamos ante un título que recoge la esencia que siempre ha caracterizado las obras de Masahiro Sakurai, es decir, creatividad, experimentación y esa combinación perfecta entre accesibilidad y profundidad jugable.

Si queréis descubrir qué nos ha parecido, tan solo tenéis que seguir leyendo nuestro análisis. Antes, eso sí, podéis disfrutar con el tráiler de lanzamiento de Kirby Air Riders.

Cuando la accesibilidad no está reñida con la profundidad

En Kirby Air Riders la accesibilidad no está reñida con la profundidad. Su control está simplificado al máximo: el stick analógico izquierdo permite dirigir la nave, mientras que el derecho se encarga de ajustar la cámara. A esto se suma un único botón para realizar prácticamente todas las acciones principales, tomar impulso, derrapar, frenar, absorber enemigos, copiar habilidades, etc., y con otro se activa la habilidad especial cuando está cargada.

Y sí, habéis leído bien, no existe un botón de aceleración tradicional. Las naves aceleran de forma automática, una decisión que no solo hace el juego más accesible para cualquier tipo de jugador, sino que también suaviza la curva de aprendizaje inicial sin que eso signifique renunciar a una profundidad jugable mucho mayor de lo que Kirby Air Riders parece mostrar en sus primeras partidas.

Basta pasarse por la Escuela de Pilotos, el modo que funciona como tutorial, y completar sus diferentes pruebas para comprobar que, en realidad, no todo es tan simple como parece. Es cierto que muchas de las lecciones resultan excesivamente básicas, casi introductorias a los videojuegos, pero otras, como las dedicadas a las Técnicas Pro, permiten comenzar a atisbar la verdadera profundidad del sistema jugable.

Esa sensación se confirma cuando el juego nos presenta siete tipos de naves, cada una con sus habilidades propias y, sobre todo, con un manejo totalmente diferenciado. A ello se suman cuatro categorías de habilidades de copia, de proximidad, tipo proyectil, tipo carga y tipo especial, que amplían todavía más las posibilidades estratégicas y la variedad de situaciones que se producen durante las pruebas.

La utilización del término «pruebas» en lugar de carreras tiene una razón de ser: en Kirby Air Riders las pruebas no se límitan únicamente a competir por llegar primero a la meta. El juego propone diferentes tipos de desafíos, cada uno con sus propias reglas y objetivos, y en todos ellos la acción tiene un papel fundamental. De este modo, el título ofrece una mayor variedad en sus distintos modos de juego.

En definitiva, Kirby Air Riders puede transmitir en sus primeras partidas una sensación de caos, repleto de colores y efectos en el que cuesta entender qué ocurre en la pantalla. No obstante, a medida que el jugador mejora su técnica y comienza a conectar tanto con las diferentes naves como con su propuesta jugable, la experiencia resulta tremendamente satisfactoria.

Esto no implica que, incluso después de decenas de horas, sea sencillo controlar al cien por cien todas las variables que intervienen durante las pruebas, pero sí que se percibe una mejoría tras cada partida. De hecho, incluso tras acumular una buena cantidad de horas, siempre queda la sensación de poder descubrir un atajo, una técnica o nuevo método para optimizar nuestro rendimiento.

Opciones y modos de juego para todos los gustos

Uno de los aspectos más destacados de Kirby Air Riders es su amplia variedad de modos de juego, diseñados para contentar a todo tipo de jugadores, ya sea en solitario, en multijugador local o en línea. Eso sí, conviene señalar que el matchmaking en las partidas online aún tiene margen de mejora, dado que entre partida y partida podemos llegar a esperar varias decenas de segundos y, en un título donde las pruebas suelen ser más bien breves, estos tiempos de espera pueden cortar un poco el ritmo.

Desde el primer momento, el menú principal deja clara esta apuesta por la diversidad de contenido con un diseño visual atractivo y accesible que nos presenta las distintas opciones del juego.

Escuela de pilotos

Ya mencionada anteriormente, es el modo tutorial del juego y enseña tanto conceptos básicos como otros más avanzados.

Air Ride

El modo perfecto para quienes buscan competir en carreras clásicas, donde el objetivo principal es cruzar la meta lo más rápido posible. Dentro de Air Ride encontramos:

• Carrera: elegimos circuito, reglas, personaje y nave antes de lanzarnos a la competir.
• Contrarreloj: el clásico modo en el que competimos contra el cronómetro. Resulta llamativo que no exista una tabla de líderes global o de amigos en la que comparar tiempos con otros jugadores.
• Libre: pensado para experimentar y mejorar sin presión, podemos dar todas las vueltas que queramos hasta marcarnos la vuelta perfecta.
• Partidas en línea: opción para disputar carreras clasificatorias, por diversión o entrar al aeródromo para crear salas privadas con amigos.

A vista de pájaro

A vista de pájaro es un modo tremendamente adictivo en el que la cámara se sitúa en cenital. Aquí no existen habilidades especiales, por lo que todo se reduce a la palanca de dirección y un único botón. Incluye los mismos tipos de prueba que Air Ride (carrera, contrarreloj, libre y online). No os dejéis engañar por su aparente simplicidad, aunque podría parecer un añadido menor o de relleno, termina convirtiéndose en una propuesta muy disfrutable y adictiva.

Pruebas Urbanas

Dieciséis pilotos comparten escenario con el objetivo de mejorar su nave y superar distintos desafíos.

Tras cinco minutos en los que debemos tratar de potenciar al máximo nuestro vehículo, hasta el punto de que llega un momento en el que puede resultar difícil de controlar, podemos seleccionar una prueba final en la que competiremos contra otros tres jugadores. Es decir, no hay un único ganador, sino varios, lo que refuerza la idea de que en Kirby Air Riders la diversión prima sobre la competición.

Pruebas Urbanas está disponible tanto en solitario como en multijugador. Un último aviso, ¡cuidado, que este modo engancha y mucho!

Escapada

El modo historia de este Kirby Air Riders. este modo coquetea con el género roguelite. Debemos potenciar nuestra nave superando pruebas y escogiendo entre distintas rutas, normalmente con tres opciones cada vez. Cada partida de Escapada puede durar alrededor de tres horas, pero las ramificaciones, niveles de dificultad y variedad de desafíos hacen que la rejugabilidad aumente exponencialmente.

Eventos Temporales

El juego también cuenta con eventos por tiempo limitado. En el momento de escribir este análisis está a punto de comenzar el evento de lanzamiento «¡Todo el mundo al estadio!», donde ocho jugadores compiten en un mismo estadio por el primer puesto. Durante estos eventos, es posible acumular puntos para canjearlos por recompensas. Además, se celebran eventos diarios.

Por último, no puedo dejar de hacer referencia a sus completas opciones de accesibilidad e interfaz, que permiten modificar multitud de elementos visuales y de control para hacer el juego accesible a todo el mundo.

Nada mal, ¿verdad? Kirby Air Riders demuestra su intención de ofrecer el modo de juego ideal para cada jugador, con alto nivel de personalización en cada una de sus pruebas.

Un juego con infinidad de extras sin necesidad de DLC

¿Recordáis aquella época en la que los juegos estaban repletos de elementos extra desbloqueables sin necesidad de pasar por cada adquiriendo DLC? Pues esa es exactamente la propuesta de Kirby Air Riders.

Por un lado, hay personajes y circuitos que se desbloquean simplemente jugando, lo cual siempre supone un incentivo. Por otro, el juego incluye cinco tarjetas de desafíos, cada una asociada a un modo distinto: Air Ride, A vista de Pájaro, Pruebas Urbanas, Escapada y En Línea.

Cada tarjeta oculta una imagen tras 150 casillas. ¿Cómo se desvelan? Exactamente, jugando y superando diferentes objetivos en cada modo. Cada vez que descubrimos una casilla, además de recibir un extra desbloqueable, podemos consultar qué requisitos permiten revelar las casillas adyacentes. Y, con solo pulsar el botón +, accedemos directamente a intentar el desafío correspondiente.

Si sois completistas, estos desafíos os mantendrán ocupados durante horas. Tratar de cumplir cada condición es tremendamente adictivo.

Su ingente cantidad de coleccionables refuerza la sensación de estar de un juego hecho con cariño, alejado de esa sensación, tan común hoy en día, de recortar contenido para venderlo más adelante como DLC.

A esto se suman el hangar, las gominolas, la fonóteca y la tienda de millas, donde podemos gastar la moneda obtenida durante las partidas. Y por si fuera poco, entre los desbloqueables encontramos una enorme variedad de diseños y accesorios para las naves, que podemos personalizar al detalle e incluso exhibir para que otros jugadores puedan comprarlos con puntos milla. Eso sí, no os penséis que estas monedas acabarán vuestro bolsillo… aunque siempre resulta satisfactorio observar cómo el valor de nuestros diseños se revaloriza automáticamente cuando se vuelven populares.

Apartado artístico de Kirby Air Riders

El apartado visual de Kirby Air Riders es realmente sólido. Durante las diferente pruebas se muestran multitud de efectos en pantalla, manteniendo una tasa de fotogramas por segundo estable, incluso cuando el caos se apodera de la situación. El estilo artístico es coherente con lo que cabe esperar de un título protagonizado por Kirby, colorido y con un encanto visual característico de este personaje.

Tanto los personajes como los circuitos muestran un nivel notable y una buena calidad de texturas. Eso sí, se aprecia cierta diferencia entre los circuitos diseñados para esta entrega y aquellos recuperados y remasterizados de la anterior. Aun así, en conjunto el resultado global es muy satisfactorio y contribuyen a que estemos ante un título muy agradable de ver.

El apartado sonoro de Kirby Air Riders tiene claroscuros. Por un lado, la calidad de la banda sonora está a un nivel alto, con temas que apetece escuchar una y otra vez. Asimismo, los efectos de sonido encajan perfectamente con la propuesta jugable y lo mostrado en pantalla. Sin embargo, el doblaje al español presenta un nivel muy por debajo del resto de apartados, algo poco habitual en los títulos de Nintendo. Tanto es así que personalmente, acabé optando por cambiar el idioma, ya que en las escenas del modo Escapada me rompía por completo la inmersión.

Conclusión

Kirby Air Riders es un título especial que va mucho más allá de un juego de carreras. Ya que estas son solo un elemento más dentro de un título repleto de propuestas jugables.

Si conectáis con su propuesta, disfrutaréis de una experiencia repleta de contenido y desbloqueables, algo cada vez menos habitual en una época en la que multitud de títulos dan la sensación de llegar recortados. Kirby Air Riders logra retrotraernos a aquellos tiempos en los que los extras se desbloqueaban jugando, sin más.

Este análisis se ha realizado con una clave para Nintendo Switch 2 proporcionada por Nintendo España.