Parece increíble que, en pleno 2024, aun nos veamos obligados a reivindicar el poder terapéutico de los videojuegos, ya que a día de hoy, son todavía muchas las voces que intentan hacer creer al público lego que nuestro amado medio no sólo es una pérdida de tiempo, sino también algo peligroso y dañino de lo que huir como de la peste.
Precisamente por eso, hoy quería aportar mi granito de arena y hablar sobre cómo Stardew Valley, el maravilloso videojuego Indie desarrollado por Eric «ConcernedApe» Barone, me ayudó en una etapa muy oscura de mi vida, evitando que cayese en un pozo de depresión aún más profundo del que ya me encontraba.
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stardew valley: mi llegada a pueblo pelícano
Corría septiembre del año 2021, aún nos encontrábamos en plena post pandemia, y a principios de ese mismo mes, sin comerlo ni beberlo, debido a ciertas discrepancias con mi jefe de aquel entonces, me encontré de patitas en la calle sin esperarlo en lo más mínimo.
Este tremendo palo, unido a la tensa situación económica y social que se vivía a nivel general por aquel entonces (sin contar una serie de problemas familiares que llevaba arrastrando desde hace tiempo), hicieron que el trastorno de ansiedad que llevaba padeciendo cerca de un año se me agravase mucho más, llegando a rozar un caso agudo de depresión.
Todo esto hizo que, entre otras cosas, de forma casi instintiva me refugiase en lo videojuegos, y más concretamente, en uno de los títulos Indies más importantes de la última década: Stardew Valley.
No voy a empezar a enumerar todas las características técnicas ni a desgranar todas las bondades que nos ofrece el inmenso mundo creado por ConcernedApe, ya que para eso tenéis una serie de artículos maravillosos dentro de la web. No; pretendo contar mi propia experiencia con este juego tan increíble, y por qué pienso que Stardew Valley es mucho más que un «simple» juego de granjas.
Como ya he comentado, toda la situación que estaba pasando me hizo caer de cabeza en este juego, y casi sin darme cuenta, en el transcurso de 3 meses (que, felizmente, fue el tiempo que estuve en el paro y no más) le había metido más de 200 horas a este título de apariencia inofensiva.
¿Y cuáles son los motivos o las características que me hicieron «perderme» en Pueblo Pelícano, enamorarme de su entorno y sentirme uno más de sus habitantes? Bueno, aquí van 3 de esos motivos:
La personalización en stardew valley:
En Stardew Valley, las opciones de personalización de nuestro propio avatar son inmensas, pudiendo recrear casi a cualquier persona que nos imaginemos, y os aseguro que no me costó mucho recrear un avatar que se pareciera notablemente a mí. Ello hizo que, desde el principio, me resultase mucho más fácil sumergirme en la propuesta del juego, consiguiendo que todos esos pensamientos intrusivos desaparecieran durante el transcurso de cada partida.
la música en stardew valley:
La música en los videojuegos siempre ha tenido, al menos para mí, una importancia capital. En Stardew Valley la composición y elección de la música (a cargo del propio ConcernedApe) es sublime, consiguiendo que nos sumerjamos aún más en el maravilloso universo que se nos plantea. Por no hablar de que dicha dicha música está compuesta a base de melodías y armonías con una clara intencionalidad relajante, lo cual está demostrado que ayuda a bajar las pulsaciones y a reducir la presión arterial, haciendo que el nivel de ansiedad disminuya muchísimo. Os aseguro que me podía tirar horas sin hacer nada en especial dentro del juego, con tal de tener esa increíble banda sonora de fondo.
crea tu segunda vida en stardew valley:
Está claro que el punto fuerte en este tipo de juegos, es que te permiten montarte una existencia paralela, totalmente bucólica, idílica y muchas veces opuesta al ajetreo del día a día en el que nos vemos sometidos todos. Y sin lugar a dudas, esto fue lo que más me atrapó de Stardew Valley. En Pueblo Pelícano, Jorge podía ser quien quisiera, mantener la relación de pareja ideal con la persona que quisiera, trabajar en una granja de ensueño, vivir aventuras sin consecuencias negativas, mantenerse totalmente ajeno a todos esos tormentos que le aquejaban en su día a día… En resumen, en Stardew Valley podía sentirme totalmente libre durante unas horas al día, y aunque sabía perfectamente que esto no es «más que un juego», durante esas más de 200 horas pude mantenerme a flote y no caer en un pozo más oscuro de depresión.
mi conclusión sobre stardew valley:
No puedo afirmar que Stardew Valley me curase la ansiedad y el principio de depresión que sufría durante aquel periodo, porque sería faltar a la verdad. Pero sí que supuso para mí un salvavidas imprescindible, el cual me mantuvo a flote durante esos momentos tan oscuros y evitó que me hundiera todavía más. Huelga decir que, para salir de un caso como el mío, resulta esencial pedir ayuda profesional, así como apoyarse en las personas que nos quieren, pero los videojuegos contribuyen de manera notable a la recuperación de la salud mental, algo que está más que probado científicamente.
Como decía al principio del artículo, me parece increíble que en pleno 2024 tengamos que seguir reivindicando con tanta vehemencia la labor terapéutica que los videojuegos pueden ejercer sobre todos nosotros, pero si el hecho de exponer experiencias como la mía pueden ayudar a visibilizar esta virtud del medio, aunque sea en un grado ínfimo, yo ya me puedo dar por satisfecho.
Y vosotros:
¿Cuál es ese videojuego que os ha acompañado en vuestros momentos difíciles, y al que siempre volvéis en busca de confort?