Análisis: Noreya – The Gold Project

Si echamos la vista atrás, no es muy difícil darnos cuenta que el género Metroidvania está en auge, ya que casi todos los meses salen varios videojuegos enfocados en estas mecánicas. El problema no es que salgan muchos juegos del mismo estilo, sino que para poder llamar la atención tienes que destacar de alguna manera, y en el caso de Noreya: The Gold Project, lo hace, pero con muy pequeñas pinceladas que finalmente provoca que quieras dejar este juego un poco apartado. Y no lo digo a malas, porque debo de confesar que es un juego con una estética peculiar, unas mecánicas muy aconsejables para aquellos que estén empezando en los Metroidvania y con una historia curiosa.

Desarrollado por y publicado por, Noreya: The Gold Project es un juego independiente de los que crees que no van a ser complicado, pero al final algunas pantallas te hacen pasarlo muy mal. Tiene unas ideas ambiciosas, pero es cierto que a veces se aleja un poco del género Metroidvania, para centrarse mucho más en el aspecto plataforma/RPG con combates un poco aburridos. Esto último puede que no la acompañe para algo bueno, pero Noreya puede atraparte si tú quieres. Solo intenta deja que lo intente.

Noreya

Análisis Noreya – The Gold Project

Adiós luz. Hola oscuridad

Al comienzo de Noreya, verás que tu personaje y protagonista, Kali, está siendo atacado por criaturas oscuras. Esto se debe a que Salluse, el Dios de la Avaricia, toma el poder sobre la ciudad de Lemia después de encarcelar a la Diosa de la Luz. Por culpa de este suceso, vas a ver que los enemigos, incluso tu propio personaje, es una silueta oscura corrompida por esta maldición. Tu objetivo será que todo esto llegue a su fin y poder volver a la normalidad con la que estabais antes, para eso debes de explorar la Ciudad de Oro y su catedral, enfrentarte a diferentes criaturas de sombra y oro.

La historia de Noreya como tal es interesante, pero no indaga ni tampoco hace un reflejo continuo de lo que juegas para que sientas si vas por el buen camino en tu desarrollo con respecto al del juego. Es algo contradictorio en ocasiones estar jugando y desarrollar tu personaje, pero no ves una evolución dentro de la historia como tal. Incluso avanzado el juego, notas que todo está más focalizado en el árbol de habilidades y en la plataforma. No es un punto negativo ni mucho menos, pero es lo que comentaba al principio que se aleja un poco de centrarse completamente en un Metroidvania, ya que prevalece más otras actitudes del juego.

Fundamental conseguir experiencia

Todo el juego se resume en hacer ofrendas a los dioses, por lo que trata de la lealtad, al igual que cuando eliges una hermandad en Dark Souls para que te ayuden posteriormente. Te explico. En todo el mundo de Noreya hay dioses a los que puedes hacer ofrendas. Las habilidades se pueden elegir dependiendo de tu nivel de devoción hacía ese dios (es la barra que aparece en la parte posterior). Cuando ganas puntos de experiencia puedes gastarlos libremente en el árbol Pasivo. Es decir, si hay tres dioses puedes elegir habilidades de todos ellos, pero para tener las más poderosas es aconsejable e idóneo solo centrarte en uno.

Al fin y al cabo, la elección de las habilidades dependen de tus preferencias. Es cierto, que el tema de los dioses es un tanto rebuscado, por eso os comentaba al principio del análisis que el juego está mucho más centrado en el tema del RPG y mejora del personaje, pero tampoco le veo el atractivo. Es cierto que la evolución del personaje sí me gusta con respecto a conseguir habilidades clásicas, como doble salto o trepar por las paredes. Sin embargo, a parte de esto las habilidades como usar las estatuas para viajes rápido o hacer una embestida a un enemigo, son con el árbol de habilidades. Lo que hace que tengas que progresar bastante.

Enemigos y combates aburridos

¿Por que digo que es aburrido conseguir puntos de habilidad? A ver, Noreya no deja de centrarse en un juego de plataformas donde tienes que enfrentarte a diferentes enemigos repartidos por el área donde te encuentras y contra jefes. Y un punto negativo que tiene son los enemigos y, junto a ellos, los combates aburridos. Los biomas y las zonas sí cambian, pero los enemigos son todo el rato los mismo y la mayoría de veces termina por salir más a cuenta salir corriendo que enfrentarte a un grupo de siluetas negras que no van a parar hasta acabar contigo. Y sí, puedes defenderte, pero dicha habilidad la consigues muy avanzado el juego.

El patrón de los enemigos varía en función a su vida, por lo que en muchas ocasiones te sentirás que estás indefenso y que no sabes muy bien cuando golpearán. Los jefes no son diferentes, pero sí que aumenta la dificultad del juego, lo que hace que sea bastante desafiante en esos pequeños momentos y bastante intenso. Eso sí, hay un concepto de diseño que me ha gustado y ha sido al morir.

Cuando mueres, puedes comenzar o bien desde el principio de la pantalla donde te encuentras con la misma cantidad de vida que ingresaste antes de morir, o resucitar en la última estatua que rezaste curándote completamente. Si te soy sincera, es mucho mejor resucitar en la zona, y no solo por la comodidad, sino también porque hay una distancia muy larga entre las estatuas, y se necesita mucho tiempo para avanzar en este enorme mapa sin activar el viaje rápido. Y eso si le sumas lo complicado que es en ocasiones leer el mapa, a veces no está muy claro a dónde hay que ir.

Su pixel art destaca bastante

Si Noreya brilla es en su pixel art, lo que hace que sea un juego bastante expresivo, y llega a transmitirte esa frialdad y maldad que vive el mundo entero por culpa de no tener luz. Puede que no sea el mejor pixel que veas, pero está muy bien hecho, lo que sorprende viniendo de un equipo pequeño. La dirección artística es sólida y tiene una calidad muy buena. Eso hace que desde el primer momento quieras jugar a Noreya, aunque es cierto que se ha echado en falta un diseño más eficaz y detallado de los enemigos, al igual que se puede apreciar del entorno.

Conclusiones NOREYA

En conclusión, Noreya: The Gold Project es un juego al que tenía una expectativas diferentes a las que me he encontrado, al menos por sus elecciones a la hora de hacer los combates o el diseño del Metroidvania. Lo que más me sorprende es que estuvo en acceso anticipado, pero aún así necesita estar más refinado y filtrar un poco más las necesidades de abarcar tanto, ofreciendo una experiencia un poco escasa. La experiencia de juego es buena, la plataforma también, pero tanto los enemigos como los combates son muy aburridos. Eso sin mencionar el árbol de habilidades que se le da demasiada importancia, lo que a veces se echan de menos mecánicas clásicas.

No todo es negativo, ni mucho menos. Noreya: The Gold Project tiene muchas ideas encima de la mesa con algunos conceptos más desarrollador que otros, pero la sensación que ofrece no es del todo satisfactoria. El resultado merece la pena, siempre y cuando te centres en el punto RPG y en su estética pixel art.

Este análisis se ha realizado en PC con una clave proporcionada por JFGames Press

Noreya: The Gold Project

✅ Lo Bueno:
• Poder elegir donde resucitar
• Atribuir habilidades y poder elegir entre varias
• Su pixel art
• Si te gustan los mapas grandes es genial, pero...
❌ Lo Malo:
• A veces cuesta leerlo
• Los enemigos y combates son aburridos
• No se centra en Metroidvania, sino más en plataforma
• Mucha distancia entre estatuas

Sistema operativo: PC

Puntuación del editor:
6.8

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