Tres años después del lanzamiento de Valhalla, la saga Assassin’s Creed está de vuelta con Assassin’s Creed Mirage. Tras las críticas de prensa y usuarios por la excesiva duración de los dos últimos juegos de la franquicia y la más que evidente pérdida de identidad que estaba sufriendo el buque insignia de Ubisoft, el pasado año se tomó la decisión de reorientar el rumbo y enfocar el título que hoy nos ocupa con un planteamiento de menor escala y volviendo sobre las raíces de los primeros juegos que alumbraron Patrice Désilets y su equipo hace ya más de 15 años.
A cargo de este juego se estrena como estudio principal Ubisoft Burdeos, una división joven dentro del gigante galo del videojuego, pero con mucha ambición. Su bagaje hasta el momento era haber sido estudio de apoyo en Ghost Recon: Breakpoint y en el propio AC Valhalla. ¿Consigue Assassin’s Creed Mirage reconciliar a los fans más puristas con la saga? En ErreKGamer ya lo hemos jugado al cien por cien y os lo contamos en este análisis.
Contenido
- 1 Bagdad, Basim y los Asesinos
- 2 En Assassin’s Creed Mirage el sigilo gana peso y algo de variedad
- 3 Más parkour, pero no mejor: Assassin’s Creed Mirage decepciona en esta faceta
- 4 La vuelta al combate reactivo no ha sido todo lo satisfactoria que se esperaba en Assassin’s Creed Mirage
- 5 Assassin’s Creed Mirage lo entrega todo al uso de herramientas
- 6 Assassin’s Creed Mirage: varios distritos y actividades estilo sandbox
- 7 Assassin’s Creed Mirage se queda corto en gráficos y rendimiento
- 8 ¿Cuánto dura Assassin’s Creed Mirage?
- 9 Conclusiones
Bagdad, Basim y los Asesinos
Una de las cosas que se constatan desde el comienzo de la aventura es que, a pesar de ese retorno a las raíces que es este Assassin´s Creed Mirage, desde Ubisoft parecen no haber encontrado la fórmula para retomar la trama del presente que tanto lució en la etapa en la que Desmond Miles era el protagonista.
Tan solo unos pocos restos de Animus, más en forma de homenaje que con peso real en la trama, es todo lo que hay del presente en Assassin’s Creed Mirage. Siendo el juego de toda la saga en el que menos presencia encuentra esta faceta. Esto es algo que me hubiera gustado ver, porque lo cierto es que todo lo relacionado con Basim está más focalizado en volver a contar el rito iniciático de los Asesinos (Los Ocultos en este período de la Historia), que en dar respuestas a las preguntas que surgieron con el rompedor final de Assassin’s Creed Valhalla.
La oportunidad de conectar para proseguir se pierde en mitad de mucho eslogan de sobra conocido y filosofía barata que parece sacada de un libro de autoayuda. A pesar de la enorme personalidad del protagonista, sus conflictos internos y su evolución durante la aventura creo que el fan de toda la vida merecía algo más en este aspecto.
Puede que ese mal sabor de boca lo endulce el hecho de recuperar un protagonista un tanto perdido en los enormes mapas de la última trilogía: la ciudad y el entorno. Con Bagdad volvemos a viajar en el tiempo y el espacio para deleitarnos por sus calles rebosantes de vida y actividad, fascinarnos con sus espectaculares localizaciones y crecer un poco más allá que como videojugadores gracias al renovado protagonismo de las notas históricas.
Una de las razones por las que Assassin’s Creed me gustó siempre tanto fue el hecho de que no solo se trataba de un videojuego de acción y sigilo en el que cumplir misiones. Hasta cierto punto siempre tuvo una faceta divulgativa que te empujaba más allá del juego para conocer los detalles de la ciudad visitada.
Este efecto en mapeados tan grandes como los de los tres últimos juegos se diluyó mucho. Como quien trata de conocer toda Francia en una semana, seguramente llegue a mejores conclusiones si en ese tiempo solo visita París. Pues esto es lo que ocurre con Assassin’s Creed Mirage.
No obstante, volvemos a encontrarnos con que los Asesinos y Templarios como tal no tienen presencia en el juego. Se opta de nuevo por usar la nomenclatura de Los Ocultos y La Orden. El marco histórico sirve de pretexto para que sea así, pero empiezo a pensar que, dentro del nuevo orden mundial de pensamiento, los antiguos términos son temidos por parte de Ubisoft y es esa la auténtica razón de no usarlos de nuevo.
Con todo, tenemos un apartado narrativo con luces y sombras, del que precisamente me gustaría en el futuro ver un mejor trabajo, especialmente a la hora de contextualizar de manera más clara y directamente en cinemáticas o conversaciones ‘in game’ el momento y contexto histórico del juego. He tenido la sensación de que si no hubiera explorado todas las notas y objetos no hubiera llegado a comprender todo lo que tenía que ver con el momento del Califato abásida y sus conflictos internos.
En Assassin’s Creed Mirage el sigilo gana peso y algo de variedad
En cuanto al apartado jugable Assassin’s Creed Mirage respeta las bases de la saga: sigilo, parkour y combate. La vuelta a un entorno más clásico y de menor escala beneficia al sigilo que gana en protagonismo en esta entrega. No obstante, la inteligencia artificial enemiga deja mucho que desear en demasiados momentos.
Además, contamos con una nueva habilidad llamada Concentración de los Asesinos que te permite parar el tiempo y activar una suerte de ‘Dead Eye’ en el que marcar a tus presas y ejecutar de manera casi instantánea esos asesinatos. Lo cierto es que es muy resultón en pantalla, pero puede desequilibrar muy pronto la experiencia si, como en mi caso, te centras en hacer el juego al cien por cien en lugar de dedicarte únicamente en la campaña principal.
Esto se debe a que gracias a las actividades secundarias del juego pronto obtendrás suficientes puntos de habilidad para mejorar esa rama del árbol de habilidades. No obstante, y aunque pueda estar un poco desbalanceada, es una habilidad que me ha convencido en muchos momentos y que los que tenemos ya muchas horas de ‘AC’ a nuestras espaldas podemos llegar a agradecer como atajo para un camino que ya no es tan placentero como lo era antes de recorrer.
Dentro del sigilo volvemos a contar con multitud de lugares para ocultarnos como pajares, cabinas o usar la hierba alta, por lo que darle esquinazo a nuestros perseguidores no será algo demasiado complicado. En este sentido contamos con tres niveles de notoriedad al más puro estilo de un Assassin’s Creed clásico y como ocurría en su segunda aparte o en La Hermandad tendremos que despegar carteles de las paredes para rebajar el nivel de notoriedad o sobornar a los pregoneros para bajarla a cero directamente.
Precisamente, algo que vuelve desde estos juegos clásicos es poder escondernos entre la turba o pagar a músicos, mercaderes o mercenarios para que nos ayuden a infiltrarnos distrayendo a los guardias, sembrando el caos u ocultarnos entre ellos. Para ello no usaremos monedas al uso, sino que se ha creado un sistema de emblemas.
Cada facción acepta un tipo de emblema en concreto y estos tienen otros usos como bajar el precio en las tiendas o como moneda de cambio en forma de sobornos dentro de las misiones de la investigación principal. Me despierta cierta curiosidad saber hasta qué punto esto puede ser una limitación dentro del progreso en el caso de centrarnos solo en la campaña del juego.
Precisamente, dentro de estas misiones, me ha gustado encontrarme con algunos sistemas de infiltración menos dirigidos. Muy al estilo de Hitman tendremos que recorrer libremente algunos escenarios en busca de oportunidades con las que llegar a la víctima principal de nuestra misión. Disfrazarnos, espiar conversaciones o aprovechar el caos son circunstancias que le dan un toque fresco a Assassin’s Creed Mirage.
Espero que en el futuro se siga explotando esta vertiente, ya que muchas de las cosas que ocurren en estas secciones son de una lógica aplastante y que muchos jugadores por el momento nos andábamos preguntando por qué no se incluían en saga, puede que por miedo a las acusaciones de plagio o a la falta de originalidad. No obstante, le vienen como anillo al dedo.
Además, el apartado de planificación y estrategia sigue presente gracias al halcón que nos acompaña desde el principio del juego y que fuera de marcar enemigos, localizar objetivos o darnos una perspectiva cenital del lugar en el que nos encontramos no tiene mayores implicaciones en lo jugable. Eso sí, habrá que prestar atención a los tiradores que hay en los distritos más avanzados del juego a los que habrá que eliminar para poder usarlo completamente.
Más parkour, pero no mejor: Assassin’s Creed Mirage decepciona en esta faceta
En lo referente al parkour se recuperan las viejas sensaciones de escalar auténticas atalayas. Ya sean enormes cúpulas palaciegas o minaretes repartidos a lo largo y ancho de la ciudad. No obstante, el sistema de escalado sigue estando muy automatizado, esperaba recuperar en Mirage las sensaciones del pasado de tener que encontrar el camino adecuado para llegar a la cima, pero parece que voy a tener que seguir esperando.
El personaje sigue siendo extremadamente ‘pegajoso’. Algo que me viene resultando molesto en la saga desde siempre. No entiendo porque no se ha solucionado esto tras tanto tiempo. A veces, este sistema de detección y adherencia a la superficies en los espacios más cortos se acaban traduciendo en descontrol total.
En Assassin’s Creed Mirage se han incluido algunas mecánicas novedosas como el uso de las pértigas en espacios elevados, pero lo cierto es que su uso queda muy condicionado al estilo de juego de cada usuario. Además, el uso ‘inteligente’ del modo concentración de asesino, puede teletransportarnos a lugares relativamente altos al usarlo para ejecutar asesinatos.
La vuelta al combate reactivo no ha sido todo lo satisfactoria que se esperaba en Assassin’s Creed Mirage
Si bien ya os he hablado de cómo se encuentra Assassin’s Creed Mirage tanto su vertiente de sigilo como en el parkour, falta por repasar el apartado que mayor peso ha tenido en los últimos tres juegos: el combate. Un apartado que esta entrega ha tratado de hibridar con una mezcla entre el sistema más inspirado en los soulslike de la última trilogía y el método reactivo más propio de los orígenes de la saga.
Lamentablemente el resultado ha sido muy decepcionante. Cierto es que el sistema de bloqueos y esquivas en el que se basa funciona, pero es que no hay nada más de profundidad dentro del cuerpo a cuerpo. El sistema de golpeo es tan simple como usar el mismo gatillo con una pulsación o de manera sostenida, no hay más.
Cierto es que este Assassin’s Creed Mirage es una vuelta a los orígenes, pero retomar la idea de hace diez años atrás no implica retroceder diez años en las tendencias jugables más básicas. Más aún cuándo lo más salvable de la anterior trilogía fue el enorme progreso que se hizo en el apartado de combate.
A esto tampoco ayuda la escasa variedad de enemigos, que apenas cuentan con un par de debilidades específicas que nos fuercen a ir un poco más allá. El título justifica esta falta de profundidad en que Basim es aún un iniciado y, por lo tanto, su destreza en combate no es tan refinada como la de otros protagonistas de la saga.
En cualquier caso, lo que sí parece más trabajado es el sistema de animaciones de ejecución que se activan durante los combates, las cuales son suficientemente variadas como para no aburrir y acaban suponiendo algunos de los momentos más potentes en pantalla.
Assassin’s Creed Mirage lo entrega todo al uso de herramientas
Precisamente, esta falta de atractivo en el sistema de combate cuerpo a cuerpo ha acabado por atraerme mucho más al uso de las herramientas de asesino como las minas, bombas de humo, dardos somníferos, cuchillos arrojadizos, petardos, antorchas o a aprovechar el entorno a mi favor durante los combates.
Andamios, grúas o ánforas incendiarias son un aliado al que recurrir con ciertas circunstancias, pero el margen de mejora de las herramientas anteriormente citadas las acaba convirtiendo en armas mortíferas con las que sacar mucha ventaja a los enemigos y desembarazarse de los repetitivos combates cuerpo a cuerpo que ofrece el juego.
Realmente, si tenemos en cuenta que los tres árboles de habilidades que ofrece el apartado más RPG de Assassin’s Creed Mirage cuenta con muy poca profundidad, ya que básicamente consisten en un par de habilidades que aumentan su número de usos, distancia o potencia con cada subida, es en las herramientas en las que está el auténtico progreso de Basim durante el juego.
Lo que tiene que ver con el equipamiento, ropajes y armas ha seguido muy en la buena línea que marcó Valhalla, evitar un drop innecesario que nos tenga cambiando cada dos por tres de utensilios. En Assassin’s Creed Mirage la idea fundamental es que cada ropaje, espada o daga mejore una faceta concreta como, por ejemplo, el ruido que hacemos o la cantidad de daño que recuperamos por golpe.
El progreso en este apartado se centra en un sistema de mejoras basado en encontrar diagramas que nos den acceso al siguiente nivel que funciona realmente bien. Esto se debe a que tanto los elementos de fabricación como muchos de estos diagramas se encuentran ocultos en cofres de equipo que nos obligarán a superar algunos puzles integrados en los escenarios como desatrancar puertas, encontrar la llave oculta o desplazar estanterías para llegar a nuestro objetivo.
Assassin’s Creed Mirage: varios distritos y actividades estilo sandbox
Además de estos cofres de equipo, la ciudad de Bagdad esconde un buen montón de actividades que completar fuera de la investigación principal. Tenemos también misiones de robo, ya sea de objetos más comunes o de unas misteriosas esquirlas que ofrecen una suculenta recompensa. El robo en el juego se ha estructurado en un sencillo QTE en el que pulsar el botón en el momento que dos rombos en pantalla se alinean.
Ciertamente es sencillo, pero entretenido, ya que no todos los robos serán igual de fáciles y, en caso de que nos pillen, acabaremos huyendo de los guardas o enfrentándonos a la víctima en un conflicto abierto. También contamos con las Historias de Bagdad, nada del otro mundo a nivel narrativo, pero más enfocadas a usar el modo detective al estilo de lo visto en juegos como The Witcher 3.
Encontrar una serie de libros especiales y resolver distintos enigmas en forma de adivinanzas, poesías o mapas del tesoro que, en la mayoría de los casos, nos llevarán a obtener nuevas tinturas para nuestros trajes son otros añadidos. Al final, el conjunto no es enorme, pero sí lo suficientemente variado y bien diseñado para doblar la duración de la campaña principal si nos entretenemos en llevarlo a cabo.
Fuera de lo que los distritos tienen para ofrecer en forma de actividades, en las guaridas de los Asesinos, encontraremos algunos contratos que cumplir. Esto es lo más parecido una misión secundaria que tiene el juego y, aunque no pasan de ser las típicas misiones de asesinato, escolta o infiltración tan conocidas en la saga, sí que recuperan un ingrediente muy bueno de los primeros juegos que es el de cumplir con el contrato en ciertas circunstancias para obtener una recompensa adicional.
Assassin’s Creed Mirage se queda corto en gráficos y rendimiento
He jugado Mirage en su versión de PS5 en la que cuenta con un modo calidad y otro rendimiento. Si bien el modo calidad ofrece algo más de resolución, la caída de imágenes por segundo hasta 30 hace que en la comparación con el modo rendimiento a 60 no salga aventajado, ya que en cuanto a nivel gráfico no se notan tanto las diferencias entre uno y otro.
Lo cierto es que acostumbrados como nos tiene la saga a salir día uno con una enorme cantidad de bugs, se podría decir que esta entrega no tiene, en proporción, más que una mínima parte de ellos. Eso sí, alguno puede estar presente en las misiones, teniendo que dar un par de vueltas de más en ocasiones hasta esperar que el NPC de turno vuelva al lugar indicado o se active el siguiente paso de la misión. En cualquier caso, nunca han sido fatales ni me han obligado a reiniciar la partida o cargar un archivo de guardado.
Más problemas a nivel técnico se tienen en algunos momentos en los que la pantalla deja ver los ya conocidos problemas de Ubisoft con la sincronización vertical en sus juegos. Un mal endémico, que si bien no es constante durante la partida, sí está presente en algunas secciones.
A nivel gráfico estamos ante un juego que parece sacado de la generación anterior, con un nivel muy tosco en los modelados, expresiones faciales y animaciones. Da la sensación de que Ubisoft Burdeos no ha contado con el mismo presupuesto que los estudios responsables de los tres juegos anteriores de la saga.
Eso sí, en Bagdad y sus zonas aledañas no se ha descuidado ni un solo detalles para dejar algunas estampas alucinantes con las que recrearse en el modo foto que también incorpora el juego y que invita a compartir con la comunidad como ya viene siendo costumbre desde Assassin’s Creed Origins.
El juego cuenta además con un gran doblaje al castellano y con una excelente banda sonora que imprime mucho ritmo y tensión a las misiones de la línea principal. Cada una de ellas cuenta con su propia composición y destaca el buen trabajo hecho en el calibrado de las distintas pistas que presenta el juego.
¿Cuánto dura Assassin’s Creed Mirage?
En cuanto a duración, Assassin’s Creed Mirage se puede completar en unas 12 horas si nos centramos únicamente en la línea de investigación principal. Este tiempo se estira hasta las 20 horas para completar todas las actividades de los distritos y llega hasta las 30 horas cuando tratamos de lograr el 100% del contenido del juego investigando todos y cada uno de sus secretos.
Conclusiones
En conclusión, Assassin’s Creed Mirage cumple con su cometido, el de devolver el sabor de las entregas clásicas de la saga a los fans de toda la vida. No obstante, y a pesar de contar con buenas ideas como la inclusión de objetivos variados al estilo Hitman, el progreso de herramientas y equipamiento o la inclusión de la habilidad concentración de los asesinos; Assassin’s Creed Mirage naufraga en sus tres puntos capitales en lo jugable con un sistema de sigilo que carece de sentido por la inefectividad de la IA enemigos, un sistema de parkour demasiado automatizado y un apartado de combate que por simple acaba volviéndose repetitivo a las pocas horas de juego. Se queda en el camino.
Hemos realizado este análisis con una copia física adquirida del juego en PS5