The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom es el nombre de la esperadísima secuela de Breath of the Wild que Nintendo nos obsequia tras 6 años de espera. Aquí, en Errekgamer.com nos enorgullecemos de presentar nuestro análisis de esta pequeña obra maestra.
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The Legend of Zelda, una odisea mítica
Corre el año 1986 cuando Nintendo lanza uno de sus más emblemáticos buques insignia, The Legend of Zelda que se convierte inmediatamente en un éxito en la NES. A partir de entonces, con cada entrega, Nintendo nos ofrece una maravillosa historia que se reinventa a sí misma y nos regala nuevas mecánicas con las que disfrutar del Reino de Hyrule y de sus carismáticos personajes.
Desde este primer Zelda hasta el que nos ocupa, pasando por el sublime Ocarina of Time, ha llovido mucho y esta saga nos ha dado momentazos que han quedado grabados en nuestra memoria.
The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom
Tears of the Kingdom nos invita a vivir de nuevo en el Hyrule post-Cataclismo de Breath of the Wild, mientras exploramos una misteriosa cueva repleta de energía maligna, Link y la princesa Zelda hallan la momia de un arcano mal encerrado tiempo ha en las profundidades del Castillo de Hyrule. La momia despierta de su letargo y de repente nos vemos en un colosal aprieto, el castillo comienza a levitar y Link y Zelda se separan.
Link, con su brazo herido, despierta de nuevo en una sala en curación, no sabe el tiempo que ha pasado y mucho menos lo que le ha ocurrido a Zelda. Al salir, se da cuenta de que realmente está sobre el Reino, en unas extrañas islas flotantes. Así comienza nuestra aventura en Tears of the Kingdom que nos hará explorar por tierra, cielo e incluso el subsuelo.
Un enorme mundo que redescubrir
En Tears of the Kingdom, ayudaremos a Link, el mítico espadachín, al salvar el mundo una vez más de una catástrofe. Si bien la mayor parte del extensisímo Reino de Hyrule y sus habitantes nos sonarán de la entrega anterior, nos enfrentaremos a enormes cambios ocasionados por dicha catástrofe, invitándonos a explorar y descubrir nuevas áreas.
Gráficamente, Tears of the Kingdom nos da esa estética de dibujos animados, alejada del hiperrealismo de otros títulos, que tanto funcionó en Breath of the Wild, pero más refinada y cuidada que aprovecha al máximo el potencial de la Nintendo Switch. Exploraremos maravillosos entornos con sus propios climas, desde los nevados territorios de la región de los Orni, a los vastos desiertos de las Gerudo, pasando por montes volcánicos, profundos bosques y exóticas selvas y playas en pos de encontrar esos santuarios que nos permitirán aumentar nuestras barras de salud y resistencia.
Menos es más
En el apartado sonoro, Tears of the Kingdom continúa con la austeridad musical, dándonos de vez en cuando breves piezas de melodías que a los fans de la saga les resultarán conocidas. Los silencios musicales aportan esa sensación de soledad abrumadora que nos invita a disfrutar de los efectos de sonido que ambientan los distintos entornos.
Más es más
Una de las cosas que más nos llamará la atención en este The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom será la extensísima cantidad de posibilidades que nos dará el brazo de Link, muchas más opciones de interacción con los objetos y armas que, sumado a lo que nos ofreció ya de por sí el Breath of the Wild, abren un abanico jugable impresionante, pudiendo no sólo farmear objetos sino también craftearlos y crear ingenios mecánicos. El límite será nuestra imaginación.
Todo esto guiado por los santuarios que vayamos encontrando que, esta vez sí, pondrán a prueba nuestro ingenio en sus puzzles para luego exportar dicha experiencia al mundo abierto aumentando nuestras posibilidades de exploración.
Mejorando el equipo
Otro punto continuista de este The Legend of Zelda es el que atañe al equipo que llevaremos en nuestro periplo. Seguimos con el sistema de slots de almacenamiento, tanto en armas cuerpo a cuerpo como a distancia, escudos y vestimentas. Estos espacios son un poco escasos en un principio, aunque podremos ampliarlos en un futuro con las semillas kolog.
Las armas y escudos se siguen deteriorando con su uso, ahora incluso más debido al aura maligna que asola Hyrule, por lo que deberemos prestar especial cuidado en utilizarlas. Otro detalle que nos ofrece el juego es el hecho de combinar nuestras armas, escudos y flechas con elementos de nuestro entorno u objetos del inventario para potenciarlos o añadir nuevos efectos, otorgándonos nuevas posibilidades al ya de por sí fluido combate.
Respecto a las vestimentas, no sólo añaden defensa a Link sino que también nos benefician con ciertas resistencias o habilidades como ya ocurriera en Breath of the Wild, pudiendo ser mejoradas también.
Conclusiones
The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom mejora lo que parecía inmejorable: impecable gráficamente, un mundo de Hyrule más amplio, mayor desafío en combate, nuevas habilidades que amplían horizontes jugables y de exploración, puzzles más complejos y una historia intrigante que te atrapará incluso con la infinidad de misiones secundarias, pudiéndonos ofrecer entre 25 o infinitas horas dependiendo de nuestro afán explorador o completista.
Si alguna pega debiera ponerle, sería la de que en tanto tiempo viajando por Hyrule podemos tener la sensación de repetitividad. Por lo demás es una obra de arte.
Este análisis ha sido realizado en Nintendo Switch. The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom ya disponible en versión física y digital. Te dejamos con el video del trailer oficial.