¡Rápido Firegirl, al camión de bomberos que un nuevo incendio amenaza con consumir la ciudad! En este plataformero roguelite, iremos de misión en misión por niveles generados de manera procedural para intentar rescatar a la mayor cantidad de supervivientes posibles de entre las llamas y desentrañar los misterios detrás de esta oleada de incesante fuego descontrolado.
Desarrollado por Dejima Games y publicado por Thunderful Games, Firegirl: Hack ‘n Splash Rescue DX es la versión definitiva de este título que el año pasado salió en PC tras ser anunciado en la presentación de Guerrilla Collective del E3 2021, y luego retrasó su salida en otras plataformas para pulir ciertos detalles que necesitaban arreglarse, los cuales van desde la curva de dificultad, hasta el retoque de los niveles y la simplificación del árbol de mejoras. Ahora, ya disponible en consolas desde este 22 de junio, en ErrekGamer analizamos su versión de Nintendo Switch para ver si ha logrado mejorar estos aspectos.
¿Podrá Firegirl, una bombera novata hija de un veterano y reconocido bombero que años atrás murió para salvar la ciudad, descubrir que está ocurriendo?
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Firegirl al rescate
Ha pasado un tiempo ya desde la última vez que un juego se animó a explorar la temática de de trabajar en el cuerpo de bomberos (sacando del medio, obviamente, a los simuladores). Es más, si hago un breve repaso por mi cabeza, creo que desde Mighty Switch Force 2, allá por 2011, un juego no nos ponía en la piel de una mujer bombera dispuesta a sacrificarse por el bien de su ciudad. Que un estudio se inmiscuya en una idea poco explotada siempre es bienvenido, y que esa idea sea el empoderamiento a las mujeres de una profesión que, en el imaginario popular, muchas veces son olvidadas, mejor aún.
En Firegirl: Hack ‘n Splash Rescue DX la consigna es clara y concisa: cada vez que nos subamos al camión hidrante de bomberos será para ir a una misión. En ellas acudiremos a un sitio en llamas con el objetivo de intentar rescatar a todos los supervivientes atrapados allí. Claro, nuestra misión acarrea una pequeña complicación: monstruos de fuego deambulan por los distintos pasillos procurando chamuscar todo a su paso, por lo que salvar a los civiles y animales atrapados será todo un desafío. Además, tendremos un determinado tiempo antes de que se derrumbe el lugar (inicialmente dispondremos de tres minutos, aunque luego podremos obtener más segundos al derrotar monstruos y también tendremos la posibilidad de aumentar definitivamente esta variable en el árbol de mejoras).
No siempre rescataremos a todos los supervivientes, y eso hará que nuestra misión sea parcialmente exitosa, y, por ende, recibiremos menos fondos (que se utilizan para los upgrades, sobre los cuales hablaré más adelante). En el medio, durante nuestra aventura en las misiones también rescataremos mascotas y otros animales, lo que aumentará nuestra popularidad y hará que los fanáticos donen aún más dinero. Claro que también podremos caer en acción durante el intento y eso nos obligará a abandonar la misión, teniendo que pagar los costos del tratamiento en el hospital.
Pero vamos a lo importante: las mecánicas. Firegirl destaca por su sencillez, aunque paradójicamente también este puede llegar a ser su punto débil. En este videojuego nos limitaremos a correr; romper puertas y objetos con el hacha; a saltar; y, seguramente la dinámica principal del juego, a utilizar nuestra manguera de incendios para apagar los focos de fuego, derrotar a los monstruos y también aprovechar el impulso del chorro de agua para utilizarlo como si fuese un jetpack, al mejor estilo Súper Mario Sunshine.
Al utilizar el agua como un propulsor podremos acceder a nuevas zonas, saltar entre techos, atacar desde lo alto y jugar con nuestras posibilidades. Claro que llega un momento que lo interesante y divertida que puede resultar esta mecánica se torna sumamente repetitiva y nos pone deseosos de algo distinto que rompa con la monotonía.
La historia es interesante, aunque no destaca por sobre otros aspectos del juego, ya que todo ocurre demasiado rápido. De hecho, es un título bastante corto. Inicialmente deberemos salvar a todos los supervivientes que podamos nivel tras nivel, hasta que de pronto empiezan a suceder cosas extrañas en una ciudad amenazada por las llamas: la prensa empieza a hostigar a nuestro alcalde denunciando un recorte en el presupuesto para bomberos; muchos damnificados empiezan a asegurar la presencia de monstruos en los incendios y, particularmente, la supuesta aparición del Señor del Fuego, una especie de Dios de la naturaleza; y el FBI se entromete y todos sabemos que si el FBI está en el medio, algo raro hay. Pronto nos exigirán que encontremoslos Tomos de Fuego, unos libros supuestamente mágico capaces de convocar a dicho gran monstruo, y nuestra aventura consistirá en ir una y otra vez a cada escenario en búsqueda de que la suerte nos haga topar con estos tomos. Y, cuando digo la suerte, me refiero al próximo punto de Firegirl: la generación procedural de niveles.
Niveles siempre distintos pero extremadamente repetitivos
Como buen roguelite, los niveles de Firegirl: Hack ‘n Splash Rescue se generan por procedimientos de manera tal que, siempre siguiendo los algoritmos dispuestos por sus desarrolladores, todos los niveles tendrán un diseño distinto entre sí, por lo que cada vez que entremos a un edificio a rescatar a los supervivientes este tendrá un foco de incendio esparcido de diferente manera, con enemigos nuevos o haciendo acto de presencia en distintas zonas, entre otras cosas que se modifican aleatoriamente.
Claro que lo que podría ser la principal virtud de este indie es, también, uno de puntos menos aprovechados: una mecánica tan interesante, la cual le daría un toque de realismo al hecho de estar apagando incendios (porque un trabajador del cuerpo de bomberos jamás sabe con qué se va a encontrar hasta que está adentro y todo se va derrumbando a su paso), se ve limitada ante la poca variedad real de niveles que tenemos a nosotros. Pese a la generación procedural de escenarios, el nivel en sí siempre oscilará entre cuatro variantes: complejos de apartamentos, tren, bosque y hotel (aunque este último más bien parece un centro comercial).
Así es como una gran idea se ve desperdiciada, ya que una vez que aprendamos el eje de las mecánicas y luego de un par de mejoras de nuestro personaje, pronto jugar estos niveles se tornará sumamente repetitivo: siempre nos pedirán que salvemos entre uno y tres supervivientes, en niveles que comparten una estructura sumamente similar y con una variedad de enemigos algo escueta.
Eso sí, al principio todo costará el doble, porque aún no hemos adquirido ningún upgrade y, también, porque todavía estamos en proceso de agarrarle la mano al juego, por lo que los tres minutos para rescatar a la mayor cantidad de seres posibles nos pondrá ante una odisea llena de adrenalina. De hecho, la generación procedural de escenarios puede darnos niveles muy cortos o niveles exageradamente largos. Además, a medida que avancemos el fuego irá cercando nuestro paso e impidiéndonos retroceder, por lo que tendremos que buscar salidas alternativas, desde techos rotos a ventanas por las que saltar. Esto convierte, por ejemplo, al nivel del bloque de apartamentos (que es nuestra primer medida de acción) en un interesante reto, y que por el azar explicado anteriormente nos puede dar un desafiante nivel en el que estaremos yendo de tejado en tejado buscando una salida lo más urgente posible.
Un árbol de mejoras que hace muy fácil al juego
Ir una y otra vez a los incendios para salvar a la gente no solo nos permitirá avanzar en nuestra aventura, sino que también hará que recibiremos más dinero, el cual es necesario para mejorar nuestro equipamiento, beneficios y aptitudes. Al principio, el cuerpo de bomberos tiene dos fuentes de ingreso: la plata destinada por parte del ayuntamiento y las donaciones de los fans. A eso hay que restarle posibles gastos en caso de caer en acción.
Tendremos muchos upgrade a disposición: desde la incorporación de nuevas vestimentas y armamentos, hasta la posibilidad de comprar más tiempo para nuestras misiones, sumamente necesario porque, al comienzo, tres minutos parecerá muy poco para superar cada nivel.
Pero hay otras mejoras, también importantes, que básicamente nos permiten generar más dinero: son aquellas destinadas a aumentar los fondos que destina el ayuntamiento en cada misión y las donaciones por parte de los fans de Firegirl. Sobre este último, hay que destacar que será importante no solo prestar atención a los supervivientes en nuestro entorno, sino que también será fundamental ir encontrando animales atrapados por los escenarios porque, si algo sabemos de antemano, es que a los fans les encanta ver a un bombero rescatar una mascota. Es un cliché que no peca de irreal. Más animales rescatados equivale a más fans, y más fans es igual a más plata para el cuerpo de bomberos. La ecuación es sencilla.
Y casi olvido algo fundamental para disfrutar de Firegirl como corresponde: a medida que superemos los niveles, muchos supervivientes se ofrecerán para trabajar en la estación de bomberos, y serán estos los que, a medida que los vamos contratando, nos permitirán acceder al árbol de mejoras de nuestro personaje. Como dije con anterioridad, hay upgrades de todo tipo. Será importante mejorar nuestra hacha y nuestra manguera para perfeccionar nuestra performance; o aumentar la cantidad de corazones de nuestra vida. También podemos contratar a un perro que nos indica si estamos dejando atrás a un superviviente, u otro tipo de fichajes que serán más que útiles.
Claro que todo esto trae una parte mala: son tantas las posibilidades que nos da nuestro árbol de mejoras, a las cuales accedemos tan rápido, que lamentablemente pronto cada nivel se convertirá en un simple paseo despreocupado por sitios en llamas. Lo que al principio es un desafío, velozmente se torna en algo monótono que solamente hacemos para buscar más tomos o para ganar más y más dinero. Y ahí radica otro de los errores de Firegirl, quizás el más grotesco: la curva de dificultad decrece con una velocidad preocupante, convirtiéndose al poco tiempo de haberlo empezado en una aventura sumamente fácil, en el que la cantidad de minutos que disponemos deja de ser un problema y ningún enemigo implica un reto real. Y cuando digo ningún enemigo, digo ninguno, ni siquiera (spoiler alert) su jefe final.
El don artístico de volver fascinante la desgracia
Sin lugar a dudas que Firegirl: Hack ‘n Splash Rescue DX destaca por su apartado gráfico y visual, que sabe combinar con altura elementos 2D con entornos 3D, con un estilo cartoon que desencadena en un título bello por donde se lo mire.
Hacer que la tragedia sea bella es una virtud de las que pocos gozan. Y los artistas y diseñadores detrás de este juego supieron hacerlo. Cada nivel tiene ese “algo” que hace que la desgracia nos fascine, ya que cada escenario goza de un diseño armonioso y atrapante que atina justo en el blanco a la hora de llamar la atención y maravillar.
Los modelados bidimensionales de Firegirl encajan a la perfección con su estética (y su jugabilidad) arcade, mostrando su apariencia como un punto al que realmente casi no se me ocurre una crítica para hacerle. Sin ir muy lejos, el diseño del nivel del bosque es maravilloso, han encontrado la manera perfecta de retratar en un mundo 2.5D un nivel que es reflejado desde un ángulo lejano, dando una visión panorámica del bosque en llamas y de nuestra protagonista procurando salvar la situación. Creo que eso es lo que la gente suele llamar “arte”.
Conclusiones
En conclusión, Firegirl: Hack ‘n Splash Rescue DX es un recomendado para los amantes de los juegos que combinan plataformas con el género roguelite. Y ni hablar para aquellos que tienen una adoración por los bomberos.
Es cierto que tiene sus limitaciones y desaprovecha la posibilidad de explotar al máximo sus posibilidades, pero así y todo se las ha ingeniado para ser un buen juego, de esos que siempre generan ese autoengaño de «bueno, juego una partida más y listo».
Da la sensación de que aún el juego tiene un par de cuestiones por pulir, y no me refiero a su rendimiento, que si bien en Switch (plataforma en la que escribimos este análisis) tiene algunas caídas abruptas no las traigo a colación porque cuando se trata de la híbrida de Nintendo es difícil atinar si el responsable es el desarrollador o el hardware. Más bien, los puntos a corregir son cosas que tranquilamente podrían solucionarse agregando más contenido al juego para darle un toque desafiante, además de nuevos niveles y enemigos. Porque, sacando el problema de lo repetitivo y fácil que se torna, hay que reconocer que estamos ante un título muy entretenido.
Hemos realizado este análisis en Nintendo Switch con un código proporcionado por Dejima Games.