Timothy

Análisis: Timothy vs the Aliens

Quedate en casa, afuera es peligroso. No me refiero a la Pandemia que tiene en vilo al mundo, sino a los extraterrestres que han invadido Little Fish City y amenazan con destruirla. Esa es la premisa sobre la cual parte Timothy vs the Aliens, un juego de acción en 3D con elementos de plataformas en el que, vaya cliché, debemos salvar al mundo de fuerzas externas a punta de disparos de la mano de Timothy, un gánster algo arrogante y despreocupado que tiene su as bajo la manga para cumplir el objetivo.

En Timothy vs the Aliens estamos, claramente, ante un juego que apunta a un público infrecuente y con una costumbre videojueguil poco arraigada: una dificultad baja, extraterrestres con un diseño simpático, los escasos diálogos y la ausencia de elementos que hacen alusión a la violencia (como por ejemplo la sangre) nos dan la pauta de que es un juego dirigido a jóvenes que buscan una experiencia fugaz y amena. Y en ese sentido acierta considerablemente Wild Sphere, ya que han utilizado a su favor todos los elementos que decantan en ese target. Todos excepto uno: su apartado gráfico, sobre el cual hablaré más adelante, nos adentra en el mundo de la mafia de finales del Siglo XIX y principios del Siglo XX al apoderarse de elementos cinemáticos de grandes obras clásicas, y los jóvenes de hoy rara vez se interesan en una ambientación que les resulta tan ajena y lejana.


Timothy

Es preciso aclarar que estamos ante un Indie corto, verdaderamente breve. Tan corto que ni llegué a comprar todas las armas que pone a nuestra disposición para repeler la invasión (una pistola, una ametralladora, una escopeta y un revólver), porque cuando me di cuenta ya estaba en el último escenario. El juego transcurre de manera cuasi lineal, en el que deberemos ir a determinados sitios marcados en el mapa, cumplir nuestro propósito y luego dirigirnos hacia la batalla final para finalizar nuestra aventura y descubrir que ya no hay regreso: una vez que accedemos al último escenario, no podremos regresar a la ciudad, lo cual es una lástima, porque hubiésemos querido explorar algunos rincones que quizás se nos escaparon de Little Fish City, pero a los cuales ya no se puede volver ni siquiera retomando la partida post final boss, dado que el juego nos dirigirá una y otra vez hacia los créditos. Sí, para re-jugarlo deberemos iniciar una nueva partida de este videjuego cuya duración no supera las tres horas ni aun explorando cada rincón de la ciudad.

De su historia no hay mucho para decir. La escases de diálogos y de cinemáticas nos permiten deducir que Timothy fue elegido, o algo así, por una raza exterior para recibir el As, una carta que le otorga un poder el cual le permitirá poner a la ciudad de rodillas y gobernarla a su antojo. Luego, el juego se excusa en la pereza y arrogancia de nuestro personaje para no profundizar en la misma y esa es toda la explicación a nuestro alcance de por qué los aliens invaden la Tierra y Timothy, despreocupado, utiliza contra los invasores el poder que le fue conferido.


Timothy

Timothy vs the Aliens seduce, en primera instancia, por su apartado visual en blanco y negro, lo cual le otorga un sello distintivo ante el resto de los juegos de acción y nos hace sentir intérpretes de un film clásico, como si estuviésemos, quizás, en la Ciudad de Chicago de los años 20′ reinada por la mafia de Al Capone. Esto va acompañado por una banda sonora que retrata muy bien la presencia extraterrestres y la convicción de un gángster pistolero dispuesto a acabarlos, facilitando la inmersión. Pero la buena impresión del primer vistazo se desploma ante lo poco natural que resulta cada mecánica, desde correr hasta disparar. Sobre todo este último elemento, a la hora de apuntar, se torna sumamente tedioso. De hecho, el juego es fácil, tal como dije anteriormente, pero podremos llegar a morir alguna vez en el intento por lo tosco que se siente el personaje a la hora de batir enemigos.

Los elementos de plataforma están bien. No son la gran cosa, pero complementan al juego y ayudan a enterrar esa sensación de linealidad que tiene Timothy vs the Aliens, aunque son pocos y aparecen en determinados transcursos de la breve historia o a la hora de perdernos en la ciudad buscando coleccionables.

Este Indie no tiene mucho más para ofrecer aparte de sus dos-tres horas de duración. Explorar la ciudad se vuelve repetitivo, quizás por los gráficos en blanco y negro que hacen que cada lugar sea bastante parecido entre sí, lo que lastimosamente convierte a su mayor fortaleza en su talón de Aquiles. Y lo más seductor en esta ciudad es subirnos a un auto y recorrer la misma a toda velocidad, o lanzarnos a la aventura de buscar los coleccionables (punto a favor del juego, me quede a mitad de camino y tengo planeado reiniciar mi aventura para obtenerlos todos). No han sabido explotar al máximo el potencial de Little City Fish, ya que crearon una ciudad entera en la que cuando uno quiere recorrer de punta a punta se siente ausente de libertad y muy limitado por las posibilidades que ofrece el juego, sin mencionar que termina rápido, de manera abrupta. Quizás su elemento más llamativo, que es poco innovador pero que encaja muy bien en este juego y resultó de mi agrado, es la posibilidad de ralentizar el tiempo para darnos unos segundos de acción con enemigos en cámara lenta. Esto último se logra gracias al As que, como mencioné anteriormente, se le fue entregado en aquel curioso trato con los extraterrestres.


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En conclusión, Timothy vs the Aliens es un juego breve, tan corto como este análisis. Los elementos de plataforma son ocasionales pero nos sacarán de la rutina de andar disparando ante los extraterrestres desperdigados por la ciudad. Es entretenido y no mucho más que eso, y, a fin de cuentas, ese es su cometido: darnos tan solo un par de horas de entretenimiento aceptable.

Hemos realizado este análisis en Nintendo Switch con un código proporcionado por Wild Sphere.

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