Análisis: Morbid: The Seven Acolytes

Análisis: Morbid: The Seven Acolytes

La ambientación de los juegos es muy posible la primera y principal arma para atraer a los jugadores, pero si lo que queremos es un juego con una mezcla entre Dark Souls, Bloodborne y con un entorno realizado con un pixel art perfecto y muy parecido a aquellos juegos de mediados de los 90, Morbid: The Seven Acolytes es lo que estábamos buscando. Los juegos independientes cada día sorprenden más y no es un fallo pensar que su innovación, creación y presentación de nuevos títulos es una superación inigualable. De esta manera la desarrolladora independiente Still Running junto con la editora Merge Games, han lanzado este curioso videojuego de aventura bastante único.

Somos el último luchador superviviente de Dibrom, arrastrado a la orilla de una tierra dónde nuestro deber será derrotar a los Siete Acólicos, seres malditos poseídos por deidades malévolas llamadas Gahars, las cuales no pueden sobrevivir sin su huésped. Si tenemos éxito, liberaremos al reino del pesado yugo de su terror, pero si fracasamos, los dioses maliciosos gobernarán y la locura prevalecerá. Para conocer más de la historia, Morbid: The Seven Acolytes nos permitirá recopilar información de aquellos enemigos, objetos u cualquier otro elemento, además de leer libros que estarás esparcidos por el entorno. Morbid es claramente un juego de acción y aventura al estilo Dark Souls, con escenarios de fantasía de terror bastante estándar dónde ha sido denominado horrorpunk con una presencia pseudo-lovecraftiana.


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Sin duda uno de los elementos más importantes será el Santuario. Este lugar hace similitud con aquellas hogueras que podemos encontrarnos en Dark Souls o Demon’s Souls, dónde será esencial para nuestra supervivencia siendo nuestro punto de control. Cuando muramos apareceremos instantáneamente en el último santuario donde hayamos meditado, no nos penalizará de una manera extremadamente grande, ya que mantendremos tanto la experiencia como aquellos objetos que hayamos recogido, pero no los que hayamos utilizado y los enemigos reaparecerán. Dentro de este santuario podremos tener diferentes opciones que son esenciales. La meditación, como acabo de explicar es sin duda la más importante, ya no solo por guardar el punto de control, sino también por recuperar toda la vida y la regeneración de diferentes elementos como es la munición de nuestra arma secundaria a distancia.


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Por otro lado tendremos las bendiciones, estas podremos encontrarlas al romper estatuas y nos otorgará como una especie de mejora que sin duda será de gran ayuda. Se podrán mejorar con puntos de habilidad y podremos tener un aumento en sanación, resistencia o corpulencia, entre otras. Otra de las opciones que nos permitirá el santuario es tener un seguimiento de las misiones, además de poder viajar entre diferentes zonas del lugar dónde nos encontramos, es decir, que los santuarios también servirán como teletransportadores. Sin embargo, en ocasiones nos podremos encontrar un poco perdidos y con escasa información que nos obligará volver a un santuario. Por último, nos encontramos el Corral Mórbido, una especie de cuaderno bitácora o códice, donde nos mostrará toda la información sobre aquello que hayamos descubierto.


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A lo largo de nuestra aventura tendremos la oportunidad de encontrar diversos objetos y consumibles para mejorar nuestras barras principales: vida, resistencia y cordura. Nuestro inventario se terminará convirtiendo en una gran lista de objetos que estarán disponibles para lograr convertirnos en una gran guerrera. Las armas que encontremos se pueden mejorar con el uso de las runas, estas son unos glifos misteriosos que se encuentran y que nos servirán para aumentar la velocidad de movimiento, daño o incluso otorgarle algún estado como es fuego o hemorragia. Finalmente todo consistirá en crear una buena build, gestionar todos los recursos y saber cuándo consumir ciertos elementos.


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Con respecto al combate, este es intensivo y en ocasiones metódico y más ágil de lo que se podía esperar, aunque es cierto que en muchas ocasiones echaremos de menos tener un santuario cerca. Habrá enemigos estándar que si nos ven nos perseguirán continuamente, también hay unos jefes intermedios que aparecerá con una calavera y que pueden ser un obstáculo difícil en ocasiones y, por supuesto, los acólitos. Estos son enemigos mucho más grandes, brutales y que lograrán una batalla mucho más épica y bastante más complicada, además tienen una historia de fondo que lo hace más atractivos. La dificultad estará presente, no es un juego fácil, pero tampoco muy complicado, a medida que conocemos las técnicas de nuestros enemigos sabremos cómo lograr acabar con ellos, pero teniendo paciencia. Aun así, la mayor debilidad que nos perjudicará en muchas ocasiones será la barra de la resistencia, se agotará muy rápido y a pesar de que correr, rodar y esquivar es fundamental, tendremos que esperar porque puede ser frustrante.


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Si de algo destaca Morbid es de su estilo visual y la presentación de sus niveles. Usa un pixel art con unos efectos para crear un mundo siniestro, oscuro y retorcido lleno de bestias inmundas y todo rodeado de sangre. Claramente se ve todo corrompido, con un ambiente tenebroso, pero a la vez con un aire hermoso e inquietante, con toques de color de sombras descoloridas y una naturaleza que te atrae para explorar. A su vez su música es contribuyente a la atmósfera que desprende el juego, tiene una banda sonora épica totalmente orquestada que consta de 18 pistas, además de presentar sonidos de acciones y propios de enemigos bastante sutil.


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En conclusión, Morbid: The Seven Acolytes se presenta como un juego muy desafiante con elementos destacables y modestos a una experiencia similar a los Souls. El uso de sus mecánicas y los elementos básicos del género lo combina perfectamente con su estética oscura y algunas batallas épicas que serán memorables. Es cierto que la dificultad está presente, si no estás muy acostumbrado a este tipo de juegos puede no ser demasiado divertido morir constantemente, no tener suerte para lograr una buena arma o no saber por dónde avanzar, pero si quieres pasar un buen rato y quedarte con más ganas de un Souls-like, Morbid es tu juego.

VALORACIÓN FINAL

Es un gran Souls-like de arriba hacia abajo con la combinación perfecta de desafío y recompensa, aunque en ocasiones bastante complicado. Hace un buen uso de los sistemas y la mecánica que toma prestados de los elementos básicos del género y lo combina con una estética oscuramente hermosa.

8

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