El último lanzamiento de Ubisoft, Anno 117: Pax Romana, está siendo un gran éxito, tanto en ventas como en críticas en general. Una saga con 25 años a sus espaldas y una buena cantidad de entregas en el pasado se ha convertido en el título más vendido de toda la saga, llegando a estar incluso en el puesto #2 de ventas globales en Steam.
Además tiene una media de 85 en Metacritic y 94% en Open Critic, teniendo una de las mejores valoraciones para la saga y poniéndose en lo más alto dentro de la misma.
Como añadido, Ubisoft ha compartido que se ha jugado una media de 3,7h diarias durante esta primera semana, teniendo el crecimiento más rapido hasta el momento (viniendo de Anno 1800, que fue bastante bueno, es un logro).
Recordemos que está disponible en PlayStation®5, Xbox Series X|S, Geforce Now y Windows PC a través de Steam, Epic Games Store y Ubisoft Connect, algo que ha ayudado en gran medida a obtener estos números. Y en breves, nuestro análisis estará disponible (me queda poco para terminar la campaña).
Sobre Anno 117: Pax Romana
Como gobernador, la manera que tengas de construir y dirigir dará forma a tu historia, al destino de tus ciudadanos y al porvenir de tus provincias. ¿Colaborarás con otros gobernadores o harás alarde de tu poderío militar retando a tus adversarios? Tú decides cuál será el coste de la paz.
Construye tus provincias con un nivel de detalle, flexibilidad y escala sin igual. Contempla a los niños correteando tras los perros por las calles o a miles de personas vitoreando en la arena. Levanta tus construcciones sobre el terreno que tienes ante tus ojos, desde el bello corazón del Lacio hasta los misteriosos marjales celtas de Albión, un lugar donde ningún romano civilizado querría estar.
Diseña las ciudades de tus sueños en el cénit del Imperio romano, mientras buscas un equilibrio entre las necesidades de tu pueblo y las implacables exigencias del emperador. Forja alianzas por todo el imperio o haz gala de tu poder en estratégicas batallas terrestres y en el combate naval. Podrás incluso desafiar al mismísimo emperador, aunque esto tendrá sus consecuencias.
