Una nueva entrega de la saga Doom para, acompañada de una gran dosis de acción y heavy metal como nos tienen acostumbrados, hacer lo que mejor se le da al Slayer: Rip and Tear (Destrozar y Desgarrar en Español).
En un infierno muy muy lejano… Bueno, no tan lejano, más bien hace mucho tiempo en un infierno cuyo nombre no quiero recordar… Vale, bromas aparte, Doom: The Dark Ages toma lugar en el pasado del Slayer, más concretamente en una época donde vive esclavizado por los Maykr debido a un trato con los centinelas. Si Doom Eternal es lo más parecido a la actualidad, esta entrega es lo más parecido a vivir en castillos con puentes levadizos y disparar flechas desde las almenas en el medievo.

Y esto han querido extrapolarlo a todo visualmente hablando:
- Nuestro armamento es quizás el más singular hasta la fecha: machacadores de cráneos, lanza virotes, un mangual…
- Llevamos una capa como si fuésemos un vikingo, y se ve que por aquel entonces cortaban arboles con escudos sierras
- Pasaremos gran parte del juego en entornos sumamente góticos a excepción de un par de bases con toques más futuristas.
Contenido
Una historia algo más expandida y centrada en ella
Esta saga nunca ha girado en torno a su propia historia y concepto: su punto central ha sido esa mezcla de shooter arcade, pequeños apartados de plataformas y música heavy. Esto no quiere decir que, desde las últimas entregas no hayamos ido teniendo cada vez algo más de historia, explorando algo más del concepto y una parte más cinematográfica para dar algo más de personalidad a un Slayer que básicamente gruñe, asiente y destruye todo lo que ve.

Sin querer entrar en spoilers (y es algo que siempre evito en mis análisis), Doom The Dark Ages busca expandir la historia no del origen del Slayer, sino del origen de los problemas con los Maykr y el infierno y como todo eso llega hasta la actualidad. Y lo hace con ciertas cinemáticas y con una buena cantidad de conversaciones que iremos escuchando a medida que avanzamos por los niveles. Eso si, agradecemos que Bethesda y Microsoft hayan puesto doblaje al español, algo que se había descartado inicialmente.

Y vamos a tener 22 niveles (que no se dice rápido) para enterarnos bien de su historia mientras explotamos en pedazos todo lo que se interponga en nuestro camino. Sin hablar de todos los coleccionables (no hablo de los muñequitos por encantadores que sean) que añaden contexto y lore.

La jugabilidad de Doom: The Dark Ages
El sistema de mejoras ha sufrido cambios y me deja ciertas dudas sobre como va a orientarse en el futuro, pero eso lo dejaré para las conclusiones. Podremos recoger oro del suelo y de cofres en zonas secretas, y varias gemas en puntos claves para mejorar nuestras armas y escudo (y posteriormente las runas de este).

Ya no tendremos que buscar robots voladores sino que tocará explorar todavía más si cabe el escenario para conseguir todo ese oro para las mejoras (que en algunos casos están rotisimas y cambian drásticamente como usar el arma). Lo cierto es que con los mapas tan abiertos que nos dejan en esta entrega, incitan bastante a explorar cada rincón, especialmente para las gemas de las mejoras finales.

Slayer de una época ya lejana
Hablemos del cambio más notable y que vamos a sentir desde el primer momento: hemos pasado de correr mucho, saltar por todos lados (incluso con doble salto) y tener cierta sensación de agilidad a convertirnos en una especie de locomotora de tren con la capacidad de arrollar todo a nuestro paso. Podemos saltar pero no mucho y consigue dar la sensación de que somos pesados y no vamos a llegar muy alto. En cambio, tanto peso sirve para algo: caer desde un sitio alto crea una onda explosiva que elimina a todos los demonios inferiores a nuestro alrededor.

Otro cambio jugable que modifica en gran parte nuestra experiencia es la sensación de estar en un bullet hell (juegos donde debemos esquivar casi milimétricamente cientos de balas y disparos) mientras destruimos todo a nuestro paso desde una distancia bastante cercana. Un juego donde pararse es morir y esquivar todo posiblemente siga siendo morir (especialmente si jugamos en dificultades altas, pero así es más divertido).

Pasaremos una gran parte del combate estando cerca de nuestros enemigos, tanto para la carga con el escudo y los remates, como para los golpes cuerpo a cuerpo que nos dan entre otras cosas munición. Hecho en falta quizás alguna animación de muerte extra, eso si. Y como en la entrega anterior tendremos ese componente arcade de tener «vidas extras» que usar en medio del combate. Y las vais a usar, ya veréis.
No he hablado del lanzamiento del escudo a lo Capitán América que nos sirve para quitar carne de cañón y aturdir a los enemigos grandes pero no jefazos ni mini-jefes, pero me encanta el añadido del escudo-sierra en todo su esplendor, la verdad.
Los robots gigantes (Atlans)
Hay misiones donde controlaremos a un Atlan, estos robots gigantes creados para luchar contra las amenazas titánicas de proporciones XXL y para ello nos darán la oportunidad de, como Slayer, destrozar y desgarrar en XXL también. Toda esta parte jugable es más puramente épica que otra cosa, nos daremos de puñetazos y esquivaremos para sobrecargar los medidores de golpe fuerte o el arma que tengamos equipada.

Si bien no es un trozo jugable que destaque por su dificultad o por su complejidad, es un añadido brutal a la ya de por si brutalidad de nuestro protagonista.
Como entrenar a tu dragón: Slayer eDition
En cambio, cabalgar a nuestro dragón para destruir naves demoníacas y otros enemigos mientras nos movemos por mapas abiertos y aterrizamos en diversas zonas es bastante curioso. De primeras y personalmente pensé que la jugabilidad de este apartado de Doom: The Dark Ages era un poco básica, pero te acostumbras a ella y mejora algo en misiones posteriores.

Y pocas cosas más épicas que destruir a un demonio gigante vomitando fuego en su boca hasta que reviente… es brutal.

Doom: The Dark Ages y sus muchos enemigos
Hordas de enemigos es quedarse corto, habrá combates donde solo en la zona de batalla ya veremos entre 70 y 100 enemigos sin contar que vayan apareciendo más entre oleadas. Esto sumado a la cercanía del combate hace que armas como el machacador de cráneos sirva perfectamente para limpiar en un buen área a nuestro alrededor y luego centrarnos en las verdaderas amenazas.

En cuanto a la variedad de enemigos de Doom: The Dark Ages, ya os diré que echo en falta uno muy concreto pero que tenemos de sobra para un buen tiempo, y sin contar sus variantes lideres que refuerzan a los enemigos a su alrededor ni los mejorados que tienen corazones para nuestras mejoras de vida, armadura y munición. El diseño y el cuidado de los enemigos sigue siendo espectacular, y creo que el Revenant de esta versión es quizás la mejor que hemos visto de ese monstruo hasta la fecha.

Lo bueno de tener tantos enemigos es que hace difícil aprenderse todos los patrones de ataque, especialmente cuando hay tantos en pantalla, complicando las cosas. No es imposible, pero requiere algo de ensayo y error, y alguna que otra muerte, ya veréis. Por suerte las mejoras y las runas nos ayudarán según vayamos avanzando ya que la cosa se va a complicar bastante.

El apartado visual y sonoro
Visualmente Doom: The Dark Ages cumple, hay zonas donde las texturas quizás parecen algo planas pero por otro lado la destrucción de los cuerpos de los enemigos a medida que van recibiendo plomo (o plasma, o misiles o lo que sea la verdad) es espectacular. Algunos escenarios tienen una ambientación más que decente y a veces nos veremos incluso mirando el horizonte y suspirando en una montaña humeante de cadáveres de demonios.

También nos hemos alejado del aspecto algo más tenebroso de los enemigos en la primera entrega (ese Revenant sigue dando miedo, la verdad) y se ha seguido por la estela visual y de estilo de Eternal.

Por lo general el rendimiento asociado al juego es muy bueno, jugando con todo en ultra sin frame gen manteniendo los 60 fps sin un solo problema es un logro a día de hoy. Los entornos grandes, los mapas enormes y la cantidad de enemigos no parecen hacer sudar a mi maquina, manteniendo un rendimiento bastante bueno.
En cuanto a la música… creo que es donde siento que no terminar de conseguir lo que se consiguió en entregas anteriores. En Doom (2016) y Eternal (2020), salías de una sesión de juego y había algún tema que resonaba en tu cabeza un tiempo. Y no podemos olvidarnos de como de extendido con los memes ha estado «The only thing they fear is you«, simplemente brutal vaya.
En Doom The Dark Ages, mientras jugamos la música acompaña perfectamente y podemos incluso estar moviendo la cabeza al ritmo mientras causamos destrucción, pero tan pronto termina… desaparece de nuestros pensamientos.
Conclusiones
Estamos ante una entrega sobresaliente (notable si no te gustan los cambios hechos, claro) que experimenta con varios cambios jugables (especialmente cuando sus desarrolladores ya dijeron que querían hacer algo distinto cada vez) que funcionan bien en su basta mayoría. Esperaba mucho de esta entrega y no me he sentido defraudado en lo más mínimo, y eso que toca esperar para ver que es lo que nos espera en el contenido post-lanzamiento. ¿Tendremos una expansión/DLC parecido a The Ancient Gods? Ya veremos.

Doom the Dark Ages es brutal, visceral, cañero y lleno de adrenalina. Una taza llena de heavy metal que apetece desde por la mañana hasta la noche. Y sin duda uno de los grandes lanzamientos de este año.
Pero con todo lo que he jugado me surge una duda… ¿Estarán planeando algún juego roguelite en el futuro? Pensando pensamientos en base al sistema de mejoras… y viendo como otras sagas se han introducido en ello como va a ocurrir con el nuevo Elden Ring Nightreign… habrá que ver.
Este análisis se ha realizado con una clave para PC proporcionada por Ziran
Análisis: Doom - The Dark Ages

✅ Lo Bueno: • Acción constante, buena música, brutal • Rip and Tear siempre es bien ❌ Lo Malo: • La música es decente pero no remarcable • Los cambios jugables pueden no convencer a todos
8.9