Twister es una película de 1996 sobre tornados que mezcla, con relativa gracia, los tópicos del cine de catástrofes y de acción de la época. Con un casting lleno de estrellas que se dedican a perseguir tornandos y el director de la mítica en su día Speed, no es que tenga mucho que ver en cuanto a tono e intenciones con Bahnsen Knights pero sí encontramos paralelismos en la forma de retratar este fenómeno de la naturaleza.
Si bien la película protagonizada por Elen Hunt parte de una justificación cientificista (que no científica) y el juego desarrollado por LCB Studio adopta una visión más teológica/mística, el tornado se retrata igual como una fuerza superior, casi sobrenatural, que inspira terror pero a su vez resulta magnética y hay que perseguir, con ansia de domarlos pero también como forma de exorcizar sus propios demonios internos por parte de unas personas obsesionadas.
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Bahnsen Knights: El diablo en el cielo y dios en la carretera
Aunque podemos ver a la protagonista de Twister como un trasunto del capitán Ahab, movida el trauma y la búsqueda de un sentido a su pérdida transmutado en esa tormenta perfecta que persigue, en el caso del tan carismático como terrorífico Toni (líder de los Bahnsen Knights y predicador de una nueva religión) son más un medio para un fin que no conocemos. Elevando ese fenómeno a acciones propias de un diablo que en esta ocasión reside en los cielos.
Y en esta encrucijada se encuentra nuestro protagonista, Boulder. Agente encubierto para un agencia tan misteriosa como el propio líder al que no tiene más remedio que seguir por la propia naturaleza de su trabajo y por la desaparición (probablemente asesinato) de su mejor amigo que también intentó introducirse en ese peligroso culto.
Cuando empieza el juego Boulder lleva tiempo en ese grupo, haciendo y viendo cosas que le resultan conflictivas, siempre con la paranoia persecutoria del que sabe que un mal gesto, un acto poco adecuado en el momento menos oportuno, le puede costar la vida. Y es que él, a diferencia del líder del peligroso culto o la protagonista de Twister, tiene una obsesión muy diferente: vivir para poder volver con su familia.
Resulta significativo en enfoque escogido por Nico Saraintaris en Bahnsen Knights, prescindiendo de protagonismos corales, de narraciones fragmentadas tanto a nivel de puntos de vista como temporal que sí estaban presentes en Mothmen 1966 y Varney Lake. Un único protagonista y una historia totalmente lineal que nos hace empatizar aún más con Boulder. Tampoco se dedica a resolver las dudas surgidas en las dos entregas anteriores respecto a esa misteriosa agencia.
El camino del hombre recto…
Curiosamente, pese a que nuestro protagonista trabaja para esta vez para la mencionada agencia, sabe lo mismo que nosotros (o aún menos si hemos jugado a las anteriores entregas) sobre ellos. En una de esas muestras de brillantez propias del estudio, la mecánica por la cual nos comunicamos con ellos y les entregamos pruebas sobre las actividades de los Bahnsen Knights es tan misteriosa y desconcertante como la propia agencia
Y da igual que prueba consigamos, nunca obtendremos respuesta de esa agencia ni sabremos cómo de cerca estamos de presentar esa prueba definitiva que acabará con nuestra operación y permitirá que atrapen (en el caso de que ese sea su objetivo) a Toni. Sin ninguna indicación de si estamos más cerca del final, seguiremos acompañando a los Bahnsen Knights y a su líder en ese camino al infierno ¿O a la salvación?
Otros caminos se cruzan en Bahnsen Knights, como el de algún personaje de otras entregas que reaparece y, en cierto caso, su presencia empieza a precipitar las cosas hacía un final del que no sabremos si podremos sobrevivir para ver, por fin, a nuestra mujer e hija.
Todos los elementos narrativos que hacían grandes a las anteriores entregas de esta trilogía siguen presentes en Bahnsen Knights. Una prosa surgida de las entrañas, que no hubiera sido ni la mitad de efectiva en otro medio, una mirada que no por verse influenciada por el pulp resulta simplista ni maniqueísta, donde lo fascinante y lo horripilante comparten espacio.
¿Compromiso artístico o tozudez?
En otras ocasiones me he quejado de lo poco amigable que resulta la insistencia de LCB Studio en traducir todas las acciones posibles a través una interfaz de menús, lo que en esta ocasión me ha llevado algún dolor de cabeza por la necesidad de escoger ente derecha e izquierda con un tiempo límite bastante ajustado, algo complicado para los que tenemos problemas de lateralidad.
Aún así he aprendido a hacer las paces con este sistema de control que, más que nada, es una decisión artística consciente. Hay algo admirable en ese compromiso con una interfaz que va en contra de todas las nociones actuales de «buen» diseño. Esa fricción extra se busca de forma explícita y nos aporta una capa más de complejidad que nos obliga a una premeditación muy forzada a la hora de escoger cualquier opción.
El trabajo artístico de Martinez Ruppel sigue estando a la altura, esta vez con una paleta cuya presencia de rojos intensos casa muy bien con una temática más violenta y consigue, otra vez, regalarnos postales llenas una de fuerza y una belleza que parecerían imposible ante unas limitaciones autoimpuestas tan patentes. Puede que Bahnsen Knights sea su mejor trabajo hasta la fecha pero quién sabe, toda la trilogía esta a un nivel asombroso.
Otra vez nos encontramos con únicamente 9 ranuras de guardado y ya lo siento pero esto si que no lo “perdono” por ser una decisión artística. Aunque esta vez (al contrario que con Varney Lake) no parece haber varios finales, sigue siendo una molestia innecesaria y que no creo que aporte nada al conjunto. En cualquier caso es el único reproche que me queda ante una trilogía que me ha enamorado completamente.
En conlusión
En un momento en que está de moda intentar deconstruir o parodiar el género de las visual novel desde una visión occidental bastante simplista sobre el género, LCB no necesita reinventar ni despreciar nada con Bahnsen Knights para ofrecer una visión fresca y a la vez muy clásica de las mismas con claras influencias de las aventuras de texto propias de los ordenadores de 8 bits.
Una trilogía única que resulta un acercamiento muy personal a la ficción interactiva y con un compromiso inquebrantable hacia su propia visión del género, cuyas limitaciones autoimpuestas, tanto estéticas como mecánicas, son parte esencial de su propuesta para lo bueno y para lo malo.
Bahnsen Knights esta disponible en Steam, con lanzamiento previsto para enero en consolas.
Hemos realizado este análisis en PC con una código proporcionado por Chorus Worldwide