The Excavation of Hob’s Barrow (a partir de ahora Hob’s Barrow) no es un juego de Wadjet Eye. Bueno, a ver, sí que lo editan pero no es la empresa de Dave Gilbert la que lo ha desarrollado. Wadjet Eye Games es un estudio pequeño pero que ha conseguido convertirse uno de los grandes referentes del género de aventuras gráficas en la actualidad. Desde la saga Blackwell han trabajado juego a juego creando un estilo propio y reconocible: pixelart, AGS como motor favorito y un mayor peso narrativo aligerando los puzzles.

El tema es que Hob’s Barrow es un juego de Cloak and Dagger Games, otro estudio que lleva años experimentando con el género y muchas veces también con la narrativa como eje central. Estas cosas se prestan a confusión, Wadjet ha distribuido otros juegos (empezaron con la obra maestra que es Gemini Rue) y hay cierta tendencia a no diferenciar unos de otros, como si todos los hubieran realizado Dave Gilbert y su equipo.

Cloak and Dagger y The Excavation of Hob’s Barrow

No he escrito esta introducción únicamente para poner en valor el trabajo de los developers. A ver como lo digo. Wadjet Eye no podría haber hecho Hob’s Barrow igual que Cloak and Dagger no podría haber hecho The Blackwell Epiphany o The Shiva. Los parecidos son evidentes; pixelart, mayor importancia de lo narrativo frente al puzzle, AGS como motor… pero con las mismas piezas se pueden construir cosas muy diferentes.

Ya desde la pequeña rareza experimental que fue A Date in the Park se puede ver el gusto del estudio por incomodar al jugador y por un uso muy inteligente de sus limitados recursos. También se nota en varios de sus trabajos la influencia de David Lynch con esos momentos que mezclan lo onírico con lo mundano, creando obras con una atmósfera que en muchas ocasiones difumina la frontera entre lo racional y lo atávico, lo real y lo soñado (o imaginado).

Folk horror en la Inglaterra rural

En esa dicotomía se mueve también la protagonista de Hob’s Barrow, Thomasina. Hija de un anticuario/arqueólogo que se dedicaba a explorar viejos túmulos, decidió seguir sus pasos y continuar con su labor arqueológica. Educada en el pensamiento racional y científico, su llegada a un pueblo de la campiña inglesa victoriana, la enfrentará a los prejuicios y creencias de esa pequeña comunidad que, todo sea dicho, no parece muy dispuesta a acogerla de forma hospitalaria.

Barrow

Cuanto más avanzamos en Hob’s Barrow más evidente se muestra esta colisión y no es hasta el tramo final del juego que lo sobrenatural empieza a manifestarse de forma inequívoca, mostrando el terror en estado más puro. Hasta entonces lo que hemos tenido es una cocción a fuego lento de una tensión constante y una atmósfera opresiva. Algo no encaja. Bueno, muchas pequeñas cosas no encajan.

En ese sentido es bastante inteligente la división por días, a la manera de Gabriel Knight: Sins of the Fathers. Desde el primer día tras llegar al pueblo tenemos acceso a la mayoría de escenarios pero estos mismos evolucionan. Esta dinámica ayuda a crear una sensación de cotidianidad para el jugador pero también, usado de forma inteligente, es muy útil para el diseñador a la hora de hacer evolucionar los escenarios y personajes administrando la aparición de nuevos objetos o de nueva información en los diálogos de forma muy orgánica y creíble. Este es el caso en Hob’s Barrow.

Un diseño de puzzles ligero pero robusto

Como he dicho al principio, los puzzles se ven supeditados a la historia durante la gran mayoría del tiempo. En gran parte se basan en puzzles de diálogo cuyo principal reto radica en saber a quién preguntar qué en el momento adecuado y los de dar tal objeto a x personaje para que nos ayude en nuestra misión. Hay, no obstante, agradecidas excepciones que dan algo de variedad al conjunto.

Si bien la densidad y variedad de puzzles no es muy alta, ayudan a introducirnos en esa cotidianidad que mencionaba antes y nos van descubriendo muevas piezas de información que nos dejarán con más preguntas que respuestas. Toda esa ambientación folk horror se ve reforzada al ir descubriendo también las rencillas locales, los rumores e historias y el pasado del pueblo. Pasado que se verá conectado con el nuestro a base de flashbacks de la infancia de Thomasina.

En este sentido, la integración narrativa de los puzzles en Hob’s Barrow está muy bien conseguida y aportan más que restan al conjunto. Por supuesto, esta supeditación a la historia y la estructura por días tiene un precio. El tramo central puede hacerse un poco pesado por un excesivo backtracking y repetición de escenarios pero lo considero menor ya que a nivel argumental consigue mantener el interés pese a su desarrollo premeditadamente lento.

Por otro lado la parte final se concentran toda una serie de puzzles mucho más clásicos de aventura que, si bien parecen muy autocontenidos y con poco contexto, van cobrando sentido tanto a nivel mecánico como argumental a medida que avanzamos en ellos. Con una secuencia lógica menos racional y más cercana a lo simbólico, también encajan con un guante con lo que sucede a nivel argumental y acaba en un final potentísimo que a poca gente dejará indiferente.

Otro detalle a mencionar son las decisiones «morales». En ciertas ocasiones Hob’s Barrow nos da la opción de escoger entre dos o tres opciones, como ser más simpática o borde con un personaje o confiar lo bastante en otro para darle cierta información. Hasta donde yo sé estas decisiones no afectan al desarrollo ni al final de la historia, no aportan mucho pero tampoco molestan y nos permite rolear un poco a Thomasina.

Cuando todo encaja

Hablando de elementos que reman en una misma dirección, la dirección artística es un claro ejemplo. Sin dejar de lado cierto feísmo presente en anteriores obras, el pixelart de Hob’s Barrow es en ocasiones tan desolador como bonito, transmitiéndonos otra vez esa dicotomía entre la belleza natural de la parte rural de Inglaterra con esa neblina y colores apagados típicos del clima y que tan lúgubres pueden resultar. Por no hablar de ciertos primeros planos que directamente son material de pesadilla.

El aspecto sonoro es también muy destacable, seguramente la gran ventaja de contar con Wadjet Eye como editora (además de una mayor promoción, claro) ya que sus doblajes suelen ser realmente buenos y esta no es la excepción. La música es un caso curioso ya que ese estilo más sytnhwave no parece la primera opción para un juego de esta ambientación pero acaba funcionando muy bien y no desentona en absoluto durante la partida.

P.D.: Como curiosidad, Hob’s Barrow antes se llamaba Incantamentum pero parece que a los yankis les cuesta pronunciarlo y por eso la editora decidió cambiarlo. Me gusta más el título original, la verdad.

Conclusión

Estamos ante una aventura que, si bien puede decepcionar un poco a los más puristas del puzzle, se encuentra entre lo mejor que nos dio 2022 en PC y ahora en Switch. Hob’s Barrow es ese tipo de juego que, sin necesidad de reinventar la rueda, nos recuerda lo potente y flexible que es el género a la hora de transmitir sensaciones y contarnos una historia. Un juego que solo Cloak and Dagger podría haber hecho y uno de los mejores ejemplos de folk horror en el medio.

The Excavation of Hob’s Barrow está disponible en Steam, Gog y Switch.

Análisis: The Excavation of Hob's Barrow
Una atmósfera muy bien conseguidaUn uso de puzzles funcional pero muy efectivoEl final
El ritmo se resiente un poco en la parte central
9Nota Final