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SACAR AL CONEJO DEL SOMBRERO
Rabbit Hole es un juego de acción y terror, muy bien ambientado, que se inspira y rinde claro homenaje a los títulos clásicos del género survival horror, Silent Hill y Resident Evil, que bebe directamente de la fuente de Los Mitos de Chtulhu de H.P Lovecraft y pretende ser el inicio de toda una saga.
Desarrollado por el pequeño estudio indie Blazes Games, que ya nos trajo la interesante aventura de terror The Story of Henry Bishop, en este, su segundo juego, nos encontramos ante un título mucho más ambicioso que el primero, más intenso y sobre todo, mejor elaborado.
El amor de los integrantes del estudio, apenas dos personas, por el género de terror y los juegos clásicos es indiscutible, no solo porque sus dos únicos juegos publicados hasta la fecha sean de esa temática sino porque ambos títulos demuestran un gran conocimiento de los resortes mas elementales del género y también de sus mecánicas.
Inspiración, homenaje o copia, lo cierto es que todas pueden ir de la mano en este Rabbit Hole, un juego que evidencia las limitaciones técnicas a las que se tiene que enfrentar un pequeño estudio indie pero que al mismo tiempo destila una gran pasión por género de terror y muchas ganas de hacerlo bien.
Veamos si lo han conseguido.
Entrando en la madriguera del conejo
Nos ponemos en la piel de Sean Terner, un hombre cualquiera que se dispone a visitar a su ex mujer y su hija en Rabbit Hole, el típico pueblo norteamaricano donde nunca sucede nada… hasta que escritores como Stephen KIng o H.P Lovecraft se fijan en el y se desencadena todo un infierno.
Nada más llegar al pueblo, nuestro protagonista se va a dar de bruces con la cruel realidad y va a descubrir por las malas que se ha metido de lleno en un survival horror al más puro estilo de la vieja escuela. Con un inicio que nos va a recordar mucho a Silent Hill, y no será la única vez, pronto nos daremos cuenta de que algo muy extraño está sucediendo en el pueblo, que todo le mundo parece haber desaparecido y que esos extraños seres que vagan en la niebla no tienen precisamente la mejor de las intenciones.
Como buen juego de terror hay que mantener el suspense así que poco a poco, mientras avanzamos por los diferentes capítulos de la trama, iremos descubriendo que está pasando en lugar, conoceremos el gusto de algunos habitantes por las sectas y los ritos extraños, además de averiguar porque no se debe jugar a ciertas cosas ni invocar a ciertos seres.
Y es que parece que algunos nunca aprenden.
Un historia poco original a estas alturas de la vida, pero que está muy bien ambientada y que se va desarrollando capa a capa, dando siempre la información justa para mantener el interés del jugador por desentrañar el misterio.
La mecánica de la pata de conejo
Sin duda, algo que se nos antoja muy complicado de averiguar, así que dejemos la pata del conejo en paz y centremonos en analizar los conceptos y las mecánicas jugables de este Rabbit Hole.
Lo primero que hay que destacar es que es un juego sencillo que consigue ser muy divertido y que se sirve de todas las mecánicas clásicas del género survival horror para conseguirlo. Dividido por capítulos, nos vamos a encontrar con un poco de todo, situaciones de sigilo donde tendremos que esquivar a los enemigos, puzzles y acertijos que resolver, gestión de nuestros recursos y momentos puntuales de acción donde mas vale que hayamos aprendido a apuntar bien.
Los puzzles no son difíciles y no nos van a complicar demasiado la vida, pero resultan ser de lo más entretenido y contribuyen a dejar un buen sabor de boca. Especialmente en el capítulo del hospital, para mi el mejor de todos, donde el juego consigue el equilibrio perfecto entre la ambientación, los puzzles y la acción.
Una vez que los enemigos te descubren son bastante rápidos y si te logran arrinconar la muerte estará más que asegurada, de hecho moriremos muchas veces, en parte por su rapidez y letalidad, y en parte porque el juego no se desempeña del todo bien con las físicas. Hay algunos jefes, o seres especiales, que evidentemente son más complicados de eliminar y con los que gastaremos más munición, deberemos apuntar muy bien y sobre todo, no parar de movernos.
En cuanto a la gestión de recursos decir que si no somos derrochadores no vamos a tener mayor problema ni con las armas, ni con la munición, ni con los botiquines. Soy de la idea de que un buen survival horror te tiene que apretar mucho con los recursos, que no te sobren, y en ese sentido considero que el juego es demasiado generoso al respecto y da demasiados, los suficientes como para no sentir la angustia de que te puedes quedar sin ellos.
En ese sentido hubiese sido deseable implementar varios niveles de dificultad que permitiesen al jugador elegir la magnitud del reto e incluso una posible rejugabilidad. Cuestionable me parece también la decisión de no incluir ningún arma cuerpo a cuerpo o que en cada capítulo se resetee todo el inventario, carencias que me temo se deben más a las limitaciones técnicas del título que a otra cosa.
De cien conejos no se puede hacer un caballo
Pese a su sencillez y humildad el juego hace muchas cosas bien y como ya se ha dicho consigue lo más importante, ser interesante y divertido.
Sin embargo es en el apartado técnico donde se le ven las costuras al título, algo por otro lado razonable tratándose de un es estudio indie compuesto solo por dos personas y sin el importante apoyo de una editora detrás.
Al igual que ya les paso con su anterior título, los mayores problemas viene por como se comportan algunas físicas del juego, sobre todo cuando los enemigos se encuentran muy cerca del jugador y sospecho que por eso no han introducido armas cuerpo a cuerpo. Aunque se nota la mejoría al respecto con el anterior juego todavía es algo que se les resiste, no está todo lo pulido que debería y crea confusión a la hora de manejar al protagonista.
Hay otras limitaciones como el que las balas no rompan los cristales, que no se puedan destruir los escenarios o pasar por encima de obstáculos bajos, que vistos a día de hoy evidencian el origen indie del juego. No son tan importantes como los problemas con algunas físicas, pero estar están ahí.
Por otro lado, gráficamente el juego luce bastante bien. Con un apartado artístico sencillo, pero muy eficaz, el título resulta agradable de ver y de jugar. No tiene gráficos de última generación ni grandes efectos de pirotecnia, pero en este apartado todo lo que hace lo hace bien y cumple perfectamente con lo esperado.
Mención especial para la banda sonora, muy buena y acertada, con un tema central muy inquietante y sobrecogedor que nos acompañará a lo largo de toda la aventura. Como todo lo que tiene que ver con la ambientación, lo han bordado.
Si persigues dos conejos, no coges ninguno
Para nuestra fortuna, en este caso, los chicos de Blazes Games sin han podido atrapar bien uno de los conejos y conseguir que, a pesar de las limitaciones técnicas, un juego de lo más atractivo y divertido. No tiene la mejor historia del género pero tampoco desentona, no tiene los mejores gráficos del momento pero cumplen de sobra, no ofrece nada realmente nuevo pero te da lo que promete.
En definitiva, un juego sencillo, pero con la suficiente ambición como para querer convertirse en toda una saga y que hará que algunos estemos pendientes de sus próximos trabajos.
Me lo he pasado genial.
Juego RECOMENDADO para todos los amantes de los survival horror sin excepción, para los aspirantes a entrar en una secta milenaria y para los que no sean muy quisquillosos con las limitaciones técnicas.
ABSTENERSE los que nunca se acercarían a un indie ni con un palo, lo paladares más exigentes y los que siempre dan al género por muerto.
Hemos realizado este análisis en PC con un código proporcionado por Blazes Games.