Funky Can Creative nos trae PopSlinger para Nintendo Switch. Un juego de disparos con gráficos hechos a mano y un sonido que acompaña a la acción , donde encarnaremos el papel de Ria Carbon, una chica normal que solo busca divertirse pero mostrando una exceso de soberbia que puede resultar de todo menos divertido. Gin, una antigua PopSlinger Recurre a Ria para salvar el planeta de los llamados Corazones. Para ello deberá ir derrotando a enemigos con forma de gelatina con una pistola que te permitirá usar varios tipos de disparos y que iremos desbloqueando a medida que avancemos en el juego.
Al final de cada nivel nos enfrentaremos a uno de estos Corazones y cuando lo derrotemos obtendremos un fragmento que nos servirá para llegar al final. Tras acabar cada nivel obtendremos un rango de la A a la E y solo podremos acceder a los últimos niveles si conseguimos como mínimo el B en todos los niveles anteriores.
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El apartado gráfico de PopSlinger
PopSlinger está hecho a mano. Y muestra un colorido variado. El diseño de Ria es el una adolescente y transmite el desenfado propio de esa edad. Los enemigos pecan de monótonos y tienen pinta de ser una especie de flanes hechos para una película de terror de serie Z. Se pueden diferenciar por sus colores y eso te indicará de qué forma van a atacarte. Algunas veces aparecerán con una barrera que tendrás que eliminar con el arma adecuada y solo hacia el final del nivel veremos un cambio de diseño de los personajes que no mejoran la calidad gráfica pero al menos te quita la sensación de dar vueltas en círculo por un escenario que siempre es el mismo.
Los personajes se mueven con soltura y las animaciones son suaves y correctas. El juego no sufre ralentizaciones y es casi lo único positivo que se puede decir de un apartado gráfico que se queda pobre, tanto por la monotonía de los escenarios como de los enemigos. Incluso las cinemáticas entre fase y fase parecen idénticas con texto diferente (en perfecto inglés) que es lo que te hace ser consciente de que no estás viendo lo mismo una y otra vez.
Un apartado sonoro que salva los muebles
Las voces de Ria y Gin son diferenciables y le da al argumento un extra de variedad. La forma de hablar de Ria es la propia de una adolescente en busca de diversión y la de Gin es la de alguien que gracias a su experiencia sabe del peligro que acecha y ve a Ria como una irresponsable a pesar de haber sido ella la que la ha elegido para enfrentarse a los Corazones.
El sonido de los disparos del arma de nuestra popslinger no pasan de correctos y la melodía que acompaña la acción sí que es llamativa y refleja bien lo que está sucediendo en la pantalla, algo que no es muy complicado, el juego consiste en disparar y esquivar.
Movimientos ágiles y control que podían haber pulido más
Y aquí llega la parte importante en los juegos arcade. El control y las sensaciones que ofrece al jugador. Y si bien PopSlinger ofrece una jugabilidad directa, con un personaje que se mueve ágilmente y una acción fluida que no deja un momento de respiro al jugador, su sistema de juego puede volverse algo confuso. Disparar con el arma de Ria es sencillo y divertido. Recuerda la sencillez de los arcades de antaño, donde la acción primaba por encima de las virtudes técnicas y era el epicentro de todo.
Al principio, con solo un arma disponible todo es sencillo. PopSlinger se convierte en un título que sin ser una proeza, resulta entretenido y directo. Un juego de los de antes para unas partidas sin complicaciones. Sin embargo, conforme avanzamos todo se complica. Y aunque pensemos que es bueno que sea así, que el primer nivel no puede ser más complicado que el quinto, lo cierto es que conforme vamos desbloqueando armas nuevas y aparecen barreras nuevas para los «flanes», todo se vuelve más tedioso.
PopSlinger nos permite cambiar el tipo de disparo de nuestra arma pulsando el botón L. Y será necesario que lo hagamos con frecuencia en los niveles superiores. Sin embargo, esto a veces se vuelve tedioso porque es frecuente que aparezcan «flanes» con distintas barreras y ahí es cuando el juego se vuelve imposible en ocasiones. Pulsas el botón buscando el arma adecuada para eliminar la barrera y cuando se ha conseguido, tener que volver a pulsar repetidamente el botón L para encontrar el arma que elimine la barrera de otro «flan» es poco ágil e intuitivo. Esto provoca frecuentes pérdidas de vida.
Y para rematar todo, nuestra popslinger encuentra ciertas dificultades para girarse y disparar en otra dirección. Podemos estar eliminando a los «flanes» del lado izquierdo y que queramos disparar hacia el derecho porque han aparecido «flanes» con muy malas ideas por ese flanco. Pues bien, cuando lo sencillo hubiera sido un cambio de dirección para seguir disparando, hay que dejar de disparar, girarse y seguir disparando. A veces, este segundo que se pierde interrumpiendo el fuego, es suficiente para que los «flanes» te alcancen.
Y frustra mucho porque los primeros niveles de PopSlinger resultan muy entretenidos. Y a veces, por inercia, no dejamos de disparar e intentamos cambiar la dirección y lo único que conseguimos es caminar hacia atrás y estrellarnos de lleno con el enemigo.
Hago hincapié en que Ria se mueve de forma ágil y no resulta engorroso hacer que se desplace por el escenario. Pero cuando la usamos como popslinger y tenemos que disparar, todo se vuelve un tanto caótico y el juego empieza a perder interés.
PopSlinger: el juego que pudo llegar lejos y se quedó en la primera parada
La sensación que queda tras completarlo es algo triste. PopSlinger comienza bien, sin ser ningún prodigio de la técnica ni un dechado de virtudes entretiene e invita a seguir. Vas avanzando y tras completar el primer nivel ves una secuencia entre Ria y Gin que te cuenta qué está pasando y aumenta tu interés por la trama. Ya no es solo disparar, es saber qué pretenden los Corazones, aunque todo esté claro de antemano.
Avanzamos y apenas notamos diferencias entre los escenarios de un nivel y otro. Esto da sensación de estar recorriendo el mismo escenario con diferentes colores y resulta repetitivo. Y ya cuando llegas al tercer nivel, te encuentras con tres armas (de las cuatro que hay) y ves que el cambio entre ellas no es todo lo ágil que debería, que el color de la barrera no se asocia a ninguna y que tienes que tirar de memoria para saber qué arma necesitas para eliminar la barrera de los «flanes», empieza a perder sus pocas virtudes y la frustración crece en el jugador.
PopSlinger es un juego que podía haber dado más de sí. La fórmula arcade de títulos como Metal Slug sigue funcionando hoy en día. Y PopSlinger intenta ponerla en la pantalla pero se deja atrás muchas cosas. La más importante de ellas, el control confuso que propone en los últimos niveles.
El apartado gráfico es correcto y cumple sin sobresalir, y no olvidemos que estamos hablando de un título indie sin presupuesto estratosférico. Su apartado sonoro mejora lo anterior, dándole un ritmo más alto y más animoso a la acción, con las voces de nuestra protagonista y su «ángel de la guarda» sobresaliendo en la narración de la historia.
Y su aspecto jugable está lleno de lagunas. Al principio de la partida el juego entretiene y manejar a Ria no es complicado. Puede echarse en falta un mayor alcance en nuestros disparos y una mayor agilidad en los giros de dirección, pero PopSlinger entretiene y nos hace pasar un buen rato. Todo se queda atrás conforme se avanza. Lo tedioso que resulta cambiar de arma, lo poco intuitivo que es saber qué usar para eliminar las barreras de los «flanes» convierten tu victoria en un ejercicio de tesón y fortuna más que de habilidad. La primera parada del viaje llegó muy pronto. Allí se bajó PopSlinger. El resto del camino ya lo hemos descubierto en ese trayecto tan corto.
Hemos realizado este análisis en Nintendo Switch con un código proporcionado por Funky Can Creative.