Últimamente el desarrollo de ciertos videojuegos ha llamado la curiosidad de muchos jugadores, sobre todo por aquellos juegos que desprenden un mundo de competitividad y un fuerte componente de la infiltración. Hood: Outlaws & Legends podría ser perfectamente uno de esos juegos, con un comienzo en dejar un listón muy alto en su jugabilidad y atrayendo un gran número de jugadores a lo que sería un producto que no termina de emocionar. El estudio inglés Sumo Digital junto con Focus Home Interactive han sostenido un concepto interesante y han lanzado un juego que puede llegar a ser mucho más si pulen diferentes aspectos que lo hacen monótono, frustrante y con un progreso que no se llega a comprender.
La esencia de Hood es bastante sencilla: “roba la llave al Sheriff, encuentra la cámara y extrae la caja fuerte”. Tres fases bastante sistemáticas y en lo que girará por completo el modo del juego, provocando que se sienta un vacío de contenido y que la emoción se deja aparcada a un lado. Pero no, para hacer estas acciones y cumplir nuestro objetivo no estamos solos, Hood es un juego de infiltración y sigilo en atracos PvEvP en el que dos equipos de cuatro personas cada uno, intentan robar la caja de la cámara y escapar con ellas, mientras el otro equipo intenta detenerles. La base en papel está muy bien, pero cuando llevas un tiempo dentro del juego te das cuenta que es bastante frustrante y no compensa ni bonifica lo suficiente cuando vas ganando.
A través de un tutorial inicial y obligatorio, los desarrolladores han decidido presentarnos los cuatro personajes que podremos elegir a través de una misión de verdad, una manera muy original de adentrarnos en las habilidades de cada uno de ellos. Tendremos a Robin, un explorador con afinidad por el tiro con arco, Marianne, una cazadora que se adopta a las limitaciones de su arma, John, un luchador que va golpeando con su martillo, y Tooke, el místico y que ofrece apoyo y vitalidad dentro del combate. Pues bien, la rama de cada personaje va por separado y nosotros tendremos total libertad de elegir el que queramos en cada partida, eso sí, una vez que muramos y antes de reaparecer, la opción de cambiar de personaje como ocurre con juegos como Team Fortress no sucede.
Pues bien, ya hemos elegido a nuestro personaje, creemos que es el que mejor se nos va a dar y damos a iniciar una partida, un primer error aparece en el juego: el equilibrio por equipos. Está claro que Hood ha querido incentivar las partidas multijugador y aquellas listas de espera de minutos por completar un equipo para iniciar una nueva partida, pero tropieza por varias razones. La primera es que no hay un límite de tipos de personajes, es decir, podemos estar en un equipo con cuatro Marianne sigilosas o una combinación de cuatro Robin colocados estratégicamente desde las alturas. Otro error que el juego asume ser bastante frustrante es cuando vamos sigilosamente y nos tropezamos con un NPC. Ellos protegen el tesoro con todo su ser, pero demasiada es la protección porque de un solo golpe se nos eliminará, al final todo consiste en estar en el equipo adecuado. Y, hablando de esto último, no hay una división por niveles, ya que nos puede tocar con personas que se adecuen a nuestro nivel como con personas de nivel 100.
La base principal es saber coordinarse con todo tu equipo y es tal y como los desarrolladores tendrían previsto, pero no, no hay coordinación. Hay canal de voz, pero no a todo el mundo le gusta tener un micrófono para hablar. Un canal de chat incentivaría mucho más la comunicación y el desarrollo de la táctica para conseguir el objetivo clave, porque al final todo se resume en ir directos a por una llave de manera impaciente y hacer PvP sin sentido constantemente. Además, como ya mencionaba, el juego es de sigilo y despertar la atención de un NPC es mortal, pues cuando nuestro equipo ha llamado la atención nos volvemos rojos y el otro equipo recibe la notificación de dónde está nuestra presencia. Vamos, un caos que no sabes hacia donde tirar.
Entonces… ¿Qué ocurre con el sistema de sigilo? Pues es posible agacharse en los arbustos para esconderte, alcanzar por la espalda a un enemigo o NPC y asesinarlo, además podemos escapar de la vigilancia al no permanecer mucho tiempo en su campo de visión. De hecho, habrá diferentes escondites que serán perfectos para que un miembro de otro equipo no nos vea. En definitiva, Hood establece un juego de infiltración real, pero en la práctica no está bien explotado como os comentábamos en el párrafo anterior, y sólo serán utilizadas al principio del juego cuando nos enfrentamos a la IA.
Con respecto a las mecánicas y los combates, el movimiento se siente poco fluido y oprimido, es decir, moverse por cada mapa se siente bien porque están bien diseñados, pero cuando hay diferentes obstáculos para saltar o para subir una escalera hay que saber exactamente dónde interactuar para que haga la acción, provocando que ese flujo se elimine. La variedad de mapeados se limita a cinco, siendo estos totalmente aleatorios a la hora de introducirnos en una partida. Sin embargo, estos cinco mapas varían de tamaño y de ambientación. Estarán compuestos por tres puntos de control para capturar que ayudarán a la reaparición de nuestro personaje cuando seamos eliminados, lo que se convertirá en algo importante, ya que puede ser la diferencia entre la victoria y la derrota.
A pesar de que en la actualidad los desarrolladores continúan introduciendo diferentes parches y actualizaciones para mejorar ciertos elementos, los combates en Hood continúan teniendo problemas. El combate cuerpo a cuerpo con teclado y ratón es muy impreciso y lento, tan lento que no llegas a hacer nada cuando ya has sido eliminado. Tockee se ve sencillo, pero es muy difícil medir el recorrido de su arma y al final termina yéndose al lado contrario. Lo mismo ocurre con Robin apuntando una flecha con su arco, puede que creas que tienes el objetivo claro, pero en algunas ocasiones la flecha da a todos lados menos al blanco. Sumado a que tendremos muy poca resistencia, con tan solo dos toques quedaremos vulnerables a quien nos quiera golpear. No obstante, la tensión del momento PvP cuando te sientes dentro de una batalla rodeado de otras siete personas más, se llega a convertir en un momento divertido.
La progresión de cada uno de nuestros personajes se irá viendo reflejada conforme vayamos completando más partidas, aunque para un resultado mucho más gratificante será cuando las ganemos. Habrá tres niveles a tener en cuenta, el nivel de jugador, de personaje y de campamento. En base a aumentar nuestro nivel y en recibir diferentes subvenciones podremos mejorar directa o indirectamente a los héroes con alguna ventaja. Para ello acudimos a nuestro campamento, un lugar propio para desbloquear habilidades pasivas adicionales teniendo en cuenta el nivel del personaje, también podremos comprar otras armas y atuendos más adecuados (meramente estético). Este lugar será dónde invitemos a nuestros amigos a jugar con nosotros, no sabemos si será un error o no, pero a veces al volver de una partida a nuestro amigo le mandaban a su campamento y en otras aparecía en el nuestro.
Hood: Outlaws & Legends tiene un aspecto visualmente bastante atractivo y es que a pesar de tener solo cinco mapeados, que terminan sintiéndose repetitivo, se ven muy completos y llenos de detalles. La ambientación varía y con ello también la estética, permitiendo que nos sintamos parte de juego y podamos sacar muy buenas capturas. Las opciones gráficas ya es otra cosa, no hay una versión avanzada en configuraciones y, aunque la optimización en general no está mal, está capado a 60FPS, además de tener alguna caída inesperada que hace que tengas un breve momento de lag. Los rasgos de los personajes estéticamente no cambian en ningún momento y sus animaciones se hacen un poco artificiales por la falta de fluidez en su movimiento. Con respecto a su banda sonora, la música que presenta Hood pasa a segundo lado porque lo importante es el diseño de su sonido. Crea momentos de tensión cuando hemos sido vistos, cuando un enemigo nos persigue o cuando el cofre ya está en juego, agregando una sensación de querer defendernos.
En conclusión, Hood: Outlaws & Legends es increíblemente divertido si reúnes a un grupo de amigos para jugar y os coordináis perfectamente para buscar la victoria en cada partida. Sin embargo, la diversión se tuerce cuando los grupos están desequilibrados, los combates no son precisos y todo se centra en un PvP continuo sin sentido, añadiendo a todo esto una progresión del personaje un poco irregular. Los entornos se ven visualmente muy bien y se disfruta cada mapeado, además la jugabilidad de sigilo fomenta conocernos cada esquina para crear nuestra propia estrategia. La idea que han tenido los desarrolladores necesita pulirse por diferentes aspectos y crear una mejora para que el jugador se sienta satisfecho con las horas invertidas en su juego. Al final todo se resume en jugar con amigos o no y ser conscientes que pueden tocarnos grupos con gente veterana a nivel 60 siendo nosotros nivel 10. Además, pese a los fallos que está teniendo y ciertas inestabilidades explicadas anteriormente, siguen introduciendo parches y actualizaciones para mejorarlo, cosa que estamos seguros que así será.
Hemos realizado este análisis en PC con un código proporcionado por Focus Home Interactive.