En el mundo de los juegos de estrategia es raro encontrar desde hace tiempo mecánicas innovadoras que marquen un antes y un después en el género. Los estudios hacen juegos repitiendo fórmulas exitosas y que suelen funcionar. Es el caso del estudio indie Door 407 y su último lanzamiento: Diplomacy Is Not an Option.
Diplomacy Is Not An Option es algo más que un juego de estrategia en tiempo real al uso, es una mezcla de un RTS clásico de gestión de recursos y unidades con un tower defense. Ambientado en la edad media, tomaremos el control de un feudo y lo haremos crecer defendiéndolo de nuestros enemigos (que son muchos) que llegaran en oleadas cada cierto tiempo con pocas buenas intenciones.
El juego está en fase de Early Access y tienen la idea de seguir implementando mejoras y nuevo contenido antes de su lanzamiento final. Hasta el momento el juego cuenta con un Tutorial, el Modo Campaña y el Modo Infinito. El tutorial nos guiará a través de 25 misiones para aprender las tareas básicas y las mecánicas del juego.
Contenido
La historia de Diplomacy is Not an Option
El Modo Campaña nos presenta una historia bien hilada y contada con toques de humor, del que te saca una sonrisa. Y es que el juego se presenta sin tomarse muy en serio a si mismo: un pollo desplumado corriendo en todas direcciones, secuencias cinemáticas introductorias donde suceden toda clase de locuras, rebeldes que se defienden con carteles reivindicativos y pancartas contra unidades armadas hasta los dientes,…
Tu querido abuelo, en pago a los servicios prestados a la corona, ganó unas tierras que lo convirtieron en un señor feudal pobre. A su muerte, tu padre heredó el título y los dominios, y tras años de desgobierno y desatención de sus funciones, sus súbditos se han revelado y han cobrado su cabeza. Ahora es tu momento, debes hacer frente a la gran crisis económica y la rebelión de los campesinos para mantener el poder.
Tras sofocar la primera rebelión se abre un mapa de campaña donde irás avanzando realizando misiones. La siguiente que te encarga el Rey es ayudar a tu tío a hacer frente a los rebeldes. Pero al llegar deberás tomar una gran decisión, una toma de decisiones que marcara el destino del juego: ¿Serás leal a la corona y te enfrentarás a los rebeldes o asumirás el liderazgo de la rebelión y harás frente a las fuerzas fieles al Rey?
A partir de este momento las distintas misiones te harán avanzar en la historia apoyando a uno u otro bando y aumentando la dificultad de forma progresiva en cada misión. «Ten cuidado si te pasas al lado rebelde porque las misiones se vuelven más complicadas.»
El Modo Infinito
Lo podríamos resumir con una frase: «hasta que el cuerpo aguante». Y es que en el Modo Infinito nuestro objetivo principal es sobrevivir, cuanto más tiempo mejor. Para ello Diplomacy is Not an Option nos propone 4 escenarios diferentes con características únicas para adaptarse a los distintos tipos de jugadores y exigencias:
- Ciudad de la alegría: Nos permite dedicarnos a la gestión de recursos y crecimiento de nuestro asentamiento medieval sin preocuparnos por las oleadas de ataques. Encontraremos algún enemigo por el mapa, pero nada que suponga una amenaza real.
- Nacido para relajarse: Aunque en este caso si que nos atacarán, serán oleadas asequibles. La lucha por los recursos y la supervivencia está al mínimo. Pocos problemas.
- Laberinto del dolor: Nos atacarán de forma regular y con contundencia, y los recursos son limitados, lo que exigirá nuestros dotes de gestor y estratega para poder sobrevivir en el tiempo.
- Hazaña de resistencia: Solo para los más valientes, aunque el cementerio está lleno de ellos. Te atacarán una y otra vez y los recursos son muy escasos. Sobrevivir es casi un imposible.
Construye, defiéndete y sobrevive
Diplomacy is Not an Option no es innovador, ni rompedor, es un juego que bebe de las mecánicas ya establecidas por el género, y que hemos visto anteriormente, de manera magistral, en juegos como Age of Darkness: Final Stand o en They Are Billions. Pero aunque no invente nada nuevo, implementa las mecánicas de una forma brillante y lo convierten en un gran juego de estrategia.
Como en un RTS clásico, nuestro objetivo es construir nuestro asentamiento alrededor del castillo, que es el edificio que hace las funciones del núcleo de nuestro dominio. Podremos construir distintos edificios como viviendas, edificios para obtener recursos (cabaña de leñadores, mina, cabaña de pesca,…), cuarteles para entrenar unidades,… e incluso un cementerio para enterrar a los muertos. Y es que si no enterramos a los muertos se levantarán pasado un tiempo y querrán comerse a nuestros aldeanos.
Dentro de nuestra faceta constructora una parte de suma importancia son las defensas, deberás construir murallas, torres y fortificaciones y mejorarlas todo lo que puedas para conseguir resistir las oleadas invasoras, que llegarán cada pocos días. Esta es la parte de Tower Defense del título que consigue que aumente su diversión y que crea tensión cada vez que vienen a visitarnos los enemigos.
Para poder llevar a cabo nuestra expansión y crecimiento deberemos conseguir diferentes recursos: Comida, Madera, Roca y Hierro. Que nos servirán para construir los edificios y reclutar unidades, pero también para ir investigando nuevas tecnologías. Esta rama de investigación permite desbloquear nuevos edificios, unidades y actualizaciones, y además nos darán habilidades que aumentarán el daño o defensa de nuestras tropas o la eficacia de nuestros constructores y trabajadores.
Una de las mecánicas que más se agradecen en el título es la parada técnica o pausa, que te permite dejar el juego congelado, mientras damos órdenes a nuestras tropas y planificamos nuestra siguiente construcción. Ya que, las hordas de enemigos llegarán en oleadas, y mientras las tratamos de detener por diferentes frentes necesitaremos un tiempo para organizarnos y no dejar nada al azar.
Además, contamos con el poder de la magia. Entre nuestros recursos para hacer frente al invasor contamos con una ayudita sobrenatural que nos servirá para invocar pelotones de soldados, hacer caer rayos sobre los enemigos,… y otros tantos hechizos que nos sacarán de más de un lío.
En cuanto a la dificultad, el juego es desafiante desde la primera misión. Aunque es fácil de aprender a jugar y asimilar los principios básicos, requiere un tiempo importante dominarlo y hacerte experto. El más mínimo detalle en la planificación supone la diferencia entre la victoria y la derrota en Diplomacy is Not an Option.
Apartado técnico
Los gráficos con detalladas imágenes de dibujos animados poligonales hacen que luzca bonito y muy divertido, con unas cinemáticas muy buenas que te hacen sonreír por sus detalles y humor. Y un entorno 3D que te deja alejar y acercar la cámara y rotar en cualquier dirección para que sitúes la visión donde más te guste en cada momento.
Con una música pegadiza, que suena realmente bien, y unos impactantes efectos de sonido hacen que construir tu dominio sea un placer irresistible y que te den ganas de volver a hacerlo.
En conclusión, tras jugar varias horas a Diplomacy is Not an Option, y probar los 2 modos de juego, las sensaciones que he sacado son muy positivas. Estoy seguro de que añadirán unidades, edificios y nuevas características, antes de su lanzamiento definitivo, que enriquecerán la experiencia. Para conseguir que el juego sea una obra sobresaliente tienen que pulir pequeños detalles en la jugabilidad que en ocasiones es difícil de controlar. Pero, pese a estos pequeños defectos, estamos ante un título notable que me ha sorprendido y que dará muchas horas de disfrute a los amantes de la estrategia.